Hoy me encuentro mal, de nuevo...
La resignación de lo peor me está devorando... Deseo llamarla, deseo luchar por ella... Pero sé que no debo hacerlo. Que cuando uno dice "tómame en serio o no me tomes", debe mantenerse.
Eso es lo peor de cuando uno da un ultimátum. No puedes aflojar. De lo contrario, pierdes toda credibilidad y toda capacidad para pedir. Te vuelves un ser sumiso y con una opinión carente de valor. Dejas de respetarte a ti mismo y, por extensión, dejan de respetarte.
Esperar a su reacción. Ver si se decide a apostar o si debo proseguir mi camino, solo de nuevo.
Me cuesta hacer esto.
El apoyo de los que tengo cerca y el deseo de continuar las cosas por rigurosa disciplina es lo que me mantiene mínimamente entero. Aunque siento que me desplomo por dentro.
Tal vez Patricia sea un leve recuerdo dentro de algunos meses, como un intento de algo que no podía haber sido... Es posible...
A veces no te gusta el rumbo de la vida, y preferirías que el viento en tus velas te llevara hacia otra dirección. Te sientes como un niño que llora y patalea al ver que su madre le coge de la mano y lo lleva a donde él no quiere. Tal vez la infelicidad sea precisamente eso: no aceptar lo que viene.
Escrito por Uesugi Kenshin a las Enero 13, 2004 04:09 PM | TrackBackTe entiendo, tus palabras me son familiares...
Escrito por Rapha a las Enero 13, 2004 08:43 PM¿Quién dijo que tener valor fuera fácil, verdad?
Ánimo.
No se como narices he llegado a tu weblog, pero cuanto más leo, más me veo...supongo que son situaciones universales...
A mi tb me cuesta no luchar por ella,pero ¡Que cojones! ella no me quiere (aunque ella crea que si) así que, para que luchar por eso? para perder el poco amor que me queda para mi mismo? no vale la pena....
Lo que el destino trajo, el destino se lo llevó...los vientos nos llevarán a nuevas playas...
Un saludo...