Ir a la boda de una amiga sin acompañante es una actividad altamente peligrosa. Estuve casi tres horas al lado de un tipo que no paraba de sudar y que hablaba de angulas mientras engullía todo lo que tenía cerca, estuviera en su plato o no.
Luego me tocó lidiar con un tío-viejo-verde que insistía en enseñarme la ciudad.
Me vengué de semejante día solicitando una canción a los de la orquesta: "Los Pajaritos". Aceptaron a la primera. Definitivamente los músicos son una raza aparte.
Lo sé, mi petición no tiene perdón de Dios.
Eso sí... Por lo visto ha salido un video de lo más gracioso.
Jueves por la tarde. Llego a casa hecha polvo y hasta los mismísimos de la academia. Me descalzo, pillo una coca-cola fresca, pongo la tele, dejo Antena 3 (momento anuncio Gas Natural, el de la vieja corriendo. No busco más porque... ¡De mayor quiero ser como ella!) y me desparramo en el sofá. Acaban los spots y empieza El Diario de Patricia. Paso de levantarme para cambiar el canal (el mando se murió hace tres semanas). En la pantalla aparece, omnipresente, una mujer rubia oxigenada lamentándose públicamente porque su exmarido, según explica, no trata igual a sus dos hijas. ¿El motivo? El hombre duda de que la pequeña sea realmente hija suya.
Pero lo mejor está por llegar: resulta que ella también duda de la relación genética entre su exmarido y su hija menor.
PD Lo curioso es que finalmente logra convencer a su ex, pobre diablo, de algo en lo que ni ella misma cree.
En fin... ¡Todo un mundo por descubrir y yo malgastando mi tiempo evitando realities!