headphones, el blog de stark.

día 35

Yo dije que iba a escribir pero Movable type se enojó.

Si, se enojó. Se comió los ciuatro párrafos y medio que llevaba escrito y yo me enojé con él. Por ello me declaré en rebeldía absoluta y no escribí ayer.

Hablando del día que recién pasó y que está a punto de quedar en el olvido por este que ya va en la mitad, fue convulsionado. Ayer volví a clases, a eso de las 1.30 de la tarde y llegué a esa masa amébica de profesores, vendedores de sopaipillas, estudiantes y mechones (o novatos, como sea de su gusto) malolientes. Puaj. Me dio asco y ganas de estudiar en otro lado. Habían miles, millones de personas y tenía absolutamente claro que, de un momento a otro, me iba a encontrar con gente desagradable. lamentablemente para mi, el designio se cumplió.

Recuerdo que para el año pasado, más o menos en esta misma fecha, yo estaba en una somnífera clase de Psicología Social y atrás tocaba Lucybell. Salí cara de raja a la calle, me senté en el pavimento con muchos de mis compas y nos pusimos a tomar y a disfrutar del espectáculo. Eso hasta que empezaron a volar botellas de toda índole.

Por eso este año me previne y preferí hacer cualquier cosa antes que quedarme ahí. Por eso, luego de terminada la clase de TV III, convertí mi bolso en mochila (sin duda fue una buena compra) e intenté atravesar lo más rápidamente posible el mar humano que abarrotaba República desde Gorbea hasta Salvador Sanfuentes. Y no pude. Me encontré con ex-compañeros de colegio, los míos de la U, gente conocida de aquí y allá. Y eran las tres y media y aún no podía salir y más encima debía estar a esa hora en la Clínica Alemana dejando que mi simpática oftalmóloga me chequeara los ojos.

Pasando a eso, ayer en la clínica lo pasé bastante bien. No sé por qué, pero siento atracción por ellas y en especial, por la Alemana. Es bonita, incluso amable. aún tengo un trauma generalizado de cuando entré al Carlos Van Buren de Valpo a ver a mi abuelo. Fue horrible, lo tenían pésimamente mal atendido. Poco después iba a morir ahí mismo y no me explicaba por qué.

Caminé y caminé por toda la clinica, y pasé por el quinto piso, donde está la UTI. Ahí me quedé viendo un rato a una familia destrozada mientras me tomaba un café. Me impactan esas cosas. Los dramas no me conmueven, sino todo lo contrario: me producen curiosidad, ganas de quedarme ahí, observando hasta dónde el dolor humano puede llegar.

Me han dicho que lo mío es operable en un par de años más. Mientras me decían eso, pasó por la venana un avión de guerra a baja altura. y no sé, me dan susto, auque sea la FIDAE y hayan miles de esos horribles aparatejos que me recuerdan tantas cosas horribles que pasan al otro lado del océano.

Hoy llega mi nuevo móvil. Yupi.

Escrito por Stark a las Marzo 19, 2004 01:07 PM