Ecce Homo

Vianden

Leímos en la guía que el Castillo de Vianden era de visita obligada, pero íbamos sin esperar encontrar nada como esto...

...más que nada porque teníamos una guía baratita, en blanco y negro, y con menos ilustraciones que un texto en braille. Y claro, disfrutamos como cosacos. Pagamos felicísimos los 4.5 € de entrada, paseamos por allí durante horas, nos hicimos mil fotos chorras (que pondré cuando pueda) y visitamos la tienda de recuerdos. Allí Pepe le compró a su hermanito una espada de madera y no pudimos resistirlo... él con un pañuelo palestino y un puñado de piedras, y yo con una sudadera roja por capa y la espada de madera, nos pusimos a hacer el picha en plan película del Cid. Ay, qué bello fue... y qué raro nos miraba la gente.

¡Y es que el palestino dio muchísimo juego! En Clervaux había un museo sobre la batalla de las Ardenas, y en la puerta había un tanque americano de la II Guerra Mundial. Verlo y subirme en lo alto ultraeufórico agitando el palestino en plan "Alá nos ha dado una nueva victoria sobre el invasor" fue todo uno... Otra palestinez fue en Bruselas, que estábamos nosotros en la puerta de la Comisión Europea haciendo el típico chiste de "que me inmolo, que me inmolo!" (un poco de mal gusto después de lo de Londres, sí, pero demasiado clásico como para no hacerlo en esas circunstancias)... cuando pasan por al lado nuestra una excursión de judíos ultraortodoxos con sus ricitos y sus bonetes mirándonos con cara de asco... En fin, que fue muy divertido.

Contar todo esto es una tontería sin fotos que lo corroboren y amenicen, así que cuando las tenga os seguiré contando (si no os interesa lo comprendo, para eso pongo los links un poco más abajo).