Diciembre 18, 2003

Pensando en cada brazada


Anoche fui a ver por fin el Retorno del Rey. Impresionante, tal y como lo esperaba.

Al margen de eso, ahora mismito toy hecho polvo. De vez en cuando (bueno, eso es más bien un eufemismo, porque es mi quinta semana a piñón: lunes, martes, jueves y viernes), me escapo del curro a mediodía, para ir a la piscina a nadar. Después almuerzo rapidito, y a seguir.

Esta semana van 1.200 metros en cada sesión. No está mal, aunque espero ir poco a poco aumentando esa cifra...

El sopor después de haber nadado y de almorzar es una sensación magnífica, porque me quita mucho estrés del trabajo. Especialmente en una cosa: cuando nado, soy yo mismo, no hablo, no tengo que aparentar ni tengo que cumplir con nadie. Simplemente, cumplir conmigo mismo, tirar más metros, buscar mantener el ritmo, la concentración en la respiración, soportar la pesadez en los hombros,...

No sé cómo estaré mañana, porque los viernes se me hace durísimo ir a nadar (el último día de la semana no está uno para mucho esfuerzo). A pesar de eso, casi seguro que iré.

Una cosa curiosa es que al nadar estoy 30 minutos sin escuchar nada, salvo el salpicar del agua en cada movimiento que haces, y sin oir a nadie, salvo a ti mismo. Se podría decir que entro en un estado de meditación dinámica, como diría algún sabio sensei o sifú de alguna disciplina oriental (léase Kyudo, por ejemplo). Pienso en el trabajo, en mis proyectos, en la naturaleza, en el mar (vaya paradoja),... Pienso pero no me preocupo. Simplemente, reflexiono.

Más curioso aún es que gran parte del tiempo lo paso pensando o en Ella, o en este blog. Supongo que ambos implican un grado de interioridad inusual con respecto a todo lo demás...

Escrito por Uesugi Kenshin a las Diciembre 18, 2003 04:33 PM
Comentarios

su informacíon me ha cervido para sacarme un 100 en el examen de educacion fcica

Escrito por shawn a las Septiembre 7, 2004 04:14 AM
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