¿Cuál de las canciones del radio blog habla sobre el cunnilingus?
Explica el porqué de tu respuesta.
(No premio a los cinco primeros acertantes)
Poned que sois un señor que se plantaba en la campaña electoral con un horrible peinado. Poned que alguien se da cuenta de que (y mira que tardar tanto...) en los tiempos que corren, da igual que la mujer del César sea buena o no lo sea, que lo importante es que lo parezca. O ni siquiera, también se puede hacer creer a la gente que lo que hace está bien. Poned que cuando ese alguien topa con tan brillante idea, contrata a una empresa de RRPP para que mejore la imagen de su candidato.
La primera acción (irrevocable) que propone la empresa de RRPP es que el candidato deje de usar GEL DE BAÑO como si fuese gomina y se peine como si fuera una persona cuando vaya a aparecer en público.
Poned que el candidato llega a Presidente del Gobierno más que por convencimiento de la mayoría, porque el gobierno anterior ha metido en la cárcel a algunos de sus hombres por diversas razones. Lo primero que aprende el candidato es que si jamás asume (ni él ni sus hombres) las consecuencias, ya sean jurídicas o meramente morales, de sus actos, la mujer del César podrá seguir colando como buena.
Poned que esto no es suficiente. Poned que el tipo se toma en serio El gran dictador y, como ya no quedan judíos en su país, no sabe a qué minoría étnica perseguir. Como no acaba de decidirse, prefiere perseguir y criminalizar, así a destajo, a la minoría étnica que suponen todos los ciudadanos del país que no piensen como él. También pretende hacer el numerito de las sillas de barbero. Pero el nuevo Mussolini, quizá porque compite con él en sinvergonzonería y mediocridad, no se lleva muy bien con él. Poned que entonces decide buscarse en los regímenes de ultraderecha cohetánea a su nuevo Mussolini, para tener con quién jugar. Tiene suerte. Poned que hay un gañán tan grande como él o más que le invita a tomar el té en su casita de muñecas.
Poned también que aunque el gañán de su amiguito quiere ensalzar a nuestro candidato, el hombre que usaba gel de baño como si fuera gomina, distinguiéndole con una de las condecoraciones más altas de su país, al tratarse ésta de una cosa llamada "Medalla del Congreso", necesite los votos de los congresistas de dicho congreso para poder dársela.
Había un tiempo en el que los hechos hablaban por sí mismos. Poned que esos tiempos ya están completamente demodé, que lo que hay que buscar ahora es un buffete de abogados para que unten y presionen (son las palabras más exactas que se me vienen a la mente para definir estas acciones) a dichos congresistas. Poned que uno, que vive en un país al que tiene, al menos, como país de ingenios, de plumas floridas y de verbos ágiles, se queda estupefacto al saber que la que era Ministra de Exteriores de ese Presidente del Gobierno que fue justifica la contratación de este buffete como algo necesario para mejorar la imagen de su país en ese país que gobierna el gran Gañán, alegando que el embajador que teníamos allí encontraba "dificultades" para establecer relaciones.
Yo, en su lugar, hubiera enviado a alguien que hablara inglés (a la sazón, el idioma local del país ajeno al que me refiero).
O a alguien que fuese capaz de escribir una carta informativa-explicativa-laudatoria de las cosas buenas que tiene este nuestro país por sí mismo. Que supongo que en toda nuestra carrera diplomática alguno habrá.
Pero yo, al menos me precio de ello, soy capaz de pronunciar "Cuenca" sin trabarme, no como la, pobrecita ella, citada ex-ministra.
Poned que para ella, en su amplitud de luces, estaba bien justificado el gasto de dos millones de dólares (de los de antes) en un buffete de abogados que realizase esta campaña. Campaña que aparte de untar y presionar a los congresistas para que votaran a favor de la concesión del galardón a este Ex Presidente del Gobierno del que hablo, si también contemplaba la exaltación de los logros de nuestra simpática nación (con perspectivas comerciales y diplomáticas, entiendo) como dice la señá Ex Ministra, lo que no contemplaba era que el contrato tuviese vigencia una vez que hubiera perdido las Elecciones Generales el Partido Político al que pertenecían dichos personajes (El Ex Presidente del Gobierno y la Ex Ministra, y el Ex Embajador No-Anglóparlante). O lo que es lo mismo, que los logros y ventajas de nuestro país no serían los mismos si ganaba otro partido, poniendo que fuera cierto lo de que el contrato quería mejorar la imagen de nuestro país (el mío y el de estos personajes), aunque fuese por medio de la imagen -que para mejorarla más que una medalla yo le hubiera concedido unos zancos y un bozal- de aquél que fue su Presidente del Gobierno; éste contrato estaba pagado con dineros de todos los españoles. En este caso el personaje, poned que no sabéis de quién estoy hablando, porque hastiaditos estamos, habría estado usando fondos públicos para su lucro personal (sí señores asemióticos, gastar en imagen es un lucro privado como el que más)... vamos, más o menos, aquél delito que llevó a la cárcel a algunos de los hombres del Gobierno anterior al suyo, y el cuál creímos que él iba a ser lo suficientemente inteligente como para evitar.
Aún no habíamos caído en la cuenta de que el tipo de suficiente no pasaba, y de la inteligencia mejor no hablar.
La noticia, en condicional, en un sitio sospechoso de antiespañolidad.
Estaba yo estudiando sétimo de EGB, todavía existían las Ciencias Naturales y a los niños en los colegios se nos educaba en valores futiles como la igualdad de sexos (menos mal que eso se corrigió y desde hace unos añitos -8, para más señas- esas cosas se han tenido muy poco en cuenta o, al menos, menos de lo que se ha tenido el darles a los niños una buena basura espiritual evaluable). Tuvimos que realizar un trabajo de tema libre, el cual, además, teníamos que exponer delante de toda la clase. Yo, por extraña inspiración, elegí La Luna.
He de reconocer que la carrera espacial tenía mejor desde aquellos doce años. Sin embargo, no dejo de reconocer que me parece acojonante una hazaña tal como enviar a dos tipos a La Luna (Buzz Aldrin y el que bajó delante), a pegar saltitos y a hacer prospecciones mineras. Acojonante también, el dineral que cuesta eso y la de vacunas contra el SIDA que se pueden desarrollar con esa pasta, pero nos estamos desviando del tema.
En el 69, cuando Hermida relataba con su particular gracejo como estos dos salían de aquél engendro mecánico, que sería muy útil pero que es más feo que el Megane Coupé, que ya es decir, la gente no las tenía todas consigo. De hecho, recientemente se han puesto a buscar y rebuscar indicios que demostrasen que las imágenes de La Luna que tenemos, no son realmente de La Luna. La explicación más divertida que recuerdo sobre este asunto era la que decía que sí, que fueron, y que grabaron, pero que la película no estaba preparada para recibir tanta sobrexposición y se les veló enterita; y por eso tuvieron que volver a grabarlo ya en La Tierra. Lo peor es que hasta me la creo. Aunque, bueno, como soy como soy yo me creo hasta que la pobre señora Gorsky tuvo que quitarse la dentadura postiza y amorrarse al pilón una noche tal que hoy, hace treinta y cinco años (Quien no haya pillado el chiste, que mire aquí.)
Alrededor de la carrera espacial hay muchos mitos, los cuales desconozco en su mayoría, por suerte. Era divertido leer como hace quince o veinte años preveían que íbamos a tener una estación espacial permanentemente habitada, o cómo pronto, la especulación urbanística iba a llegar a nuestro precioso satélite (supongo que al menos allí no habrá que matar negritos para hacerse con sus terrenos).
Fue muy divertido empaparme de tantas cosas sobre La Luna para haberlas olvidado tan rápido. Pero sin duda se lo pasó mejor un compañero (jejeje, esta no se me olvidará nunca), que había hecho su trabajo sobre las perdices. Y estaba hablando de la cópula cuando algún alma malintencionada levantó la mano y le preguntó
-¿Y qué es eso de la cópula?
-Pos...pos...cuando el macho se trinca a la hembra.
Hubo risas mil. Cuando la profesora, que lo era también de Lengua pudo contener su risa le instó:
-Hombre, Alfredo, dílo más fino.
Se produjo una extraña pausa mientras Alfredo fue al diccionario a consultar. Luego volvió ante la pizarra y corrigió su desliz:
-Bueno, pues que se la folla...
No se puede hacer ciencia de esto, sólo un poco de estadística:
En los años pares me suceden más cosas buenas que en los impares.
(Hasta por esas, nací en uno impar)
Traducción simultánea para sordos:
Viñeta 1.
Tele: "La guerra es la paz"
Viñeta 2.
Tele: "La libertad es la esclavitud"
Viñeta 3.
Tele: "La ignorancia es la fuerza"
Texto en pantalla: Obedece.
Viñeta 4.
Chico: "Creo que necesitan un comprobador de datos"
Tele: "'¡He oído eso, terrorista!"
Enviamos un macho gallego de viaje a la luna,
para hacer experiencias sexuales con una marciana.
Nada mas poner pie en el planeta tiro de carallo,
y todas las galacticonas temblaron, temblaron.
Hay un gallego en la luna,
hay un gallego en la luna,
hay un gallego en la luna,
que ha venido de El Ferrol.
Hay un gallego en la luna, luna,
hay un gallego en la luna, luna,
hay un gallego en la luna
que ha venido de El Ferrol.
Pa' calentar las marcianas, si!,
Pa' que votaran a Fraga, si!,
y al cabo de una semana el planeta conquisto.
Los marcianos tocaban pandeiro, eiro, eiro, eiro, eiro,
las marcianas tocaban la gaita, gaita, gaita, gaita, gaita,
el gallego tocaba floreiro, eiro, eiro, eiro, eiro,
las marcianas limpiaban la baba, baba, baba, baba, baba.
Pandeirada, a pandeirada, a pandeirada sideral,
toca, toca, toca gaita, toca gaita, y ya veras.
Zapato Veloz - Hay un gallego en la Luna
El siglo XXI ha llegado amigos. Ese futuro apocalíptico de ciudades derruidas, territorios desérticos y famosas en topless que bien conocen los aficionados a la ci-fi ya está entre nosotros, hecho presente, y tan denso que es casi tangible. En estos días de atrás, y seguramente todavía algunos más de los próximos, las temperaturas han estado jugando a ver quién la tiene más grande en nuestra atmósfera. El calentamiento global, el efecto invernadero (que no es el nombre de una estrategia propia del Polideportivo Ejido) consiguen que el viejo sol, a quien agradecemos cuando es morigerado y primaveral, se comporte como un culturista bakala con esteroides: se luce lo más que puede, nos quema, nos machaca, se nos aploma encima y nos da dolores de cabeza. Y aquí, en la ciudad, entre asfaltos y hormigones, el calor reseco se instala con pocas dificultades hasta en el último rincón de sombra. El calor, en mi desierto, se daba unas vueltas por la playa; jamás entraba en una casa si no le invitabas y, sensato, solía retirarse a descansar a una hora prudente. El calor, en mi desierto, era más civilizado.
A las temperaturas a las que estamos llegando, en las que hasta los jóvenes, sanos y robustos (como yo) nos encontramos derrengados y plomizos, los ancianos y los niños corren serios peligros. Parece absurdo que en un país como este haya que hacer campañas para prevenir a la gente contra el calor. Pero la gente es muy absurda, y en este país más. Aunque por sí sola no sea bastante, me parece muy útil la publicidad que se está haciendo para informar a la gente de cómo evitar los famosos "golpes de calor" y las deshidrataciones (qué cosas, antes estas cosas la gente las sabía de forma "innata"). Aunque Irenita diga que el tipo del cartel que da agua a la anciana tiene cara de psicópata y yo piense si acaso la anciana no tiene manos para ponerse solita un vasito de agua fresca. Quién me iba a decir que algún día se iban a anunciar, de forma altruista y bienintencionada, sin mencionar lo typical spanish que son (agradecido estoy), unas sanas medicinas como el sombrero de paja, la siesta a la sombra y el botijo poderoso.
¿Adivináis por qué a las pruebas de impresión se les llama "galeradas"?
Por razones que no vienen a cuento aún, el otro día me dejé caer por la sección de DVDs de El tajo sajón. Están haciendo una oferta de esas que los compradores de DVDs baratos esperamos siempre como agua de mayo. La lástima es que siempre las hacen cuando no tengo dinero, pero eso es otro tema. En este caso es un 3x2, las 2 eran fáciles, porque eran un regalo que tenía que hacer. Sin embargo, me tuve que quebrar un poquito la cabeza para la 3.
Mi mirada saltaba por la estantería. Kill Bill, Goodbye Lenin, Love Actually, Goodbye Lenin, Kill Bill, Goodbye Lenin, Love Actually, Goodbye Lenin, Kill Bill. No conseguía decidirme. Ni Eme A ni Raúl, que venían conmigo, consiguieron disipar mis dudas (más que nada porque, en plan azafatas de El precio justo, aparecían por detrás de las estanterías con sendos packs de Los Soprano -no confundir con...-, Los Simpsons, Smalville, Futurama, Miami Vice... too much friki, tíos). Estaba tan desubicado que hasta pensé pillarme la edición especial de Raza, que en dicho establecimiento, no sé por qué, siempre la encuentro colocada en algún lugar preminente. A punto de caer en el abismo de la incertidumbre audiovisual, de pronto me acordé.
Snatch. Es una película que me gustó mucho, no sé si también ayudada porque la banda sonora me gustó mucho. Siempre que la veía en las estanterías me decía: tengo que pillarmela. Pero, como la mayoría de la gente, no hago mucho caso a las cosas que digo, así que siempre me olvidaba de comprármela. Por supuesto, en aquella aciaga tarde de dudas en El tajo sajón, tampoco me acordé de comprarmela.
Me la compré al día siguiente, en la Ehnná, que estaba a seis euros y por la noche la volví a ver. Lo del precio fue todo un pálpito, el día anterior en la tienda de enfrente costaba 24 eypos. El 3 al final se lo llevó la primera temporada de Doctor en Alaska, que fue de lo que me acordé. Son solo 8 episodios, 2 DVDs, y creo que bastante bien de precio (y eso sin contar el 34% de descuento) teniendo en cuenta como se suben a la parra con los packs y con las series. Solo 8 episodios, decía, y menos mal, porque al parecer la serie le ha caído simpática a mi insomnio y se pasaban las noches haciendo guarreridas juntitos. Ya me la he visto entera y me encantaría, sinceramente, que para mi próxima nómina o para cuando me devuelva hacienda, lo que ocurra primero, sacasen más. Soy un jodido compulsivo, no lo puedo remediar.
Como no creo que sea así, supongo que también puedo aprovechar el tiempo para volver a verla, primero en VO, luego si eso en italiano, quizá con los subtítulos en checo... ¡las posibilidades son infinitas! Nah, en serio, creo que el tiempo de asueto, que por las noches escancio a espuertas, lo tengo que dedicar a ponerme al día con esos libros y películas que todavía tengo esperando. Hoy le ha tocado el turno a El bosque animado (la peli), que había dejado en pause hacía más de un mes. Sí, me gustan este tipo de películas, creo que debería volver a someterme al test friki.
Hoy como despedida os dejo con uno de los mejores chistes malos de Doctor en Alaska, el diálogo en inglés, para disfrutarlo mejor:
Joel y Maggie están dando una clase de preparación al parto. Mientras las parturientas hacen ejercicios de respiración, Joel lee una revista. De pronto una empieza a gemir. Joel se acerca y la felicita porque finje muy bien. Entonces le dicen que no, que está de parto de verdad.
Mujer: "It's time!"
Joel (señalando la revista, con cara de decir una obviedad): "No, it's Newsweek."
Hay una sutil diferencia entre el no tener ganas de escribir y no tener de qué escribir; lo primero se puede llevar más dígnamente e, incluso, usarlo para camuflar a lo segundo. Lo mío últimamente no es ni lo uno ni lo otro. Es una cuestión de falta de coordinación; cuando dispongo del qué, no me llega el cuándo; y viceversa. Parece mentira, pero entre trabajos reales e imaginarios; entre amigos reales e imaginarios; entre mi vida real y eso que a veces aparece escrito en este blog, el cuándo de lo que va de mes se ha ido esfumando igualito igualito que si fuera el saldo de mi cuenta bancaria.
Respecto a los qués, he barajado muchos qués; aunque no os lo creáis, pienso mucho. Sobre todo cuando voy por la calle andando empanado, mirando a las musarañas, haciendo como que no oigo lo que me estáis contando o, si voy solo, haciendo como que no me doy cuenta de que me hablo solo. Tranquilos que de esas charlas conmigo mismo (no pienso plagiar a Machado otra vez) no puede salir nada bueno, con lo que no creeré que merezca la pena contarlo aquí y no vais a tener que sufrirlo.
Llevándome tanto tiempo de aquí a allí (y no necesariamente hablo de cuestiones físicas), no tengo tiempo de empaparme bien de la actualidad; tan solo por encimilla para comprobar que sigue tan risíble como siempre y más ahora con el plus añadido de las esquirlas de metralla que, tras cuatro meses, aún había gente que no sabía de dónde habían venido o a dónde iban a ir a parar. Cuánta risa... y yo que viejo.
Digamos que estoy saldando cuentas pendientes con distintas ficciones (o no tanto) que tenía arrinconadas por culpa de las acuciantes realidades. He visto Shrek y Shrek 2. Aunque me gustaron, las vi tan seguidas que creo que por eso me pareció más floja la 2, menos original quizá y, por supuesto, menos burra. He visto Spider-Man 2, cuyo argumento me parece mejor elaborado que el de la primera parte, claro que también soy consciente de que la primera parte quizá necesitaba todas esas dosis de "presentación". También es más espectacular, eso de fijo, pero hasta que no la vea el sábado en el cine no me podré pronunciar respecto a ello. Nota: normalmente "es espectacular" no es un argumento que me guste utilizar para recomendar una película, pero coño, es una película de superhéroes: se pueden hacer virguerías narrativas obviando eso, pero si no tienes al menos un par de escenas con muchas toneladas de algo a gran velocidad poniendo a alguien en peligro, te estás pasando por el forro las espectativas de los adeptos a la nueva épica. La espectacularidad está bien utilizada (en mi humilde opinión, claro), supeditada a la narración (como Dios manda) y muy currada. Un trabajo tan bueno se merece ese poquito de reconocimiento.
Conste que en el test de frikismo ese que enlazó Irene hace poco sólo saqué un 31 %, que no llega al tercio, con lo cuál podría decirse que estoy justo en el puntito necesario para darle sal a la vida. Y demuestra, también, que yo no soy friki.
Ya que me veo tan agusto recomendando cosas; aunque más que recomendar sólo voy a reseñarla porque la acabé ayer y me ha gustado bastante: Niños, leed "El mundo según Garp". Una novela de John Irving que, en parte, es otraa de las razones por las que en los últimos días no he escrito. En primer lugar, razón obvia, porque mientras estaba embebido en ella pasaba mucho de parar la lectura para escribir nada aquí. En segundo lugar, razón más oscura y psicológiamente hablando perniciosa, porque cuando leo cosas sobre gente que escribe o sobre cosas que escribe la gente, incluso cuando leo cosas que la gente escribe sin ser sobre gente que escribe ni sobre cosas que escribe la gente, me siento tan gente que me acojona escribir. Porque normalmente lo hago sin preocuparme de que sea bueno o malo, pero cuando leo [véase la definición arriba], sí que me angustio un poquito. Estoy empezando a pensar que mi famosa carencia de empatía no es tal, sino que ésta sólo funciona con personajes ficticios. Y sí, esta es otra cuestión alarmante pero mejor divago sobre ella en otro post.
Ahora mismo (de hecho en cuanto cuelgue este texto me voy a volver a ello) estoy leyendo el "Ensayo sobre la lucidez" de Sara Mago, que para quien no la conozca (y me consta que hay mormones que no la conocen) es una de las escritoras predilectas de la Presidentadura Postiza Madrileña, ya desde sus tiempos de Menestra de Cultura, Corte y Confección. Me gusta como escribe este hombre, me fastidia por el desplante que hace a las reglas ortográficas más elementales (o sea, las de puntuación), pero he de reconocer que lo que busca, que es un buen ritmo narrativo, lo consigue. Y también consigue hacerme empatizar con esa ciudadanía "sediciosa y taimada" que de la noche a la mañana decide, sin ponerse de acuerdo, hacer uso de su derecho al voto en blanco. Lo mejor del libro, de lo que va hasta el momento, es lo poco que disimula (poco, muy poquito, con un algo de sarcasmo) el caracter de los miembros del Gobierno, desde el Presidente de la República hasta el último mono (en este caso, el Ministro de Interior). Llamadme enfermo si queréis, pero para ser una fábula política (y en el fondo terriblemente veraz), me está resultando de lo más divertida. Y con unas sentidas palabras del Presidente de la República, me despido por hoy...
"Ahora sois una ciudad sin ley. No tendréis un gobierno para imponer lo que debéis y no debéis hacer, cómo debéis y no debéis comportaros, las calles serán vuestras, os pertenecen, usadlas como os apetezca, ninguna autoridad aparecerá cortando el paso y dando el bueno consejo, pero tampoco, atended bien lo que os digo, ninguna autoridad os protegerá de ladrones, violadores y asesinos, ésa será vuestra libertad, disfrutadla."
José Saramago,
Ensayo sobre la lucidez.
Quienes viérais la primera parte seguramente recordaréis a uno de los actores principales que sobreactuaba cosa mala (sobre todo en las escenas de lluvia). Pues bien, en la segunda parte...
Después de haber sufrido tres abortos, su mujer murió al parir a la criatura más hermosa del mundo.
Introducción.
El fenómeno de la globalización se encuentra actualmente entre los temas más de actualidad para los medios de comunicación y para los estudiosos de diversas disciplinas (la economía, la sociología, la política). No es para menos, puesto que tanto considerando sus aportaciones positivas como las negativas, vamos a tener que enfrentarnos a ella, bien para combatirla si se da el caso, bien para adecuarnos a la nueva forma de vida que conlleva. Hay diversas teorías que intentan explicar el concepto de la globalización, cuáles son sus dimensiones y hasta qué punto afectan a la organización de las sociedades humanas. O la sociedad humana, si consideramos la dada circunstancia de que este fenómeno nos afecta a todos los habitantes del globo (aunque de formas diferentes). Todas ellas, sin embargo, podrían considerarse complementarias, y teniendo en cuenta la importante componente crítica que es presente en todas ellas, nos podemos hacer una idea de lo sólidos que tendrían que ser los argumentos de alguien que estuviese dispuesto a defender la globalización como un proceso beneficioso, a pesar de sus taras tan evidentes.
Cualquier lector buen observador nota enseguida que existe una pega obvia a estas teorías, la cual mencionaré aquí en la introducción, antes incluso que a las propias teorías porque me parece un problema fundamental a la hora de plantear un estudio crítico sobre la globalización (o sobre cualquier otro proceso cultural, político o económico): la ignorancia. En el mundo existen más de seis mil millones de personas. Solo unos pocos millones tienen una noción (muchas veces difusa) de que existe algo llamado globalización. De esos, son menos todavía los que tienen una idea clara de cuáles son sus características. Y entre ellos, aún, quedan algunos que todavía se esfuerzan en sostener exiguos argumentos para defenderla. Con lo cual, los principales afectados por el denominado proceso de globalización, esto es, los ciudadanos del mundo, viven bastante ajenos a una realidad, la suya propia, en gran parte por culpa de los mecanismos de autodefensa de la globalización misma. Otras veces, simplemente, esos ciudadanos están demasiado ocupados intentando sobrevivir a las horribles condiciones de sus puestos de trabajo el tiempo suficiente como para alcanzar la mayoría de edad, por ejemplo.
Esas circunstancias son sangrantes, sí; existen muchos millones de personas a las que no se les facilita precisamente el acceso a la información, ni siquiera a la referente a sus propias situaciones vitales. Pero también existe un amplio porcentaje de la población, este en el llamado mundo Occidental (un mundo cuyos ciudadanos de a pie están más cerca de los esclavos tercermundistas de lo que ellos mismos quisieran reconocer), que tiene todas las facilidades del mundo para acceder a la información, para llegar a comprender el mundo que le rodea y cuales son las responsabilidades que ellos deben asumir frente a esa situación. Tienen esas facilidades, pero sin embargo, hay una cierta pauta cultural que ha conseguido aniquilar en la gran mayoría de la población el espíritu crítico respecto a su entorno, la cultura Occidental ha “matado” esa inquietud connatural a la condición humana como el dentista que “mata” un nervio molesto para que nunca vuelva a importunar al paciente. El temido “flujo de un solo sentido” que supone la globalización no se da en este caso, habiendo convertido a gran parte de la población de los países del Norte en ciudadanos tercermundistas, asfixiándoles hasta hacerles vivir concentrados en sus necesidades básicas e, incluso, habiéndole inventado ad hoc algunas necesidades, no tan básicas, que consiguen difuminar por completo cualquier interés que pudieran demostrar esos ciudadanos de a pie por la reflexión crítica, no ya solo por la situación en la que la globalización está dejando el Sur, sino que tampoco por la propia situación que ellos están viviendo.
La globalización está reeducando a las sociedades para su propio beneficio de forma regresiva. En el caso de los ciudadanos del Norte, reconfigurando nuestros conceptos de cultura y de ocio. Se ha convertido al ocio en el gran fin que los ciudadanos deben perseguir, invirtiendo los réditos que obtienen de sus duros trabajos, en un ciclo sin fin que, no sólo ha servido para sacar un beneficio económico, sino para desvirtuar las ideas tradicionales de cultura y conocimiento, evitando que surja algún tipo de revolución intelectual (la cual podría ser tan peligrosa o más que una revolución armada contra el sistema). Culturalmente, la ciudadanía del mundo son sólo seres humanos con derecho a comprar el último y lucrativo libro del gurú anticapitalista de turno (en los casos más afortunados) o a adquirir todo tipo de parafernalia y literatura proselitista propias de la religión, cualquiera, que profese (en los casos más desafortunados). En definitiva, la globalización (o en este caso quienes se benefician económicamente de ella) han conducido a las sociedades humanas de nuevo a la inmadurez propia de los primeros años de humanidad, cuando más incapaces somos para oponer resistencia crítica, cuando las necesidades son sólo las básicas y las del ocio. Intelectualmente, la globalización intenta que seamos todos unos niños caprichosos y malcriados. Pero eso sí, obedientes.
Por suerte no hablamos de oscuros poderes en la sombra. Hablamos de unos poderes que actúan con impunidad (lo cuál es lógico siendo ellos quienes deciden las leyes a las que se sujetan) a plena luz del día y con el mayor descaro. La interdependencia producida por la globalización (o causa de la misma, según se mire) no sólo se ha generado entre las comunidades, los pueblos y los países. También entre los distintos poderes. Por ejemplo, ahora es imposible entender la situación política separada de la económica. La globalización, como punto máximo alcanzado del imperialismo capitalista, es la consecuencia de la progresiva conquista de los poderes económicos sobre el resto. Dentro de las dinámicas expansionistas que requiere el sistema económico dominante, el capitalismo, la más evidente es la necesidad que tiene el sistema de “ampliar los mercados”, y esto supone no sólo instalarse en nuevos territorios. También es necesaria una instalación en las legislaciones de dichos territorios y, por supuesto, también la instalación en la mentalidad de su población; la globalización modifica y acomoda las ideologías, las tradiciones y los valores para convertirlos en un “hábitat” adecuado y evitar así que surja la conciencia colectiva lo suficientemente fuerte como para desarraigarla.