Curra que te curra, curra que te curra...
Motivo de alegría: pasado mañana me voy a de nuevo a ver a la chiquilla. Fin de semana de relax (aunque durmiendo poco, pero de relax).
La vida sigue, como diría el otro...
En el trabajo voy algo mejor. Me estoy tomando las cosas con otra filosofía.
Estoy aprovechando para tener algo de tiempo libre, y dedicarme a algunas cosas que tenía medio abandonadas. Entre otras, mi labor como voluntario de Cruz Roja.
¿El proyecto de fin de carrera? Lo paré la semana pasada porque tenía algo de curro atrasado. Intentaré continuar durante ésta, pero claro... son tantas cosas.
Lo peor que llevo, tal vez, sea la chiquilla. Claro, entre semana está uno a piñón (pero a piñón, a piñón... del bueno... que ya ni utilizo el Messenger en el curro, y por navegar, ni siquiera pongo un post aquí), hasta que llego a casa, super tarde y rendido. Y luego, los fines de semana, entre actividad del curro, cursito que tengo que preparar (para ganar unas pelillas) y alguna cosa de Cruz Roja... casi no la voy a ver. Además, como vive en otra isla, las escapadas son casi imposibles.
Y no quisiera perder el contacto, pero estoy viendo que cuando no estoy con alguien, mi vida se ensombrece, pero cuando tengo a alguien, casi no puedo atenderla... Puf, mal rollito, mal rollito
Hoy he recordado lo que es realmente importante.
Hoy he recordado lo que es el verdadero heroísmo.
Puaj... Otra semana de estrés en el curro. Todo falla, y para este viernes, tengo que tener previsto un montón de cosas. Que la fecha está puesta desde hace tiempo, y es inamovible.
Y encima hoy me acerco al Dojo a comunicarle al Sensei que tengo que dejar Aikido, al menos hasta que vuelva a tener rodillas y no me duela el subir escaleras.
Asquito me doy
Triste sería que una nación basara sus acciones y políticas en el número de víctimas que conlleva.
No considero que la presencia de España en Irak esté lo suficientemente justificada, y las palabras del que será nuevo presidente de alejarlas de allí, todos sabemos que no provienen de los últimos días. Que es una cuestión que ha llevado meses, manifestaciones, discusiones entre diputados y conciudadanos... El país no es unánime.
Bueno, todos no lo sabíamos... Parece que no todos conocemos ese dato.
Algunos creen que el cambio de gobierno se trata de un voto de castigo, porque el pueblo deseaba la paz. Puede ser cierto. Pero de ahí a pensar que es una reacción frente a los atentados... De ahí a que se hable de un comunicado en el que los posibles autores del 11M digan que no van a continuar con "acciones purificadoras" hasta ver de qué pata cojea Zapatero...
Me parece peligroso. Porque aunque el diálogo debe ser la primera herramienta para combatir las ideas (y tal vez debería ser la única), con determinados individuos las palabras sobran. Y ya puestos, si lo que pretendían era modificar las pautas y decisiones del Estado, no deberían tener ninguna concesión. De ningún tipo. Porque con esta plaga, en cuanto cedas un metro, deberás cederlo para el resto de la vida. No hay vuelta atrás. Si no levantas la cara ahora, no lo harás nunca.
La brisa acaricia suavemente las hojas de los sauces, a ambos lados del claro en el que se encuentra. Algunas nubes se tornan oscuras a lo lejos, como si el horizonte careciera de luz que ilumine los pastos, o como si fueran estas mismas nubes las que amenacen con encharcar los caminos.
Pequeñas mariposas revolotean en la hierba, como si no se decidieran a posarse nunca sobre alguna planta. Mientras, pocos pájaros surcan el aire, salvo alguna golondrina esporádica, que salta de copa en copa, aparentemente buscando donde esconderse.
La fresca brisa entra por los pliegues del keikogi de Kenshin, enfriando más que reconfortando. Por más que pudiera ajustarse el cuello, las amplias mangas crean una entrada perfecta, casi inevitable. Aún así, un leve apretón en la mandíbula tensa la quijada, pero mantiene la concentración.
De pie, impertérrito, escruta el horizonte y afina el oído, como buscando una señal de comienzo. O tal vez de final.
No es una sensación nueva para él, ni muchísimo menos. Aunque seguramente desearía no estar ahí en ese momento, son cosas que no se pueden escoger. Como el lugar de tu muerte, o el momento en que escapas de ella, a veces son los dioses quienes marcan el destino y quienes deciden las pruebas a superar.
Y por fin aparece. Como un leve eco traído por el viento, un sonido casi imperceptible se oye al otro lado de la colina que está a lo lejos, pero que aumenta al poco de acentuar el oído. Ruido de cascos de monturas que se acercan...
Kenshin siente el instinto de mirar de reojo, hacia atrás, pero lo evita. No es necesario. Sabe que no hay nadie más.
El sonido se hace cada vez mayor, mientras nota que su respiración comienza a acelerarse. De repente el aire se hace más frío, y su entrada en los pulmones casi congela. Las palmas de sus manos se humedecen, su cuello se tensa y el corazón palpita con más insistencia.
Hay veces en la vida en que no se trata de avanzar, ni de retroceder.
Y, aún cuando no aparecen, basta con oirles llegar. Es casi inevitable.
Kenshin cierra los ojos lentamente e inspira profundamente por la nariz. Como si se tratara de un gesto automático, casi mecánico, retrocede con mucha suavidad su pierna izquierda, baja el mentón y sus dos manos sujetan funda y empuñadura...
Todo va, más o menos.
Últimamente no he escrito mucho, más que nada por falta de tiempo.
Los problemas del trabajo volvieron, y con más fuerza que nunca. Hablé con mi jefe, y le planteé que lo sentía mucho, pero que me marchaba. Que no aguantaba el ritmo de trabajo.
Sorprendentemente, su reacción fue de aliento, de quitarle hierro al asunto. Que me estreso yo solo, en realidad. Bueno, eso no es del todo cierto, respondí, cuando todo el mundo te pide las cosas para ayer, y cuando determinadas personas, más que pedir, exigen.
"Aprende a priorizar las tareas, y aprende a relativizar los comentarios de los demás y los enfados de estos encargados".
Bueno, no creo que sea tan fácil, pero al menos es mejor haber oído eso que un simple "pues tienes razón, no cumples con lo pedido... gracias por tus servicios...".
Y lleva un par de días que controla el tono con el que pide las cosas.
Al menos, he ganado tiempo. Y también he dejado de sentirme un becario amargado que aguanta lo que tiene porque no tiene nada mejor. No, soy un currante más, pero que prefiere dejar un trabajo a perder la alegría.
Me duelen las rodillas.
La semana pasada en Aikido fue más intensa de lo habitual, y pasa factura.
Ayer entrené con dolor.
Hoy no iré a entrenar.
El hielo que me pongo al llegar a casa después del entrenamiento deja de tener efecto reparador.
Me preocupa. Tal vez no me haya curado del todo. Tal vez no me cure nunca.
Y lo único que quiero es no sentirme un limitado.
Bueno, pues eso... Que ganaron los rojos XD
No sé mucho de política, la verdad. Tampoco me ha interesado demasiado.
Pero lo poco que sé es que en su momento el PSOE abandonó el poder en medio de una aureola de desconfianza, de rumores acerca de corrupción y "pérdida" de fondos públicos.
Entonces surgió el PP, y ahora abandona el gobierno tras una serie de desafortunadas acciones y medidas, más cercanas en ocasiones a la dictadura que a un país civilizado, introduciéndonos en una guerra que el pueblo demostró que no quería, tras reformas conflictivas en la enseñanza universitaria, con cierto aire de ser un gobierno que oculta información a última hora, y que ha generado muchas dudas acerca de la forma de privatizar el país.
Aunque puestos a considerar comportamientos, ningún partido se salva. Siempre me ha llamado la atención el hecho de que el Partido Socialista defienda a capa y espada la escuela pública, para luego ver como la mayoría de los altos cargos de dicho partido posee a sus hijos en centros privados o concertados. La ironía de una nación, que poco ha cambiado desde los tiempos en que luchábamos en Flandes.
Qué raro es este país, en el que optamos por un partido no por convencimiento de ideas o porque posea un buen rendimiento político, sino simplemente porque el que estaba desencanta y yerra tras cierto tiempo de gobierno... Así nos va.
Hoy la volveré a ver.
Me supone el sacrificio de no poder votar, porque no pude preveerlo y no estaré en mi tierra, de no poder solidarizarme en la manifestación contra la brutalidad de ayer, de no poder preparar todo lo bien que necesito el curro de la próxima semana, por lo que empezaré a trompicones el lunes (ya me veo venir, ya...).
Pero a ver quién es el guapo que no se va a verla. Yo desde luego que no. No, no, no,... Esta tarde tiro para allá como un campeón.
Lamentable que un grupo de energúmenos deseen privar de la libertad, de la alegría y de la vida a un conjunto indeterminado de personas que les son desconocidos, pero que igualmente son seres humanos.
No ha sido donde vivo, pero no ha hecho falta que me sea cercano para que me indigne.
La violencia es la forma de expresarse de aquellos que no tienen la Verdad, que no poseen razón.
Un grupo de sujetos descontentos consigo mismos, con la vida, con el mundo. Excrementos sociales, sois el despojo de lo que acontece, las ruinas anacrónicas de un modus operandi que carece ya de sentido.
Sois la frustración personificada, el niño que patalea ante lo evidentemente cierto.
No sois nada.
Fin de semana: impresionante.
Este me vuelvo de nuevo, para verla.
Por una vez la cosa marcha, y me niego a pensarlo. Va y punto.
Hoy es el gran día...
Dentro de 3 horas estaré embarcando hacia lo desconocido. Estaré cogiendo un barco que no sé a dónde me llevará.
Me imagino dentro de muchos meses (quizás años), releyendo este post casi por casualidad, y con una sonrisa irónica, cómplice y nostálgica, asentir diciéndome: es verdad, qué tiempos aquellos,...
Me pregunto qué pasará entre este instante y ese, entre el escribir y la mirada nostálgica...
A veces, lo mejor de la vida, como me dijeron una vez, es no tener el guión de antemano. La incertidumbre, a veces, es positiva.
La vida puede cambiar tanto en tan poco tiempo... Y lo que menos esperas, sucede.
Ahora mismo mi vida va genial, simplemente. No hay más palabras que puedan describirlo.
Pero va genial porque tengo la actitud necesaria para ver lo bien que me va. No me puedo quejar.
La única pega es que no doy abasto. No consigo llevar todo al día, y mucho menos el curro. Para colmo, problemas en Internet (gracias, Timofónica), me han tenido como un loco persiguiendo un fallo que no estaba en mi red. Malditos...
Ya no voy a la piscina, desde hace un mes. Estoy yendo a Aikido, por la noche. Eso motiva que apenas encuentre tiempo o energías para reponerme, porque llego molido.
Eso sí, las rodillas están respondiendo. Tal vez me haya curado y todo, y pueda volver de forma estable al tatami. Sería un sueño hecho realidad.
Y por otro lado... La chica de Carnavales ha sido toda una sorpresa. No es bueno realizar comparaciones, pero qué mal ha quedado Patricia a mis ojos tras ver lo que hace una persona cuando realmente quiere estar conmigo. Tras ver que una chica puede esforzarse tanto como yo lo hago tan frecuentemente. Cuando uno ve que la otra parte también se moja.
- Bueno, ¿quieres quedar sí o no?
Esa fue la última frase que me soltó Patri por el Messenger (ironías de la vida, ahora que no hay nada de nada, es cuando ella se conecta).
- Pues no... hoy es un mal día (por no decir un mal siglo, pero bueno... no cerremos puertas innecesariamente). Ya he quedado (mentira, pero es la excusa perfecta).
- Pues vale
Eso y algunos comentarios más me bastaron para terminar de darme cuenta. Ella no me respeta, porque no respeta a nadie. Y desde luego, no siente nada por mí. Fui divertimento o un elemento distractor de su infelicidad.
Se anuló el hechizo.
Pero no me arrepiento. Sabía a lo que me atenía. Sabía que me la jugaba. ¿Perdí? Pues a lo hecho, pecho. Así, sin más.
Además, precisamente, gracias a ella valoro muchísimo más a esta chica de Gran Canaria. La valoro porque se moja, porque dice abiertamente lo que siente, porque no tiene miedo a la vida, porque parece que no quiere perderme por nada del mundo (aunque sorprendentemente, sólo estuve unas horas con ella).
¿Tal vez sea demasiado impulsiva? ¿Tal vez sea algo pasajero, intenso como un fuego artificial pero igual de efímero? O tal vez sea de las personas que cuando les pasa algo por delante que les gusta, se llenan de barro hasta las rodillas para conseguirlo. Así, sin vergüenza, sin falso orgullo... y con una sonrisa.
Sólo conozco una forma de averiguarlo.
No sé lo que me deparará esto, la verdad. Pero es que tampoco lo pienso. Ni me lo planteo.
Simplemente, que este fin de semana, me voy para allá, a la isla vecina. A pasar dos días con ella, porque ella me lo ha pedido, porque yo quiero, y porque estamos los dos contando los días. Sin que haya un gran trasfondo, o un conocimiento de varios años o siquiera meses. Simplemente, por habernos visto una noche, y compartido caricias, besos y risas.
Pero quién le dice que no a la Vida...