Julio 18, 2008
Esperando aún la verdad y la misericordia
VIAE DOMINI - F. J. Sánchez Collantes
Editorial: Alkubia
Colección: Ámbar
Fecha de publicación: marzo 2008
Encuadernación: rústica con solapas
Tamaño: 21 x 14 cm
Nº de páginas: 364
ISBN: 978-84-934147-2-6
Para que nadie piense que esta crítica es poco objetiva porque tenga cierto aprecio por el autor, no tengo más que decir que lo único que me he cruzado con él hasta el momento han sido unos cuantos insultos. Pero al César lo que es del César y al autor lo que es del autor: Francisco José Sánchez Collantes ha sabido edificar un pequeño universo, atractivo y singular, que es lo que fortalece cualquier novela, ya que gracias a una base tan sólida, al lector luego no le van a importar las construcciones narrativas que vengan, por arriesgadas que sean.
A veces un camino de sombras acaba llevándote a la luz. Otras veces no: hay ocasiones en que el final del camino es aún más oscuro. El destino es implacable y la realidad no entiende de finales felices. Esa desazón de una búsqueda que te lleva a respuestas que hubieras preferido no descubrir es, en parte, la sensación que te queda al leer “Viae Domini”. Porque esa es la vivencia de su ¿protagonista?: un periodista que harto de su rutina cotidiana anhela encontrar ese gran reportaje que le dé la vuelta a su vida. Y vaya que si lo encuentra. Un giro inesperado (ahora un poco menos, porque ya lo estoy avisando) que convierte la segunda parte de la novela en una historia completamente distinta.
Para los amigos del misterio y de la conspiración, este será un libro memorable. Con una trama (o muchas, mejor dicho) que te atrapan. De esas que te dan ganas de leer debidamente protegido por un casco de papel de aluminio, por si las moscas. Porque la historia que resulta en esta novela, que bebe tanto de la serie negra como de la ciencia-ficción, y que no es de recibo desvelar aquí, te invita a pensar en todas esas cosas que nos rodean y que no son lo que parecen, pero a las que solemos hacer oídos sordos para poder vivir conservando un cierto grado de cordura.
“Viae Domini” es una novela inusual en sus formas y, también, muy moderna en sus temas. Atreviéndose a entrar en esa fantasía tecnológica que a los lectores nos llena de más desazón que esperanza, y a los escritores, como parece ser el caso, les viene muy bien para imaginar un mundo que, en realidad, no es tan distante de éste que habitamos.
Concluyo ya, advirtiendo a los lectores que busquen paz y sosiego que deberían mantenerse alejados de esta novela, “Viae Domini”, que solo sentará bien a aquellos que busquen pasar un buen rato pasándolo mal, inquietos, atemorizados incluso, en definitiva: pensando.