Febrero 26, 2008
¡Hagan juego, señores! (IV)
En el debate de ayer, aun sin que brillase la oratoria, hubo algunos momentos deslumbrantes. El candidato del PP solo quería hablar de terrorismo y de inmigración. Con el terrorismo salió escaldao, no solo porque durante la última legislatura haya habido cuatro víctimas de ETA mientras que durante la última del PP hubo cuarenta y seis (más ciento noventa y dos del terrorismo islámico), porque las víctimas sobran todas, sino sobre todo por éste golazo que le coló Zapatero a lo Raúl: de cuchara.
Zapatero:"Afirma que ETA estaba acabada al fin de su legislatura. ¿Cómo es posible que ETA estuviera acabada cuando ustedes le atribuyeron el atentado más grave de la historia de Europa, que fue el atentado del 11-M del 2004. Usted mismo lo dijo en la jornada de reflexión: “Tengo la convicción moral de que era ETA”. Y estaba acabada… Ni convicción, ni moral".
Respecto a la inmigración, pese al empeño que ponía Rajoy en mostrarse como un xenófobo redomado, el tema se le fue de las manos en cuanto Zapatero le sacó los expedientes de regulación, de cuando Rajoy era Ministro, cuyo único requisito había sido presentar un abono de transporte.
Y se le fue de las manos porque él si que podría haber dado una clara argumentación a favor de dicho proceder. Como no lo hizo, voy a explicarlo yo aquí mismo:
Si los inmigrantes son honrados trabajadores que van a contribuir a la grandeza económica de nuestro país, tendrán un bonobús para ir al tajo todos los días y por lo tanto se les puede regularizar sin más requisito.
Otra cosa es que no tengan bonobús, eso puede significar dos cosas: O bien que sean unos haraganes que vienen a España a vivir de la sopa boba y no se sacan el bonobús porque ni van a trabajar ni van a buscar trabajo. O bien que sean unos delincuentes pertenecientes a bandas organizadas, gentes que se desplaza a cometer sus golpes y atentados en furgonetas Renault Kangoo robadas y luego, fruto del lucro doloso que obtienen a costa de los honrados españoles, tienen Audis y BMWs para salir a pasear los domingos.
Dicho esto también es significativo, dados los anteriores supuestos, que Mariano Rajoy no sepa siquiera qué es un bonobús.
Los greatest hits del debate son si duda lo del bonobús; como Mariano reacciona primero con unas risitas histéricas, cambiando frenéticamente la mirada entre Campo Vidal y Zapatero, para posteriormente preguntar "¿eso qué es?".
El otro fue cuando Zapatero sugiere que Aznar sigue siendo el que dirige al PP en la sombra; Mariano, que pretendía negarlo demostrando autoridad, empezó dejando deambular por el plató su mirada, que evadía la de Zapatero. Si no hubieran tenido encima el techo de la sala de Ifema, uno hubiera pensado que pretendía escrutar el cielo, en busca quizá de una ruta de escape.
Pero si su mirada le delató, mucho mejor fue lo que alcanzó a decir, trabándose al principio y apagándose con cada palabra que decía.
Su cara lo decía todo, de hecho, parecía decir: "¿se notará mucho que ni yo mismo creo una sola palabra de lo que estoy diciendo?".
Hombre, lo de la mirada esquiva también se le puede achacar al poco acierto de pedir 45 minutos de primeros planos de alguien con una hipermetropía galopante. Pero no, desde luego no le ayudó.
Posted by: Germán on Febrero 27, 2008 06:40 PM