Últimamente parece que me persiga la policía, no paro de tener "problemas" con ellos, aunque sin llegar al nivel de Xabi.
El primero de los contactos tuvo lugar en la calle de la "Vía Lactea", una de las que baja a la plaza del dos de Mayo. Estábamos con el calimocho (yo no bebía, por supuesto :p) y no vimos el coche de la policía hasta que tenía los faros a dos centímetros de mi cara. Creo que ahora les han instalado el mismo sistema de minicámaras que a los de James Bond y son imposibles de ver a menos que te atropellen, te ametrallen o seas el malo y esté a punto de conseguir el plan por la vía sencilla.
El caso es que se bajó Harry el Sucio acompañado de Epi y se dedicó a chulearse y a pavonearse mientras nos hacía tirar el cali a una basura. Fue curioso ver a un chaval poniéndole a parir por dar ese trabajo extra a los basureros (algo de razón tenía), pero Harryelsucio-JohnWayne-Vilchessifuerapolicía no atiende a razones y tuvo que aguantarse para no dispararle por joven, masón y casi seguro pro etarra mientras se limpiaba su chapa de sheriff. De todas formas lo mejor fue cuando el policía adicto a las películas de Chuck Norris me obligó a ¡Tirar los hielos! Está claro que son una peligrosísima arma potencial en manos de McGyver o de Mr. Freeze, pero creo que todavía no es delito tener una bolsa de hielos.
Mientras todo esto sucedía, Epi-yo-no-me-muevo-de-aquí-aunque-venga-un-comando-de-al-qaeda vegetaba apoyado en el coche con los brazos cruzados en postura de "mi trabajo me aburre y mi vida apesta". En fin, por lo menos no nos pidieron los datos, aunque lo de que me hicieran tirar los hielos me dolió. Hay saharianos que se mueren de sed y martinis on the rocks con las rocks derretidas.
El otro contacto lo he tenido esta mañana cuando estaba de pellas en el parque de al lado del instituto (es el parque, no tiene otro nombre). El caso es que el policía se ha acercado a nosotros mientras estábamos en un banco y ha parado la moto al lado de los dos chicos y nos ha preguntado las edades, dónde vivíamos, si no teníamos clase y demás sandeces hasta que ha soltado la frase mágica: ¿Lleváis algo que pueda comprometeros? Si, señor policía... Llevo aquí una placa de tres kilos de costo, justo debajo de las armas de contrabando que les pensaba vender a los pandilleros para que acabasen con sus rivales y se dedicaran a sembrar el caos entre las ancianas a las que, casualmente, violo por mero afán sexual, pero su pregunta me ha hecho recapacitar, tómelo todo y done estos 10 € a la parroquia más cercana para que den alimento a los pobres mientras yo voy a auxiliar a esa paloma que cojea y y está cubierta de resíduos pseudo nucleares. A veces no comprendo la mente de los policías.
En fin, esperemos que esta racha no siga durante mucho tiempo.
PD: Sí, he posteado lo mismo en el otro blog.
Cobardes. Son personas. Son vidas, son familias, son amigos, son maridos, son padres, son madres, son hijos, son lágrimas. Demasiadas lágrimas.
He intentado aclararme y sólo consigo pensar en dos palabras: ¿Por qué? ¿Por qué le negáis un padre a un niño? ¿Por qué cercenáis vidas como si la muerte fuerais? ¿Por qué robáis la vida por el simple pecado de ir a estudiar o a trabajar? ¿Por qué no alcanzo a comprender? ¿Por qué nos habéis entregado el dolor para conseguir vuestro ojetivo? ¿Por qué me niego a igualarme a vosotros y no deseo vuestra muerte? Respondedme si podéis, cobardes.
Me uno a Forges. Madrid, te quiero.
El otro día vi Kill Bill. No creo que necesite mucha presentación, pero por si acaso os diré que es la última película de Tarantino. La resumiré en una palabra: Sangre. Ahora lo haré en dos: Mucha sangre. Vaya, esto se me da bastante bien, creo que lo haré en tres: Cállate ya capullo. Jodido subconsciente.
Fuera de coñas, la película me encantó. Te deja con muchísimas ganas de ver la segunda parte y sólo se le pueden reprochar dos cosas: El efecto sifón y las tomas tarantinianas.
· Efecto sifón: Vale, nunca he sido testigo de un amputamiento vía katana, pero dudo mucho que la sangre salga como de una boca de incendios de esas en las que mean los perros en América del Norte cuando no la han abierto unos niños hispanos para jugar.
·Tomas tarantinianas: Con esto me refiero a los planos en los que ves una cosa pero sabes que realmente Tarantino quiere que veas algo así como "Ey capullo, soy Tarantino ¿por qué no me adoras?"
A pesar de esas nimiedades la película es cojonuda, con unas luchas que no tienen nada que envidiar a las de Matrix o Los ángeles de Charlie, una banda sonora sencillamente magnífica, una parte en plan anime más sangrienta si cabe, un sentido del humor inteligente, un personaje secundario sobre el que se podría hacer una película entera (Gogó), etc.
En fin, que vayáis a verla en cuanto podáis.
PD: ¿Alguien tiene una katana que no use hecha por un maestro katanero retirado pero vuelto al trabajo para vengarse de algo todavía no explicado? Si es así estoy interesado en comprarla.
El viento
Palabras
Amor, tristeza, te quiero
Palabras
Amor, tristeza, te quiero
Palabras en el viento