Bueno, esto es un post más o menos informativo que justifica la escasez de mensajes estos días. Resulta que ando más estresado que el niño del 6º sentido en Nayaf, os explico:
El viernes -como ya todos sabréis- era el concierto de Santo en Almogía. Para los que no conozcan este bonito pueblo, está, kilómetro más o menos, a tomar por culísimo. Y además se llega por una carretera superemocionante: estrecha, con curvas y sin quitamiedos. En fin, el concierto estuvo muy bien -en particular ese momentazo en el que Santo me dedicó una canción de Queen ¬¬- y cuando terminó fuimos, curva arriba y curva abajo, a casa de Tere -que tampoco está perdida- a jugar al Singstar!
Pero no podíamos estar "cantando" Dime de Beth toda la noche, porque al día siguiente (sábado) salíamos Sonia, el Primo y yo hacia Maro, otro pueblo que también está a tomar por saco pero que vale la pena de sobra por la calidad de sus playas.
Los acantilados de Maro, un paraje natural único en la costa malagueña
Nos buscamos un camping apañado y allí nos apalancamos con todos los pertrechos. Después de los shows de rigor montando la tienda, fuimos a Nerja a buscar un Mercadona. Tras una hora de búsqueda infructuosa, nos rendimos y fuimos a un MAS donde nos clavaron. Por fin conseguimos dejar todo preparado y marchar a la playa. Oh, entonces empezó lo bueno: horas bajo el agua admirando bancos enormes de peces, campos de poseidonias, restos de una atalaya caída al mar... Dos días de buceo magníficos. Y el lunes ya tocaba irse, pero antes no podíamos dejar de ver el Río Chíllar, con sus pozas y sus cataratas. Qué campestres somos.
Total, que volvimos a Málaga después de comer. ¿Descansar un poco? Ni hablar. Esa noche, a la feria. Cenamos en casa de Pepi y tiramos para el Real. Me lo pasé mejor que otros años, estuvimos además dando vueltas por todos los estilos (entramos hasta en la caseta COLEGA xD) aunque acabásemos donde siempre: apalancados en el Hendrix. Bastante agotado, puesto que me había despertado temprano para hincharme de hacer senderismo acuático por el río, me fui a mi casa a dormir. Y cuando por fin me acuesto y me relajo un poco, noto que mi cama se ha convertido en un colchón de agua y todo me da vueltas, y pienso: Menudo pelotazo llevo O_o
Hoy, al despertar lo primero que he hecho -aparte de quejarme por el dolorcillo de cabeza- ha sido llamar a mi hermano porque me voy esta tarde a Granada. Así que ya nos vemos, vuelvo el viernes.
Moraleja del post: No se me caerá el techo de mi casa encima.
Escrito por Jarry a las Agosto 17, 2004 03:08 PM