Como habréis podido imaginar al escribir sendas palabras del titular con ce y no con ka, este no es un post sobre política. Es una repentina reflexión (WTF? que dicen los angloparlantes) sobre un programa que hemos importado y que ayer se estrenó. ¿Dónde acabará esto?
El argumento del programa es simple, muy de tasca española un sábado por la noche (o un parque, ahora que se lleva el botellón): "Te voy a hacer una cara nueva". Solo que en lugar de un gitano bakala tuneao te lo hacen una serie de señores de mediana edad con batas verdes.
¿Qué necesidad tenemos los españoles de meternos en estos berenjenales? Nosotros o somos guapos, o somos simpáticos. ¿Queremos ser una nación con más mala leche todavía? ¿Qué soluciona en tu vida tener dos tallas más de sujetador? ¡Aunque la tele te pague la operación, insensata, tendrás que tirar la mitad de tu fondo de armario a la basura!
Prótesis capilares, lentillas de colores, relleno de calcetines, maquillajes, depilado axilo-inguinal... cosas así más soft digamos que podríamos considerarlas kosher. Están al alcance de todo el mundo, nadie va a sentir envidia de quién lo use y su efecto sí-pero-no también repercute en la autoestima de quién lo haga.
Pero estas gentes (y si lo hacen los americanos, ¿por qué no nosotros?) no tienen mesura. Que si te recortamos la mandíbula, te sustituimos el tabique nasal por una figurilla de caolín, te rebanamos la tercera papada, te enchufamos el láser a la córnea y te ponemos unos aritos como los que las mujeres kayan llevan en el cuello, pero desde el comienzo del prepucio hasta la zona antropomórficamente definible como labaselosgüevos.
Y lo echan por la tele, y los niños lo ven. Y Teresa Viejo lo presenta. Y, como nos descuidemos, en un arrebato desposée a los doctores de su instrumental y se hace ella misma un Cortefiel en las bolsas de los ojos.
¿Dónde están los defensores del espectador cuando se les necesita?
En Internet, que como todos los sociólogos saben es una muestra fidedigna del pulso de la realidad, hay división de opiniones. Incluso en casa Ana y yo debatimos sobre si el chaval que sale en este anuncio es o no es Tobey Maguire.
La cuestión es que creo haber dado con una respuesta satisfactoria a dicha cuestión:
¡¡¡ Es Ben Reilly !!!
El amigo Jorge por fin ha visto su sueño hecho realidad y su guión convertido en película. Así que aquí tenéis el corto La vida de Laura, que le convertirá en guionista estrella de aquí a nada y así podrá invitarse a champán del bueno en lugar de a... ¿espera, ahora se invita a algo?
¡Sabotaje! - gritó la marquesa. Alguien ha serrado los ejes de uno de nuestros carromatos. Doce de mis temporeros cayeron por un terraplén y no podrán trabajar en dos semanas, ¡Dos semanas!
¿Quién puede haber hecho algo tan horrible, señora marquesa? - se interesó un lacayo.
Veamos, ¿qué sabemos? En primer lugar, que gracias a esta maniobra, esos vagos van a estar dos semanas sin trabajar y, en segundo, que voy a ser la comidilla de estos parajes. Dirán que soy descuidada y no vigilo bien a quién tengo a mis órdenes. Así que como la única perjudicada soy yo, han debido de ser ellos. Creo que, además, hay alguno de ellos que les está leyendo a los otros sobre socialismo... -la marquesa pronunció sus últimas palabras con asco.
¡Socialistas! -se asustó el lacayo.
Sí. Además, ¿quién si no tiene acceso a las herramientas? ¿A los carruajes? ¿Quién tiene la fuerza necesaria para hacerlo? ¡Ellos! -la marquesa estaba enfurecida.
Señora marquesa... a todo esto... ¿no estaremos hablando del carromato viejo? -el lacayo no era muy ducho en evitar meterse en berenjenales. Recuerdo que el capataz le pidió permiso para deshacerse de él y comprar uno nuevo o, al menos, repararle los ejes...
Le dije que lo aprovecharan mejor. Justo ahora he tenido que comprar dos calesas nuevas que me han salido carísimas. Pero tengo que tenerlas, no imaginas la imagen que me da ante mis amistades cada vez que me presento con un vehículo nuevo. Pero está claro, lo han descuidado con toda la mala fe, solo para hacerme daño -la marquesa estaba a punto de echarse a llorar.
Pero si lleva años pidiéndolo, señora... -el lacayo, definitivamente, no sabía nada acerca de cómo funciona la lógica en estos cuentos. Siguió hablando, intentando ser racional, pero no se imaginaba que, conforme acababa este cuento, su carrera personal y profesional como lacayo se iba a ir al mismísimo garete, por pretender enmendarle la plana a la señora marquesa e, incluso, atreverse a insinuar que tras los innumerables fallos en el transporte no había ninguna pérfida mano saboteadora, sino su propia inepcia como administradora.
Entre otras muchas razones aún no bien estudiadas en profundidad, el hecho de abrirse un blog o, mejor dicho, mantenerlo, responde en gran medida a la nutrición del ego. Hay gente que se viste de peluche y se pone pañales enormes para mantener relaciones sexuales (con gente vestida de peluche y que lleva pañales enormes) para sofocar sus frustraciones. Otros tienen un blog. Como bien explica la teoría de grupos, hay también una delicada zona donde ambos pueden superponerse.
En fin. Yo no. Yo no tengo ninguna frustración que sublimar, simplemente, a ratos, me divierto con esto del blog. Fruto de estos divertimentos, a veces hasta me salen textos que otra gente llega a encontrar hasta graciosos (gente con poco conocimiento de geometría y teología, sin duda).
A mí y a otra gente como yo (lo cual demuestra que en este proyecto no hay egos envueltos) nos han contactado desde una editorial (www.malhivern.com) para publicar un libro que selecciona relatos cómicos publicados originalmente en blogs. Cuando tenga más datos, sobre quién más participa (dicen desde la editorial que alrededor de cuarenta y pico bloggers) y cuáles son sus blogs, los iré poniendo.
De momento sé que el libro se va a titular "A blog pongo por testigo", que se espera que esté a la venta a primeros de abril y que contará con una portada tal que así:
Hace dos días que murió Fujitsu. De noche, callando, sin apenas sufrir y dejándonos a todos con lágrimas en los ojos, obligándonos a robar portátiles y blogs ajenos para poder rendirle el merecido homenaje.
Fue a la vuelta de una cena cuando me encontré el cadáver. No sirvió ninguna técnica de reanimación F8, aunque insistí tanto, negándome a dejarle ir, que tuvieron que apartarme de su cuerpo. Y él, intentando engañarne con una última broma (ah, tan habituales en él), me quiso hacer creer en un último instante de lucidez, con todas sus LED brillando en orgulloso verde, por un momento, que estaba bien, que no había errores en C:. Pero yo sabía que me mentía y me vi obligada a entrar en su BIOS, algo que no había hecho nunca, ya que respetaba su intimidad tanto como él la mía. Pero allí no había nada que hacer, y no dejaba de torturarme el pensar que yo estaba por ahí mientras de su ventilador surgían sus últimos estertores.
Lloro cuando recuerdo las últimas palabras que me dedicó:
"Windows XP Home Edition" seguido de un breve pero sentido "No existen suficientes recursos para ejecutar la llamada API". Siempre llevaré esa frase en el corazón.
Se dice que nunca se valora lo que se tiene hasta que se pierde, pero creedme, yo lo valoré los 804 días que estuvo junto a mí. Llevaré luto diez días, hasta que decida quién le sustituirá en su abnegada labor, cuestión difícil, puesto que sea quien sea el elegido, siempre le compararé con Fujitsu. Era un ordenador perfecto, no sólo por su exterior, su personalidad (sobre todo su wi-fi) fue (Dios, cómo duele hablar en pasado) lo mejor que me he encontrado en este mundo.
Tantas, tantas horas de alegría juntos, que casi no puedo creerme que se haya terminado así. Pondría las fotos en las que aparecemos disfrutando de esos momentos, pero... se las había confiado a él. Solo una sobrevive, cortesía de Claricia, aficionada a irrumpir en la 102 cuando ambos descansábamos tras descubrir la beta del CoH.
¿Lo peor de todo? Que en el mp3, en una de esas decisiones que tomamos sin pensar en el futuro, sólo había metido Jack Johnson.
El funeral se celebrará (en serio) en mi casa, dentro de ocho días, cuando me devuelvan su disco duro en una cajita de metal, mientras tanto, pueden dejar aquí su pésame.
porque puedes escribir un post en tu blog usando una wii.
Y lo que es más, solo por el placer de hacerlo.
Aunque eso de placer debo dudarlo gracias al puñetero mandito...
Entre otras explicaciones sobre la actuación del Gobierno en el caso de De Juana Chaos, Rubalcaba incluía también la defensa de la postura ante ataques del principal partido de la oposición. Un Santana calvo devolviendo reveses con astucia de perro viejo y soberbia de estar convencido de haberlo hecho bien. Señalaba, por ejemplo, como Rajoy usa para acusarles el mismo dedo con el que sujetaba la pluma para firmar excarcelaciones en sus años mozos (cuando ejercía de Ministro).
Se puede dudar de que el Gobierno lo haya hecho bien, no digo que no, pero los argumentos que han esgrimido son bastante razonables (y, qué carajo, han cumplido escrupulosamente con la ley). Se puede dudar, me refiero, desde un punto de vista razonable, se puede ver desde luego en los escrúpulos que le ponía Rubalcaba a la explicación que estaba dando. También lo dudan, luego cabalgamos, muchos forofos del vocinglerío, pero me temo que sus "argumentos" de momento, no han terminado de seducir al departamento de mi cerebro que se encarga de decidir qué posturas adopto ante los asuntos de la vida.
El jueves, en la puerta del Ministerio de Justicia, cortando el Paseo de la Castellana (y, he de reconocerlo, provocando mi enfado por no poder volver a casa en bus), había una manifestación de quienes primero pensé que se trataría de los reivindicadores de las cañadas reales. Pero estos eran pellejudos, nada de lanita suave y, desde luego, dotados de huesos y calaveras. Los argumentos de estos ovinoides, que se sepa, son: iconografía franquista variada y lemas tan ripiosos como "España cristiana y no musulmana" [sic], que si bien no tiene absolutamente nada que ver con el asunto que nos ocupa, cumple la máxima de ser simple y contundente. Sobre todo simple.
Al salir a pasear de la manita de la Falange, a Rajoy se le ve el plumero. Las posturas de su partido, esto es, suyas, están yendo de lo malo a lo peor. Bien que yo sea de naturaleza obcecada y el PP nunca haya sido de mi gusto, pero, desde la sana enemistad, no puedo esperar a ver cómo en las próximas elecciones quemarán a Rajoy, que no podrá volver a usar su pluma más que en privado, por ejemplo resolviendo sudokus, y si es que le da. Tras él, esperamos a que vengan los Zaplanas, a menos que por su querencia por el adobe cocido acabe quitándose el bronceado de mala manera, o los Acébeses, profetas de la segunda venida de Aznar...
La cuestión es que Rajoy ya no da para la suficiente risa, que nos lo cambien.