No hay electricidad en la sala de descanso.
No hay agua.
No hay refrescos.
No hay galletas.
Ni siquiera aire acondicionado.
Aún así nunca creí que echaría tanto de menos ese brebaje asqueroso comúnmente bautizado como "café-purgante-de-máquina".
A veces echamos de menos lo menos pensado
Escrito por WALL57 a las Julio 6, 2004 11:23 PM