Por fin encontré un B&B bueno, bonito y barato.
Yo quería irme al Brighton, pero ni cagando pago treinta y cinco lucas. Un poco más atrás encontré el Harrington, cuyo nombre va en honor al arquitecto inglés que hizo aquella casona donde más de una vez jugué a la escondida cuando era tan solo un chiquillo. En fin, me largo el 30 y regreso el 1 en la tarde. Hay cosas que hacer en Santiago.
Por otra parte, hoy hablé con la vestuarista de Sobras, la Nicole, quein me dijo que me deberán tomar medidas para el vestuario, ya que soy demasaido alto y muy flaco, y que el gordo López se había cagado de la risa con eso. Jaja.
Eso. Vamos a Provi a comprar el regalito del pendejo culeado. Y a buscar la cámara a casa de mamá. Y a llamar a DLP para que prepare las maletas.