El Cristianismo no mola
El Cristianismo no mola. No obstante se me han ocurrido unos pequeños cambios que lo harían bastante más cool.
Lo primero: Jesús tendría que poder lanzar rayos láser por los ojos.
Lo segundo: Las palomas no molan. ¿Quién va a adorar a un espíritu Santo que se caga en su coche? ¡JA! Os animo a que apoyéis mi petición de que se cambie la paloma por un Pterodáctilo con cuernos que lanza llamaradas de fuego por la boca. Además así podría patear el culo al resto de las religiones (a menos que Confucio se aliase con Godzilla, claro).
Lo tercero: Jesús de bueno es tonto el pobre. Yo opino que si en vez de doce apóstoles tuviese a Mike Tyson de guardaespaldas y al Vaquilla de agente nadie le tomaría el pelo (pero no están incluídos en el dibujo).
Son pocos cambios, pero ayudarían enormemente a que la gente se convirtiera al cristianismo.
PD: No más hostias, queremos Doritos.
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Tenía nombre de flor
Es estúpido. Había cruzado por ese paso de cebra cientos de veces. Miles, tal vez. Lo hacía casi a diario desde hace más de dos años y nunca la había pasado nada. No tenía porqué, era precavida, siempre miraba, rara vez cruzaba con el semáforo en rojo. Ayer no miró. Iba feliz, flotando en una mágica nube que había aparecido para acompañarla tras ese beso. No soy bueno besando, pero ese fue especial. La quería. Me costó decidirme, pero lo hice. Sus labios no eran de fresa y no tenía perlas por dientes, pero nuestras lenguas juguetearon por momentos. No se paró el tiempo y ninguna luz nos iluminó. Simplemente la besé. La quería. Se dio cuenta de que era tarde y corrió hacia ese semáforo. No aparté mi mirada, sabía que se iba a girar. Me miró. Tenía nombre de flor. Las flores no me gustan, aunque tampoco las odio. Simplemente no las entiendo. A ella la entendía, aunque tuviera nombre de flor. Miró. Sabía que la estaría mirando. Avanzaba sonriendo porque sabía lo que mis ojos querían decirla. Mis ojos hablan mejor que yo pero no vieron ese coche. Los suyos tampoco. Había cruzado tantas veces. Me quedé inmóvil, no supe reaccionar. Las lágrimas recorrieron mi cara. En algún sitio llovía. os árboles me dejaron escuchar su respiración. Lloré. La quería. Los árboles me contaron un secreto pero no les hice caso. No podía. Recordé sus labios,, su mirada. Tenía nombre de flor, pero a pesar de ello la quería.
Ayer atropellaron a una chica cerca de mi instituto. Murió antes de que la pudieran llevar al hospital.
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Tenía nombre de flor
Mis últimos contactos con el cuerpo de policía
Cobardes
Kill Bill