Hoy se hará público el fallo de la sentencia del juicio contra los responsables del atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Juicio que sentencia el fallo del Partido Popular y muchos de sus medios afines en la teoría conspiranóica. Tanta espectativa hay ante su publicación que los medios no pueden ni esperar a leerlo para informarnos sobre cuál será su contenido:
Desde luego, yo me quedo con la opción de Público, que aunque parezcan declaraciones más de Iker Jiménez (el maestro de decirlo tó sin decirte ná) que del juez Guevara, por lo menos no juega a conjugar verbos en futuro en su titular.
Bendito sea el youtube. Hoy cualquiera con una cámara de vídeo puede grabarse contando chistes de Lepe o haciendo parodias del mensaje navideño del Rey y colgar su "obra" en la red para regocijo y risión de todos los internautas.
En línea con esta ola de erotismo que nos invade (erotismo antimonárquico, se entiende), igual que unos queman fotos del Rey, otros deciden hacer mofa de su figura y grabar sus propios mensajes "institucionales". Que te sientes en tu salón y te pongas una bandera detrás no significa que seas NADA. Igual podía tener el escudo del Betis y un gato de porcelana, que le da la misma autoridad.
Vemos por ejemplo este vídeo que sacó ayer Mariano Rajoy, gustándose, queriendo ser el califa en lugar del califa y diciendo una sarta de... tonterías. Si son ustedes aficionados a los tics nerviosos de los que no se creen ni ellos lo que están diciendo, fíjense, además, en la comunicación no verbal. No tiene desperdicio.
Le tomo prestado el título a Kapuscinski porque ilustra a la perfección la idea que me ha venido a la cabeza en cuanto he visto la fotografía con la que Público ilustra la noticia de la hospitalización de Tony Leblanc por un infarto de miocardio: si un tipo es gracioso y cae bien, ¿por qué amargarnos en sus malos momentos?
Se me ocurre que cuando muera algún humorista, una de esas personas que han pasado su vida haciéndonos reír, bien con sus chascarrillos o sus torpezas, bien con sus maneras de hablar tirando a gangosas, regalen con los periódicos cotillones como los de nochevieja, si total...
Esto no quita, claro está que una persona que ha dado su vida por hacernos reír (no sé, alguien como Chiquito de la Calzada, Arévalo, Miliki, Juan Carlos I o Arzalluz) puedan querer que en el momento en que dejen de fumar definitivamente les recordemos con una sonrisa en la cara y metiendo bulla con el matasuegras.
Pero que lo pidan ellos. Tomarse según qué libertades con según qué asuntos está muy bien para las tertulias (y no todas) y en privado. Ponerlo por escrito, en un medio público, y con sorna, queda feo. Por eso no valemos para esto.