El hombrecillo verde me dice cosas...

Escatología laboral

Así es que no se puede trabajar. El primero en darse cuenta ha sido Javier, que no lleva ni una semana "entre nosotros" pero ya sabe de qué va la gaita. En el difícil mundo del telemárketing enseguida te dejan con el culo al aire. O bien te quedas tú mismo. Sea como fuere, así es como estaba esta tarde uno de los que intentan engañ...vender las ADSLs de Wanadoo a sujetos elegidos aleatoriamente por un ordenador de una base de datos poco actualizada (a veces intentan venderles la ADSL a huérfanos o viudas que les han dado ya más de una escenita). Y no porque le faltaran argumentos para vender lo que fuese, ni porque sus jefes no respondiesen ante él: tenía el culo al aire literalmente. Y no ha sido bonito.

Sandra, que era quién según el Feng Shui está colocada con mejor (si es que se puede decir eso en estos casos) ángulo de visión no ha podido parar de reir en toda la tarde. Yo sé que se le estaban escapando miraditas, una y otra vez, hacia la peluda oscuridad que desbordaba el pantalón y los gayumbos del sujeto. Incluso me he permitido achacarle (primero a ella, luego a otro) lúbricas intenciones en esas miradas, y recriminarle por utilizar al hombre como objeto sexual, incluso a un hombre así. Una por una, todas las personas que trabajábamos en la planta hemos ido oteando desde miradores propicios hacia él que, ignaro de su desnudez, pretendía que alguien le comprase algo. Así no se puede trabajar, oigan.

Conste que a mí los calzones siempre se me caían (y mi madre me regañaba mucho por ello). No hasta el punto en que se llevan ahora, que parece que te hayas cagado y por eso la línea de flotación sea tan baja, pero se me caían. Y yo para contrarrestarlo me subía los gayumbos hasta el sobaco, así no ponía la cordura de nadie en peligro de enfrentarse a la visión de mi deliciosa rabadilla. La cosa es que este tipejo no. Y no solo llevaba los pantalones un palmito por encima de la rodilla, sino que los calzoncillos (si los llevaba) los tenía un palmo más abajo. En horror y angustia pronto se ha tornado el cachondeo inicial: ¡Toda la tarde así! Y claro, nadie se atrevía a decirle nada.

Yo le habría dicho que, al menos, reconsiderase el aspecto estético. Que si bien la cera Veet es cara, en Mercadona la tienen Delyplus que es igual de buena (o mejor) y más barata. Que allí mismo en las instalaciones de la empresa mete el tarrito en el microondas y al menos se desopila la enorme ceja. Que no hubiera sido más agradable, pues no, pero al menos podríamos habernos reído más rato y pasar menos angustias.

(Y yo que hasta entonces había llegado a pensar que me gustaba mi trabajo...)