Secretos y verdades inconclusas, dejan entrever las verdades absolutas que que a menudo ocultamos a las personas, mayormente a aquellas que mas nos interesan y a las cuales queremos dejar ver lo mejor de nosotros, y simplemente ocultar aquello que nos molesta de nosotros mismos, aquellas cosas que nos hacen sentir una vida poco decorosa que la sociedad reprochara mediante los protocolos actualmente establecidos, simplemente llamadas mentiras.
La vida esta hecha de toda clase de ellas, vivimos una vida fabricada de todas ellas; nuestra historia y origenes, nuestras propias creencias, nuestras bases humanas. En todas ellas existe la mentira, la cual parece tener un mayo peso del que socialmente le damos, creemos creer que la verdad nos hara libres, que una verdad nos dara la paz que tanto buscamos, pues... mentira! eso es la realidad, pues la verdad que buscamos es tan aterradora, que preferimos recurrir a la mentira, preferimos engañarnos a nosotros mismos y escapar de una realidad tan cierta, una realidad que no entendemos ni entendermos nunca.
La muerte es una de las mentiras mas cotidianas y la cual hemos aprendido a tolerar, aunque lo cierto de la historia es que nadie sabemos que pasara cuando nuestro cuerpo deje de funcionar, y por eso fabricamos mentiras que nos ayudaran a tolerarla, a aceptarla y paradojicamente a "vivirla", la realidad es tan cierta como aterradora: morimos y nos vamos, resulta inexplicable un espiritu en nosotros, algo que nos hace funcionar que no es oxigeno y agua; una gran mentira que a alguien en la antiguedad se le ocurrio para hacer el misterio de la muerte mas llevadero.
La vida es lo que es, un instante en el universo, un momento prestado para hacer y deshacer, y como todo momento, tiene un inicio y un final, todos sabemos como llegamos aqui y lo que sigue despues, pero nadie sabe como termina la historia de cada quien, es por eso que es mas facil aceptar la mentira a la verdad que no sabemos... ironico, pero asi es.
En la vida cotidiana no es nada distinto, a veces preferimos vivir en la mentira, ya que la verdad duele, y duele tanto que la mentira curara nuestras heridas, al menos lo hara por un momento, creer en alguien o incluso en uno mismo puede ser tan desgastante como no creer en nada, pues simplemente siempre estaras a la deriva esperando tierra firme. Las cosas que no se dicen suelen se las mas importantes de un todo, las letras pequeñas y demas clausulas que no se ven, pero que ahi estan sin duda, y que tarde que temprano repercutiran de una forma aturdidora, tan asi podra ser, que me atrevo a compararlo con la hora de morir, pues no sabemos de que se trata y preferimos no pensar en ella, pero sabemos que ahi esta, cada dia y cada minuto de nuestras vidas, esperando, esperando a salir como una bala en un cañon, y al final... bueno, al final sabremos la verdad, y muy probablemente sera incomoda y dificil de asimilar, pero como todas las cosas no dichas, tendremos que...
Y es asi como funciona y asi es como son las cosas, las verdades que ocultamos o reprimimos de los demas, al final doleran y saldran con fuerza y tendremos que aceptarlas, pues una mentira no dura toda una vida, y ya que la vida misma es un mentira, al final dejara de serlo y las cosas recobraran el sentido que les perdimos cuando empezamos a prestar nuestros oidos a aquellos que prefieren creer que la vida se vive mejor con mentiras.
Ya no estoy dispuesto a decir ni tolerar mentiras, las verdades me han dolido y en ocaciones hecho añicos, pero al final, cuando me es posible aceptarlas como son, empiezo desde cero, y las mentiras no me bastan y estorban en mi camino, no dejare que la mentira sea mi forma de vivir, ni mucho menos de las personas a mi alrededor, no creere en personas que no creen en si mismas y que prefieren mostrar imagenes falsad de quien realmente son, siempre hay tiempo de cambiar el rumbo, y nunca es tarde, para ser quien queramos ser, siempre y cuando aceptemos quienes fuimos y de donde venimos, y por que estamos aqui, una cadena de mentiras termina cuando uno de los eslabones se rompe.
Procuremos ser el eslabon que rompe esa cadena.
Arturo Estrada