No es por encumbrar ni endiosar, ni mucho menos, la labor de los informadores (profesionales, amateurs o espontáneos). Pero sí es bien cierto que en esta sociedad de superficies reflectantes en la que vivimos se maneja muy bien (nada de Conspiration Theory esta vez) a base de información. Casi todo es reducible a ceros y unos. Codificable, mejor dicho. Y luego reinterpretable. Es importante conocer esto. Y luego están los valores que uno quiera aplicarle a la hora de reconocer el poder que tiene esa información. Como diría alguien "Una gran información conlleva una gran responsabilidad". Y hay en este país (ya lo habréis adivinado: esta mañana la aciaga casualidad ha mancillado mis oídos con un ratito de COPE) gente que siendo consciente de ello sigue pretendiendo que es moralmente aceptable aprovecharse de ello en el propio beneficio.
Pequeño paréntesis: aunque, como todo el mundo, yo pueda estar hasta cierto punto preocupado por la cuestión materialista, lo que más me repatea es que prácticamente todo se reduzca a ese enfoque. Se puede robar de muchas formas y, desde luego, yo que sé lo que es que te roben dinero, lo prefiero a que te roben cosas tan insustanciales o intangibles como son derechos, libertades o, lo peor de todo, la realidad. Me repatea... : me toca los cojones. Y por eso me rebelo tanto contra los habitantes de lo abstracto en general y, sobre todo, contra los deficientes cognitivos (aquellos de estos que no son conscientes de que lo son y, además, pretenden imponerlo). Porque los demás al menos son bastante inofensivos.
Puede parecer una paradoja, que por un lado me guste tanto defender la propiedad de los intangibles y por otro deteste a quienes se aferran exclusivamente a ellos -y, como decía, a quienes obligan a los demás a vivir con los suyos-. Pues no lo es en absoluto, son posturas eminentemente complementarias y coherentes con una búsqueda del equilibrio que aleje de los extremos. Eso significa que también detesto a los que ni se asoman por el imperio de lo meramente cerebral, habitualmente camuflados entre los que parecen su polo opuesto y, de hecho, perfectamente integrados entre ellos. Pero todo esto no es más que mi opinión personal.
La contradicción es el arte de vivir. Una de las primeras cosas que aprendes cuando estudias Periodismo (y de las pocas, al parecer) es el valor que tienen los silencios. Sí, quizá alguien ya lo aprendió con la música, pero yo tengo muy mal oido. Ganas más por lo que callas que por lo que cuentas. Porque el halago y la loa son efímeros, la fama lo que más, y los egos unos drogodependientes peligrosos. El orden o equilibrio, entre la realidad y su percepción, que nunca deben perderse de vista, sólo se puede conseguir observando inteligentemente (o sea, todo lo contrario de rigurosamente) un código moral y unos criterios evaluativos propios. El abstracto es bueno cuando es autónomo. Sólamente. Otra cosa que tampoco viene al caso, y daré dos minipuntos al que aún no se hubiera dado cuenta: tampoco me gusta la heteronomía.
¿A dónde voy todo esto? Lejos de pararme sólo en los medios, o en la esfera pública (por así decirlo), quiero recordar que todo de lo que hablaba ahí arriba es aplicable a unas cuantas facetas de la relación de cada uno con la vida (compuesta por la realidad y la propia interpretación de la misma, o ajena para los heterónomos, -reitero: a los que detesto, pero reitero sólo por tocar las narices, tranquilos, no habrá sangre-). Y vuelvo a lo de antes, hoy solo hay bruñidos espejos, poco se ve, en general, un juego hábil y equilibrado entre comunicantes y receptores. Nunca se ha visto, las balas, al tener un color mejor definido en el espectro que capta el ojo humano, le han ganado siempre el terreno.
Yo puedo ser un iluso por pensar en el equilibrio. Puedo resultar estúpido, contradictorio o anormal (en el sentido casto de la palabra) pretendiendo llegar a ese equilibrio entre lo que es la realidad y lo que debemos inteligir de ella. Pero no me va tan mal.
En consecuencia, este es un texto escrito con toda la intención de que nadie aprenda nada de él.
Muchas gracias por su atención.
Posted by germanmj at Noviembre 27, 2004 04:25 AMDe nada, cariño.
[¿Qué significa "heteronomía" en tu texto?]
Posted by: Rear Window on Noviembre 28, 2004 01:40 PMDe nada, cariño.
[¿Qué significa "heteronomía" en tu texto?]
Posted by: Rear Window on Noviembre 28, 2004 01:41 PMEn mi texto (y en general, porque mi texto es muy general) la heteronomía es cuando las normas se dictan desde fuera, hay unos códigos que se acatan por imposición en oposición a la autonomía es cuando uno decide a qué código de normas atenerse. Aunque esas normas a las que uno concluya acogerse sean exactamente idénticas a las de otro (incluso a un código heterónomo), podríamos seguir hablando tranquilamente de autonomía.
Posted by: Germán on Noviembre 29, 2004 12:46 AMNo merece la pena que me moleste en discutir. Hale, voy a ver si duermo.
Posted by: J on Noviembre 29, 2004 12:40 PM