Mañana me acercaré a Madrid. El vuelo sale esta noche.
Es por motivos de trabajo. Unas jornadas informativas sobre tecnología inalámbrica. Nada realmente motivador, la verdad (bueno, el tema está guay, sí, pero sé que voy a encontrarme con los cuatro comerciales de siempre, que aunque cambien de cara, compañía y traje, sé que son ellos: no me engañais, cabrones).
Al menos podré aprender algo nuevo (siempre se hace), dejo la puerta abierta para futuras incursiones en tierras madrileñas (decir que no ahora, tal vez sea "no" para otras ocasiones) y, de paso, me dejo ver. Networking, dicen algunos. Tener contactos, dicen otros.
El jefe me propuso aprovecharme y quedarme todo el finde allí, volviéndome el domingo. No era mala idea. De hecho, en mayo del año pasado ya lo hice.
Pero no. Esta vez no. El par de amistades que tengo en Madrid (par equivale a dos, que conocidos hay varios, pero no son de suficiente confianza) están liados estos días. Me vendré mañana por la noche de vuelta.
No tengo a nadie allí con quien compartir mi tiempo. Pensándolo bien, tampoco tengo a nadie aquí con quien hacerlo, pero al menos, para estar paseando solo por la calle, prefiero hacerlo en casita.
Bueno, recién leído el post de Anakinet, es superior a mí. No puedo resistirme a compartir también lo que tengo yo en la mesa...
- Ordenador, evidentemente, por la labor que hago y por la que se me paga
- Teléfono: el mayor incordio de Kenshin cuando la cosa está peluda y todo dios quiere darme el gran notición de que el servidor se ha caído (como si no me diera cuenta, compadre)
- Tartas de CDs (algunos las llaman tarrinas): una está casi llena, otras dos a medias, una casi vacía en la que se lee "Las Dos Torres 1/2" y, anda coño, si hay una vacía.
- Cajita con papelitos: una especie de almacén de cuartillas donde anotar cualquier cosa que se me ocurra y, con mucha mayor frecuencia, cualquier chorrada que me piden.
- Una tarjeta Ethernet tipo ISA: no es de un museo, que aquí se aprovecha todo, todo, todo
- "Windows 2000 Server", de la Ed. Ra-Ma. No está mal el librito, me ha sacado de alguna duda en particular
- CDs varios con software del trabajo: no todo está en las tartitas
- Mil cuartillas desperdigadas sobre la mesa, como restos de metralla de una explosión, con mil cosas escritas, la mayoría pendiente de resolver
- Calendario: uno sobre el monitor y dos a mi izquierda (que, por cierto, uno es del 2003, pero creo que ahí se queda)
- Bolígrafos varios, sólo uno me es realmente útil. Aún así, conservo los demás para que le den apoyo moral
- Un destornillador de estrella, de esos de tamaño considerable y con el mango amarillo: para abrir torres e intimidar usuarios
- Manojo de llaves: para abrir las mil puertas de este laberíntico sitio
- Cámara digital del curro: algún usuario me la pidió para sacar fotos y aún está ahí, desesperada para que le extraiga el contenido
- Libros, carpetas y folios varios: esto también es un amasijo de celulosa prensada y desordenada
- Webcam: me la compré, la usé un mes y ahí se quedó
Ah, y debajo de la mesa hay dos torres y un monitor, ahí pendientes de que resuelva lo que quiera que tengan
Banda Sonora de este post: "The Way of the Sword" (The Last Samurai, Hans Zimmer)
Te levantas. El cuerpo entumecido. La mirada escruta el horizonte en busca de un claro por donde entren rayos de sol. No hay ninguno.
No buscas con esperanza, realmente. Simplemente, tratabas de averiguar hasta cuándo estarás a oscuras. Y no hay respuesta. Pero tampoco te aflige, porque no te sorprende.
Sabes que el momento en el que parece que todo se va al desastre, es cuando precisamente rindes mejor. Es así. Lo único que necesitas es ponerte de pie. Sabes cómo hacerlo. Llevas toda la vida haciéndolo.
Pareces estar en medio del campo de batalla. Cansado y sudoroso. Resignado como Diego cuando echa mano a la toledana. Un gesto triste, tal vez melancólico, de quien se ve siempre en una misma situación. Es mi sino.
Pego fuerte. Trabajo sin buscar demasiado descanso. Nado sin pausa.
Porque lo único que me calma el dolor ahora es reincorporarme, coger la espada y continuar la lucha.
Porque a veces el único consuelo que me queda es que me gusta ser como soy.
Ya sonreiré otro día.
Duele. Estoy cansado. Me desanima.
Sus altibajos se convierten en los míos.
Me refugio en mi trabajo. Me complico con mis hobbies. Así no puedo parar y pensar. Nado con rabia.
Otra cachetada que me da la vida. No pienso bajar la mirada. No pienso dejar de tener bien alta la barbilla.
Oigo murmullos del mar, el lejano romper de las olas, muriendo y recogiéndose en la arena para renacer...
- ¡Hey!
Parpadeo. Maldita sea. Que mar ni que leches, que me están hablando de nuevo y yo en las nubes.
- Dime, perdona
Llevo todo el día dando tumbos, con unas ojeras del 15,... Dándole vueltas a mil cosas, la mayoría sin sentido, sin importancia, fuera de lugar,...
...
¡Aps! El agua está fría.
Vaya, en algún momento del día he llegado a la piscina, me he cambiado y hasta he calentado. Y ahora estoy en el agua.
El frío me ha despertado. Resurge Kenshin desde sus adentros.
Pues nada, ya que estamos aquí, habrá que nadar, digo yo... Sin prisas, jugando con el agua,... Y en media horita, listo, 1.500 metros nadados.
Para haber dormido 4 horas no me puedo quejar, la verdad.
(Banda sonora de este post: Bring Me to Life, de Evan Essence)
Bajo. Noto el aire dándome en la cara, la brisa convertida en huracán contra mi torso mientras desciendo con velocidad hacia el suelo.
El descenso de sólo unos pocos segundos se convierte en una sensación que parece durar horas. Caigo, porque he saltado.
A lo lejos veo las luces de Manhattan. La ciudad parece dormida, pero sé que no es así. Hay mucho más allá de lo que se ve.
Para el Demonio de la Guarda, no hay noche que no suponga refugio, ni callejón que no represente baluarte. No hay rincones que se me escapen.
¿Vértigo? Es posible. Cuando uno cae siente de todo. Sientes miedo, sientes gloria, sientes orgullo,...
Hoy me ha dicho que sí.
Otro día más de curro...
No estoy animado, no estoy desanimado... Estoy currando...
Vamos a renovar el parque informático. Ya se están realizando todas las gestiones, incluyendo el tema económico del renting,... Por mi parte me están dejando toda la responsabilidad técnica y no técnica. Por decidir, hasta estoy decidiendo dónde irán los equipos viejos, cuándo se cambiarán, cómo,... Por decidir, hasta estoy escogiendo la carcasa.
La verdad es que está muy bien. Es todo un reto que me anima, y al mismo tiempo, me distrae un poco de todo lo demás.
La única pega es que entre equipos nuevos y viejos suman 98 ordenadores, que tienen que estar listos en unas 3 semanas, una vez que lleguen. Aquí, en mi curro, no hay tonos de grises, o se hace o no, pero cuando se hace, se va a por todas. Será todo un queme, lo sé. Voy a currar de lo lindo, y me ilusiona.
Me han llamado de Madrid D.C. Que ya están montando los primeros equipos, que en tres o cuatro días los empaquetaban y los enviaban para acá. Tenían una duda de si la conexión de auriculares y micrófono van en la zona posterior de la torre o por delante.
Y yo qué demonios sé. Sólo soy el administrador informático...
(Al final los pedí por delante)
Llamada de esta chiquilla el viernes por la noche. Un pollo que te cagas. Hacía mucho tiempo que nadie me berreaba por el móvil.
Fue una conversación muy breve, de 5 minutos, pero muy intensa. Una ráfaga de desahogo por su parte.
Patri: "Hola, qué tal..."
Kenshin: "Hola, ¿cómo estás?"
Patri: "Bien, ¿y tú?"
Kenshin: "Bien, bien"
Patri: "Mira te llamaba para ver si me repetías el mensaje de ayer, porque no me gustó un pelo"
Kenshin: "¿Cómo?"
[...]
Patri: "Me pareció muy muy muy mal lo que me dijiste en tu sms de ayer"
Kenshin: "¿Te dolió?"
Patri: "Me molestó"
Kenshin: "Pero, ¿te dolió?"
Patri: "(a regañadientes) s...sí!"
Kenshin: "Bueno, pues chica, lo siento... No era mi intención. Verás..."
Patri: Berreos varios (ni por esas)
[...]
El mensaje en cuestión era que, cosas de la vida (fíjate tú), me mandó un sms alegando que últimamente estaba yo muy perdido, al que le respondí que, evidentemente, ella tampoco había hecho mucho para remediarlo. Sólo faltaba eso, que me mande a tomar por saco y encima le mande mensajitos y la llame. Hay que joderse.
No hay mayor herida que alguien te comente una verdad que no quieres oír.
Kenshin: "Mira, Patri, si quieres lo hablamos con calma..."
Patri: "No, no. No quiero hablarlo. Ya no hablaremos más. Esto se acabó"
(Pensamiento de Kenshin: Sí, bueno, llevas toda la semana diciéndomelo, y no tardas un día en mandarme otro sms, o en llamarme)
Kenshin: "¿El qué se acabó? ¡Si me has dicho bien claro que no quieres nada conmigo!"
Patri: Berreos varios, provocados por la frustración de vete tú a saber qué pensamiento
[...]
Kenshin: "Patricia, esto no está siendo nada justo para mí"
Patricia (llegando al clímax del empute): "¡Es que ahora mismo no hay sitio para la Justicia en mi vida!"
Kenshin (bastante sereno, la verdad, y hasta con cierto tono dulce, como quien habla con su hija, que está en medio de un berrinche): "Ah, bien. Está bien saber eso, porque me pides algo que tú no estás dando..." (je, soy muy cínico a veces, lo admito...)
Patri: Berreos varios y cuelga
[...]
No pude evitar descojonarme cuando oí el "tu tu tu" acosador del móvil. Me pareció tan surrealista...
Cuando se lo conté a dos buenos amigos con los que estaba en ese momento, y de los que me separé prudentemente al hablar por el móvil, se enfadaron muchísimo con ella. Que por qué aguantaba eso, que si la tía flipa, que pase ya del tema,...
Eso, aún más surrealismo... La piba se me emputa porque cuando me dice que no quiere nada, yo me alejo... Y mis amigos se mosquean con la piba porque se enfada conmigo...
Bueno, la verdad es que la chica se pasó cuatro pueblos, pero no sé... Debería estar enfadadísimo, herido en el orgullo, pero me pareció tan raro... Tenía la sensación de que estaba todo tan fuera de lugar que me propuse aclararle la situación y cuando no me quiso oír, pues nada, ya se le pasará... Capeamos el temporal, supongo.
Y, efectivamente, se le pasó.
El sábado salí de marcha, pero no fui a la zona que frecuentamos en común, ya que se ha convertido en territorio comanche. Los colegas apoyaron mi decisión, no sin pocas risas y cachondeo variado (ya puestos, veámoslo con humor).
El domingo, 48 horas después sin saber nada el uno del otro, me mandó un sms muy sencillo. Que si quería hablarlo o dejar las cosas como están, que no sabía qué pensaba yo.
Bueno, no creo que haya tenido una oportunidad mejor para mandarla a tomar por saco, no. Fácil, rápido, por teléfono, sin dar la cara, y además... quedando como un rey, como el ofendido, el que tiene la razón. Pero no lo hice (tal vez me arrepienta toda la vida, pero no me asusta mucho eso, mira por donde...)
Tras el mensaje de respuesta, en el que le decía que hablar, por qué no, pero hablar bien, en serio y como personas adultas, sin historias... hubo una llamada. Una vez más, en el momento oportuno, tenía la postura del corderito manso.
Total, que ayer me venía francamente mal, así que quedamos en que cuando tuviera un hueco ya la avisaba...
Hoy aún no la he llamado.
A veces es bueno cambiar de tema...
Ayer fui a ver "El Último Samurai". Impresionante estuvo. Y eso que ya la había ido a ver el pasado domingo, pero no pude contenerme. Y estoy pensando en ir a verla una vez más...
No es que se trate de una película bonita. Es mucho más que eso... Refleja mucho de mí mismo y de las cosas en las que creo... Tanto como que Echigo, el nombre de este blog, es una provincia japonesa, Uesugi Kenshin es el sobrenombre de un daimyo, y la foto, como se puede deducir, es originaria de dichas tierras.
Me apasiona la cultura japonesa, su cortesía, su forma de ver las cosas, su forma de tratar a los demás y a lo que le rodea,...
Me encantaría saber algo más que unos torpes vocablos en japonés, y en más de una ocasión me he visto tratando de escribir algunas sílabas de Katakana e Hiragana...
El Camino del Samurai, el Escrito de los Cinco Anillos y Hagakure han sido durante años libros en los que he depositado mi confianza, escritos que he tratado de absorber y que hablan de conductas que trato que sean como mías.
He practicado artes marciales y su filosofía ha impregnado mi forma de ver la vida, los demás y mi propia existencia. Mushin no kokoro, el espíritu de quien se halla en paz.
Pero es más que eso... No puedo dejar de sorprenderme como muchas veces, al leer costumbres tradicionales japonesas, compruebo que son costumbres que yo ya aplicaba. Es curioso, no se trata de algo que lees y dices: "está bien, me gusta" y, por lo tanto, asumes. No. Se trata de algo que lees y parece como si alguien te describiera. Y nunca he estado en Japón, al menos no en esta vida, así que no sé de dónde las he sacado...
El personaje de Watanabe, Katsumoto, no puede dejar de inspirarme. Se trata, efectivamente, del prototipo de caballero japonés: correcto, sereno, firme, austero... Tan duro como para desenvainar una espada, pero tan suave como para apreciar unas flores (de cerezo blanco, por cierto, símbolo nipón)... Tan aplicado en la katana como con la lectura... No desea el combate, pero se reconoce como guerrero y si es necesario, matará. No por salvar su vida, poco importante para él en realidad, sino para salvar a sus seres queridos y a sus ideales. En realidad, un samurai es un soñador. Es un protector.
Es una curiosa combinación que jamás me ha dejado de impresionar. Puestos a escoger un modelo, de forma de ser, me quedo con ésta. Sin duda alguna.
Otras películas que me han inspirado y aún me inspiran son Gladiator y BraveHeart. Arquetipos para muchos, lo sé. Pero cuando las veo, quiero verme a mí mismo en ellas. Y lo intento.
Lo reconozco. Me encantaría retroceder dos siglos y encontrarme en pleno período Tokugawa. Lo sé, no habría ordenadores, ni sanidad, ni medios de transporte modernos... Seguramente moriría mucho más joven y tendría una vida menos espectacular, sin televisión o sin luces de neón.
Pero seguramente me sentiría como en casa.
Esto es insoportable...
No estoy triste, no estoy enfadado,... Simplemente, no estoy.
Me tienen que decir dos veces las cosas en el curro, para que reaccione. Como no me ven abatido, sino ligeramente triste, en mis pensamientos, la gente se extraña... No se oye "Hey, ¿estás bien?" sino más bien "¡Muchacho, reacciona!"
Me siento un caballo de carreras previo al pistoletazo de salida, con toda la adrenalina fluyendo por el organismo...
No es que tenga claro que se va a decidir por algo, no es eso... Es que no soy de los que esperan en silencio... No soy de los que se reservan las palabras de cariño...
Pero cuando dices que o te decides o no hay nada, cuando dices que o se lo toma en serio o no quieres volver a verla,... O mantienes tu palabra o pierdes toda capacidad de opinar, de pedir... Pierdes tu voz.
Y no quiero perderla a Ella. Pero por otro lado tampoco se puede perder lo que no se tiene...
No quiero que piense que no me importa. Pero, mis amigos, aquellos que me quieren y saben los detalles de lo que ocurre, están segurísimos de que eso lo tiene muy claro, que no es eso. Simplemente, que si Patricia piensa que siempre estaré ahí, no hará nada por conseguirme, por luchar por mí. Y es verdad, que las cosas solo las valoramos cuando las perdemos.
Mantenerse firme a veces no es nada fácil. Sobre todo cuando uno no es de los que puede dejar el corazón a un lado. Pero es que me estoy temiendo que más que una cuestión de orgullo, es de dignidad.
Joder, me cuesta coger aire...
Otro día más. Pero este es diferente.
Tal vez porque haya más disciplina, tal vez porque haya más amor propio...
De momento no he mirado el móvil. Me niego. Aguanto todo lo posible.
Ayer me hicieron darme cuenta de que no tengo por qué estar al quite, respondiendo todo al momento, con amabilidad y una sonrisa... Porque a veces la amabilidad se confunde con debilidad.
Me cuesta hacer este ejercicio de autocontrol, de no dejarme llevar por los sentimientos, de ser lo suficientemente frío como para calcular si se merecen o no este esfuerzo que arrastro desde hace ya tres meses.
Sinceramente, la cosa sigue igual de jodida, no aumenta para nada la incertidumbre (porque a fin de cuentas, saber qué tengo en el móvil, si he recibido un sms o si tengo una llamada perdida, no va a responderme nada, en realidad).
¿La única diferencia? Que me siento mejor conmigo mismo. Que he levantado la barbilla.
Es triste actuar así. Me disgusta, porque supongo que en el fondo no entiendo por qué tantas reservas. Pero es cierto que, antes de darlo todo, tienes que plantearte si cae en saco roto. No es que sientas menos amor por ello... simplemente, es que te valoras más a ti mismo. No tengo por qué recoger las sobras de cariño de nadie. Valgo lo suficiente como para pedir lo mismo que doy.
No sé cuánto me durará este momento de lucidez, pero espero que años...
Hoy me encuentro mal, de nuevo...
La resignación de lo peor me está devorando... Deseo llamarla, deseo luchar por ella... Pero sé que no debo hacerlo. Que cuando uno dice "tómame en serio o no me tomes", debe mantenerse.
Eso es lo peor de cuando uno da un ultimátum. No puedes aflojar. De lo contrario, pierdes toda credibilidad y toda capacidad para pedir. Te vuelves un ser sumiso y con una opinión carente de valor. Dejas de respetarte a ti mismo y, por extensión, dejan de respetarte.
Esperar a su reacción. Ver si se decide a apostar o si debo proseguir mi camino, solo de nuevo.
Me cuesta hacer esto.
El apoyo de los que tengo cerca y el deseo de continuar las cosas por rigurosa disciplina es lo que me mantiene mínimamente entero. Aunque siento que me desplomo por dentro.
Tal vez Patricia sea un leve recuerdo dentro de algunos meses, como un intento de algo que no podía haber sido... Es posible...
A veces no te gusta el rumbo de la vida, y preferirías que el viento en tus velas te llevara hacia otra dirección. Te sientes como un niño que llora y patalea al ver que su madre le coge de la mano y lo lleva a donde él no quiere. Tal vez la infelicidad sea precisamente eso: no aceptar lo que viene.
Señoras y señores, amigos televidentes, quisiera compartir algo con vosotros...
Me cago en las mujeres bellas, y en su miedo al compromiso... En su miedo a vivir, en su egoísmo al hacer planes sólo para ellas, en sus mensajes cálidos y sus conversaciones cara a cara frías,... Me cago en todo
Hoy me siento fatal
Si esto me lo contara un amigo, le recomendaría que pasara del tema, o simplemente que tuviera paciencia pero poca esperanza...
Pero es que si me lo contara un amigo, no sería yo el enamorado, y sería mucho más fácil
¿Por qué es tan complicado encontrar mi medio kiwi (como dicen algunos)? ¿Por qué me afecta tanto?
Por qué no seré más cabrón...
Joder, qué habilidad tiene esta mujer para que, cada vez que me planteo hacer el esfuerzo y pasar del tema, sin ella quererlo me da alicientes.
Es imposible que sea un vil juego, porque la gran mayoría de las ocasiones no expreso mis intenciones de levar anclas y partir. Y tanta precisión hace pensar que no puede ser casualidad tampoco.
Parece que Dios quisiera que no abandonara el esfuerzo, que no cesara en el empeño.
Ya sé exactamente qué siento por Patricia. Por fin me he dado cuenta.
Estoy enamorado.
El motivo de la revelación es sencillo... Duele de cojones.
El horizonte se veía lejano. Al fondo, una delgada línea casi indistinguible separaba la mar del cielo. Grandes masas de nubes impedían ver el sol, frenando el avance de sus rayos luminosos que podrían no sólo dar calidez, sino iluminar el camino a seguir.
Con un pie apoyado sobre una bita, en el alcázar, la mirada de Kenshin era fija, como si escrutara la marea en busca de respuestas. El salitre de la brisa marina le alcanzaba la cara, refrescándole la piel curtida.
- Señor, ya hemos subido a bordo casi todas las provisiones - comentó su segundo de a bordo, que se le había acercado casi imperceptiblemente
Kenshin no apartó la mirada del horizonte.
- Bien gracias, que los hombres preparen aparejos
- Sí, señor. Disculpe, ¿sabe ya cuándo partiremos?
- No lo sé con exactitud. No depende de nosotros. De momento vayamos estibando, haciendo todo a son de mar. Nunca se sabe.
- Sí, señor
"Nunca se sabe", repitió para sus adentros
A veces no es fácil soltar amarras, pero a veces es mejor que quedarse en mal puerto
Bueno, estos días han pasado muchas cosas.
Me he pillado un portatil. La verdad es que llevaba 6 meses debatiéndolo, y me he cansado de esperar. Mis Reyes, hala. Qué a gusto me he quedado, aunque ahora hay que sacarle toda la utilidad que pueda, para amortizar...
"El Caballero del Jubón Amarillo" ya está leído. Me gustó más que las dos anteriores de Alatriste, y casi seguramente por el tema y el contexto. La idea de defender a tu rey, aunque no sea el que te gustaría tener, refleja un estoicismo y un concepto de disciplina extremadamante interesante para mí. No se trata de que Alatriste lo siga por la apariencia, o para mantener un oficio de soldado del que ya está liberado. Lo hace por convicción, lo hace por definición de sí mismo. Lo hace porque, de lo contrario, no sería quien es... Tomo nota
Ahora acabo de comenzar "La Escuadra Costera", de Alexander Kent. Parece ser una novela más de una laaaarga serie que ha escrito este señor, orientado hacia la armada inglesa a comienzos del siglo XIX. Interesante el tema. Me gustó la película "Master and Commander" y me apetecía indagar más sobre este mundillo. A fin de cuentas, siempre me gustaron los barcos.
El trabajo va bien, pero porque quiero que sea así. Debo remontar estas olas que me han tenido abatido. No quisiera dejarme llevar por una extraña autocompasión que me deja sentado en el suelo, lamentándome y sin levantar la mirada. Me niego.
La chiquilla va bien (seguramente es causa de que me vuelvan a salir agallas, como a todo hijo de buen cristiano). Veo en sus ojos un ardor y una inquietud que se traduce en un silencio nervioso, y en miedo a lo que pueda surgir. Mejor eso que la indiferencia, supongo.
Y hoy... hoy volveré a ir a la piscina.
Año nuevo
Vida nueva
Nuevas esperanzas
Nuevas ilusiones
Tengo ganas de hacer cosas, ganas de recuperar la ilusión en mi trabajo, ganas de empezar algo con Ella, ganas de vivir...
Si hasta estoy alegre y todo