El hombrecillo verde me dice cosas...

Año nuevo...

Pues a mí los Reyes me han traido una pipa, un reloj y un trabajo nuevo. Lo cual indica que, si bien no podemos aseverar con certeza que los Reyes sean los padres, al menos piensan parecido. Ayer me preguntó mi padre que qué tal me había ido en mi primer día, y ante mis quejas de que, para empezar, no teníamos aún ordenadores, me dijo que bien... que siempre podría recurrir al uso de un pico y una pala. Aunque hay veces en el que el trabajo de un periodista lo requeriría (aunque fuese solo para cubrir nuestras huellas), lo cierto es que si nos hemos metido a esto ha sido precisamente para no tener que doblar mucho la espalda, que luego duele.

En fin. Un gabinete de prensa. Si no llega a ser de los trabajos que dignifican al hombre, al menos es de los que les alimentan y les permite pagar la hipoteca. Volvemos a lo mismo: no nos dedicamos a esto para ser dignos. De momento nos hemos metido a esto, sobre todo, para desarrollar la creatividad. Al menos la necesaria para hablarles a los periodistas de todo el mundo de un congreso... que aún no existe más que en concepto. A ellos la idea les parece bien. Espero que tarden un par de meses en preguntar algo más...

El pensamiento oscuro del día fue el percatarme, al ir a recoger a Ana a la T4, de que la única forma de aparcar gratis en Madrid es habiendo muertos de por medio.