¡TIIUT TIIIUT TIIIUT! El ruido estridente de la alarma no hacía más que aumentar la tensión del ambiente.
Una multitud corriendo por los pasillos, disgregada en pequeños grupos que iban en varias direcciones, se abría paso entre los diferentes sectores. Los sensores de las puertas no paraban de trabajar, y cuando parecía que una comenzaba a cerrarse, debía volver a abrirse para permitir nuevamente el acceso. Mientras algunos terminaban de colocarse el casco, otros se ajustaban el peto, y otros simplemente corrían, corrían como diablos.
Casi todos iban en silencio, como si supieran perfectamente lo que tienen que hacer. Parecía que todos sabían qué lugar le correspondía a cada uno.
Una voz femenina en off, con tono áspero y metódico cual grabación predefinida, sonaba en todos los altavoces de las cámaras: "Código Rojo. Código Rojo. Todo el personal debe situarse en zafarrancho de combate. Repito. Todo el personal a sus puestos. Esto no es un simulacro."
No es la escena de ninguna película de submarinos, ni es el relato de un ataque a una estación interestelar. Son la hormonas de mi cerebro.
Hoy han llegado los 55 equipos. Y tienen que estar listos para ayer.
Joder, caña de la buena. Esto es un infiernooo
En las situaciones extremas es cuando realmente se hacen notar los héroes.
En las situaciones extremas es cuando realmente se hacen notar los héroes.
¿Doble comentario, para dar el doble de ánimos?
;-)
Gracias
Escrito por Uesugi Kenshin a las Febrero 6, 2004 09:02 AMNop... es el Parkinson que me da en este trabajo.
Escrito por Rojo Dos a las Febrero 6, 2004 01:23 PM