España va bien

Personajillos del PP

Una de las cosas que nos deja en claro la historia política contemporanea, es que la mayor parte de fascistas y dictadores varios, tienen, junto a una mente profundamente embaucada por el ensimismamiento ideológico, un fuerte componente físico de "personajillo". Definamos personajillo como aquellas personas que dan de comer a Carlos Latre y a la mitad de caricaturistas del panorama, y olvidemonos ya que estamos, de que tal vez no es mera casualidad, y ese aspecto llamativo e irrisorio de estas criaturas puede haberlos conducido a un extremismo ideológico por encima de lo normal. Pasando de divagaciones psicológicas y duras infancias, reconozcamos todos que nos la metieron con queso y bien doblada. Todos vimos tomar el poder a un tipo mas bien bajito, con un corte de pelo peculiar, un tonillo de voz algo ridiculo, y un bigote característico (cuanto menos). Pero ¡¡ah amigos¡¡, ahí estaba la trampa. Ese característico bigote escondia la prueba definitiva que lo clasificaba, y sigue haciendolo, como personajillo, y es que ese bigote no es mas que el telón peludo que cubre un más que absurdo y delator labio superior. Este labio supone en sí mismo la expresión física de tooda la mente del señor, y lo digo ya, Jose Maria Aznar. Con el tiempo, a la par que avanzaban sus fechorias democráticas y sus linchamientos a la libertad, hemos ido adivinando que ese labio mas que tener vida propia, carece de todo atisbo de movimiento. Puede que no sea denominado como parálisis, de acuerdo, como tampoco pasó a la historia Hitler por su homosexualidad, ni Franco por sus famosos partidos de baloncesto en que, como no, el hacía de pelota. Pero ahí está, fijense, grabenlo y hagan un delator zoom sobre el en sus conferencias de prensa, no tiene discusión, y es el ultimo empujon que necesitaba ese desfavorecido físico para convertirse en monstruito con todas las de la ley. Ese labio es el que manda, no hay mas narices que empezar a creer en el destino y reconocer nuestro error. Se disfrazó, llegó y nos jodió. Pero, y ahora llegan las buenas noticias, ya estamos sobre aviso. Ahora sabemos que no debemos dejar que ningun otro personajillo, por seguir con el termino, llegue a la moncloa, y sin ir más lejos, no ha deshalojado aún el labio absurdo cuando llama a la puerta el frenillo indiscuteibol. NO¡ ya se lo que pensais, este no será igual, puede que no se deje influenciar, sus ideas parecen... ¡BASURA¡ no seais tan tontos de repetir el mismo error. Que yo sepa, los frenillos solo abstienen a un conversador de parecer profundamente absurdo cuando el contexto es ya de por si irrisorio (algo asi como los gangosos). Y que yo sepa, Mariano Rajoy, en ningún momento y bajo ninguna circunstancia, nos hace ni puta gracia...