headphones, el blog de stark.

día 47

el evangelio según yo.

Si, hoy me hicieron ir a misa. Sí, detesto hacerlo. Es que ya no creo en la Iglesia y aún así me hago el ánimo de acompañar a papá Opus Dei & family a su celebración-rito-jidbug o quéseyo llamado Misa. Lo único bueno de eso es que la iglesia donde vamos a misa es bellísima, arquitectónicamente hablando. Es la del Sagrado Corazón de Providencia, esa que está en la manzana de Av. el Bosque, Eliodoro Yáñez, Las Hortensias y Juan de Dios Vial, la calle del mítico multiplex Las Lilas 1-2-3.

En fin. Iba todo normal: todos se apretaron el play en el cerebro para decir exactamente lo mismo de siempre, lo mismo que dicen todos los domingos, el próximo, el siguiente, el subsiguiente y así hasta el día en que paren la chala y no respiern más. Peeero... llegó la hora de la prédica. El evangelio hablaba de una mina que había cometido adulterio (en castellano, cagarse al marido con otro huevón que quizá tenía mejor cama que el macabeo en cuestión) y que según la ley del mismo Moises que me conmovió hasta el llanto eterno en El Príncipe de Egipto, había que matarla a piedrazo limpio. Llega el bueno de Jesús, como corresponde los manda a freir monos al África con esa frase que me encanta: "el que esté libre de pecado, que lance la primera piedra" y pum, vuelan todos. Y el bueno de Jesús la perdona. Era cool él. Lo digo en serio.

Y oh, llegó nuestro amigo, el sacerdote Fernando Karadima, un viejo que además de cura, es cuico y facho. Damn. Y métale hablando de que los que estaban ahi poco más que eran santos, los 10 mandamientos y no fornicarás. Gil pelotas. ¿Como cresta creis que estai parado ahí? ¿De un repollo que dejaron tirado en La Vega? ¿Por obra y gracia del espíritu santo? No, weon, para tu información tus viejos, que en paz descansen, estaban calientes un día, se dieron como caja y saliste tú de chiripa.

Y no me digas que no te pajeabas cuando chico, o inculso ahora, porque supongo que el Kino acumulado que tienes puede ser incluso mayor que el que tiene Pancho Moller por tirarse a la Cata Bono, que anda en las mismas que tú, diciendo en el diario con mayor porcentaje de sexo por página de este país que el sexo es malo. No, anda a lavarte la raja a Talca, mejor.

Y bueno, no contento con eso, se tiró con toda la reverberación posible que la acústica natural de la iglesia le podía dar, apoyada en un carísimo sistema de sonido Bose y micrófonos Behringer de cientos de dólares financiados por la amaaaable contribución a la Iglesia que las muy abultadas billeteras de sus feligreses entregan bajo el concepto de "Aporte Solidario", contra la ley de divorcio. Y ahí me calenté.

Que "recen por los pelotas del Congreso que están legislando esta huevá para que los chuchasdesumadre no metan las patas en nuestra tan correcta y santa nación". Se nota que no vives en este país, viejo. Acá los tipos se cagan como quieren a sus minas y viceversa: con alguien del otro bando e incluso del mismo. Ojala escucharas un día al Rumpy pa' que supieras como es el Chile de verdad. ¿Y sabís por que me enojo, papá? Porque te aseguro que ninguno de los miembros del huevonaje que hoy no dijo ni pío por las palabras del sacerdote éste, está libre de pecado.

Ni siquiera tú mismo. Porque aquí estoy yo, producto de tu matrimonio por la Iglesia con mi señora madre, que se fue a la mierda porque te la estabai cagando con la Keka González. Y no me preguntís por qué, pero siempre lo supe. Y no por mi vieja. Era lo suficientemente inteligente y perceptivo a mis 6 años para darme cuenta de las cosas que estaban pasando alrededor mío.

Inventaste una mentira para ir donde el tribunal eclesiástico para que los huevas de la Iglesia Católica Apostólica Romana te cobraran cuatrocientas lucas por ir al Vaticano (quizá ni siquiera fue así, de hecho, lo dudo) y le chuparan las patas al Papa para que dijera bueno ya y destruyeran el matrimonio, aquí no ha pasado nada y yo soy historia extinta porque mis viejos nunca se casaron según esta manga de idiotas. Bomb.

Por eso, mis queridos hermanos, les pido que no vayan a misa el domingo, ni este, ni el próximo, ni el subsiguiente. Y tampoco le compren nada a la iglesia. Porque yo ya dejé de hacerlo. Porque no les creo ni una palabra.

Y hay una luz que nunca se apaga. Y está. Y lo sé.
Y no necesito de una Iglesia para llamarla.

Porque la única iglesia que ilumina, es la que arde.

Así sea.

Escrito por Stark a las Marzo 29, 2004 12:50 AM