Me gusta el dinero. Mucho. No hay en vida nada igual, ni arte, ni diversiones. Sólo la posesión del dinero me hace feliz. Su ausencia, siempre me ha provocado un sufrimiento indecible. Pero lo que se consigue con el dinero no me hace feliz, todo lo contrario: porque tener en mis manos algo que se ha comprado "con el dinero" me hace sufrir: Recuerdo cuando cambié el coche, mi amado coche, después de 20 años de estar conmigo, sin jamás haberle provocado ni siquiera un rasguño, tanto lo quería, tuve que cambiarlo. Noches sin dormir pensando en la cifra que había que desenbolsar. En familia broncas, quejas, unos por cambiarlo (princesita) otros por conservarlo, Isabel, mi mujer. al final tuve que decidir. Lo cambié. Una preciosidad:
pero por las noches no podía dormir pensando en él. ¿Lo dañaría la intemperie?
¿La lluvia lo gastaría? Había además la posibilida de que me lo robaran: ¡Me lo robaran! No, eso, no, non podría soportarlo