Queridos contertulios, ante todo bueno días, tardes, o lo que quiera ser en este sinvivir mutágeno y metamorfoseante del cotidiano dinamismo.
Esto es el café de la Leprosa: un lugar que, deseo poner en vuestro conocimiento, está destinado a reflexiones marujonas psuedofilosoficas, patafisicoides, metaampicilínicas, o incluso formales y estéticas. Es, por tanto, un rincón dedicado a la puesta en escena sin reflexión de cualquier idea, sea megalomaníaca o deprimente. Rica sarta de mentiras o ensalada de palabras, se hace un llamamiento al bipolarismo y a la metafísica de patio de marías, pues aquí cualquier cosa tendrá cabida. Poco importa el contenido, mientras dure el cafelito.