4.30 am descasseteando. Eso es periodismo.
Olvidé mencionar ayer que me fui a dar otro de mis placeres culpables: Té Helado en el Starbucks. Y me senté al lado de Felipe Bianchi, quién me miraba con cara de "yoteconozcodealunaparte" mientras yo, cagado de la risa, leía La Tercera.
De ahí casa y el post de más abajo. Pero antes...
Hablé mucho rato con D por MSN. En realidad no lo hago tanto, solo a veces y por situaciones puntuales de la U. Y básicamente así empezó la conversa, que dervió a temas totalmente ajenos, por ejemplo el que si yo iba a Triángulo no me volvería a hablar más, por razones de suicidio social de mi persona. Al mismo tiempo, pero en otra ventana, GG* juraba que D había ido. Morí de la risa con eso cuando se lo conté.
Otra cosa que hizo fue decirme que yo me había perdido a una gran persona. Si, ya saben de quién estoy hablando. Le dije que lo sabía, pero a la larga era para mejor. Y me di cuenta que siempre tomamos esas decisiones pensando en el bien propio y ajeno y resulta que, al final, no resulta bien para ninguno de los dos lados. Todo muere, inevitablemente. Tal como una velita que se apaga.
A la noche, más tarde, hablé con Lcrs y traté de dejar en claro que Comunacho era un personaje totalmente ajeno a mi. Revisando los comentarios de lo que escribí para despedirme, aparte de los "pucha, que lata" hay abundancia de "eres un egocéntrico". Y no, la verdad es que no. Pensé en irme piolamente, tal como lo haría yo, pero no le podía dar una vuelta de tuerca así al asunto. Había que hacerlo "a la manera de". El personaje no me podía comer.
Datos interesantes. Kike me mandó un flash especialmente diseñado para quienes son pacientes y poco intolerantes. De hecho, estuve más de una hora tratando de encontrarle una salida al asunto. Clic acá.
Y eso sería.