POST Nº100.
Especial: Profesores, pan con queso y la Bolocco.
Es increíble esto de no tener gas en casa. Uno, porque nos obligamos todos a comer afuera, lo que incide de manera directamente proporcional en el número de loza sucia que NO hay que lavar y que uno se da el gustillo ese every day. Dos, porque me asombro por el hecho de que uno puede estar completamente limpio y aseado tan solo con dos litros de agua caliente y que no he perdido la costumbre de bañarme. Yo esperaba terminar convertido en un ente negruzco, de barba a lo Hippie pero más larga, uñas kilométricas y todo tipo de mugres adosadas a mi humanidad. Pero no.
En fin. Me di mi super baño y salí al mundo. Llamé a mi viejo por enésima vez por lo de mis glasses (que harta falta me hacen) y me dijo que estaba ocupado y me devolvería el ring al rato. Sigo esperando esa llamada. Es más: no he apagado el celular por mantener la vaga y remota esperanza de que en algun momento se acuerde de que me tenía que devolver el telefonazo.
En fin. Llegando a la U me encontré con D y JP que iban a Makalú a lo propio de un estudiante universitario: embriagarse con birra. Descubrí que serían mis compañeros en Prensa, asi que pensé por un momento que no estaría tan solo, y el momento pasó y la verdad toco a mi puerta: siempre estás solo. Siempre uno mismo.
Quería imprimir mi pauta del 24 Horas de ayer que tanta sangre, sudor y lágrimas me costó hacer, pero no había una puta impresora disponible en todo el Campus República. Esto porque el servidor de impresión se cayó y justo recordé que los sistemas de esta universidad están basados en tecnología del tío Bill Gates. Y ahí entra Aliaga y Ricardo con la excusa que siempre usaba cuando no entregaba mis trabajos: "se cayó el servidor de Microsoft". Damn coincidencias.
Don Progulakis se enojó por una razón que no entiendo, pero lo llamaron más de 6 veces durante la calurosa clase por lo de su nota del Colegio Mayor, en donde hoy siguieron las protestas de los padres que están preocupados porque sus hijos pueden terminar con autoadhesivos varios (léase stickers) pegados por sus compañerillos en sus partes privadas. Y ojo que eso, para los pendejos, es chori.
En fin. En mi descanso-ventana de 45 minutos, decidí ir a tomarme una bebida y un sandwich de queso caliente. Camino a eso, me encontré con la buena de JN que con su carita de "yo-soy-una-niña-buena-pero-ojo-conmigo-¿ah?" me alegró la tarde. Me hizo compañía un momento, hasta que apareció la troupe-séquito de sus amigas que no sé como cresta describir: o son piolas, "easy come, easy go", descaradamente populares o las tres al mismo tiempo. Pero aún así, me caen la raja. Todas. Y J se fue con ellas.
Hoy tuve una clase diferente a todas las que he tenido en mi vida. Raul Pizarro se me hace a Saúl Faúndez, solo que sin el bigote, más parecido a Robin Williams y notablemente más flaco. Pero reune las características básicas: va al hueso, se ve bohemio, está casado, tiene 7 hijos y ha pasado por todas partes, por lo cual le da todo el derecho a hablar fuerte y deslenguado a más no poder.
Asi que creo que gozaré este semestre jugando a la sala de prensa. Y Miss D me acompañará en el camino, aunque hoy me haya costado un poco agarrarla para que me dijera algo mientras se escurría al baño.
Y aunque me duela, seré individualista. Aunque no me cuesta nada.
Escrito por Stark a las Marzo 24, 2004 01:53 AMme entretuve, ritmo, ritmo.
eso.
OYE Y LA BOLOCCO.
Se me olvidó. Sorry.
Es que la Bolocro vende, poh.