cuesta creer que alguien salga de casa para ir a ver un partido de fútbol y no vuelva. cuesta creer que una persona resulte muerta por salir en defensa de un niño que está siendo agredido. cuesta creer que se empeñen en buscar culpables, cuando lo que de verdad hace falta son soluciones.
en todos los campos de fútbol (así como en todos los deportes mayoritarios) hay sectores de la afición más violentos que otros, y en contra de lo que nos quieren hacer creer los presidentes de los clubs, están muy bien definidos y son de sobra conocidos. tal y como expresa el comunicado de disolución de los Riazor Blues (más vale tarde que nunca) estas peñas fueron creadas con la intención de animar a sus respectivos equipos de una manera saludable pero poco a poco la cosa se fue degradando hasta llegar a la situación actual. situación que se da, en mayor o menor medida, en peñas de prácticamente todos los clubs de renombre en el estado.
no estoy escribiendo aquí para aportar las soluciones definitivas, ni mucho menos, ya que las desconozco; pero creo que posturas como las tomadas por los Riazor Blues o el presidente del FC Barcelona, -retirando el apoyo económico, el local en el Camp Nou y las entradas gratuitas de que disponía la PB Boixos Nois- suponen un primer paso que puede ayudar a erradicar la violencia en el deporte.
tristemente, en menos de un mes estará todo olvidado (¿cuánto se tardó en olvidar a Aitor Zabaleta?), y habrá que esperar a que ocurra otra barbarie para que se dé otro insignificante paso. pero, con suerte, algún día podamos hablar de la violencia en el deporte en pasado.
itzal Octubre 10, 2003 10:41 AM