He dado una clase esta mañana con un alumno nuevo y como siempre que es uno de los que realmente empiezan, me hacen charlar de cómo empecé y de las cosas que me gustaba estudiar, mis bateristas favoritos y por qué lo son. Y me he dado cuenta de que se me ha olvidado escribir aquí sobre el que, en mi opinión, es el mejor baterista que ha pasado por el millón de alineaciones extraterrestres de las que Zappa disfrutó. Señoras y señores, la contención hecha ser humano: Chad Wackerman.
Sí, este tipo sexy como pocos habréis visto en vuestra vida es uno de los más grandes bateristas que ha visto la historia de la música. Pero es que es mucho más. Chad Wackerman es "La Sonrisa con Patas". No dudo que sean sus habilidades con los palos las que hagan que se lo rifen los artistas más importantes del jazz más fusionero, pero seguro que el hecho de que ir de gira con este tipo sea como ir a un balneario cuenta. No creo que haya visto a nadie disfrutar más la música que toca, al que se le note más la admiración por la persona a la que acompaña. No conozco a nadie más humilde y honesto. Una pista del carácter del señor Wackerman: es uno de los mejores bateristas de la historia y de lo que más orgulloso está en toda su vida es de que su hermano sea el baterista de Bad Religion. Así lo exhibe en el parche delantero de su bombo. Bajo el logotipo de DW se puede leer "MY BROTHER PLAYS IN BAD RELIGION!". Simplemente genial. Por cierto, otro dato curioso. Tres hermanos, tres bateristas de primera línea (a mi parecer, Chad es el mejor de los tres, pero no perdáis de vista a los otros dos... sin comentarios). Para haceros una idea de a qué suena Chad Wackerman os diré que es la forma de tocar en la que pienso cuando me dicen eso de "no, tócalo más contenido, como muy elegante".
En definitiva un tipo importantísimo para el nuevo jazz que quería incluir en esta lista, no sólo por lo impresionantemente bien que toca, sino también por el ejemplo vital que es. Otro grande.
Abrazos per tutti!
P.D.: Como habréis podido observar, el radioblog ha vuelto a vuestro blog estrella. Esta vez monotemático. En él podréis escuchar los temas que me parecen más representativos de todos los bateristas (o no) de los que he estado escribiendo en esta sección. Mutará hacia direcciones inexplicables (muahahahahaha!), pero de momento ahí tenéis un poco de cada uno en estricto orden de aparición
Llevaba desde que empecé esta sección de mis bateras favoritos pensando que en algún momento debía hablar de este tipo, imaginando que tendría que ser algo apoteósicamente underground, casi de mercado negro, para que sólo dos o tres supieran de quién hablaba, poniéndole por las nubes en plan cool. Pero no. Eso iba a ser como un primer polvo exageradamente esperado y por consiguiente una cagada. De este tipo es mejor hablar como a él le gustaría. Señoras, señores... Damon Fitzgerald, aka Don Caballero:
Así, escondido tras los platos, con un set sin marca, un escenario humilde y menos glamour que un mono de pintor. Así se consigue (creo) mantener una línea artística incluso cuando los críticos alucinan con tu último trabajo y te empiezan a proclamar el más grande. Así es Don Caballero.
Recuerdo la primera vez que lo escuché allá por 1998. Un colega de clase, también batera, me lo pasó diciendome algo así como tío, después de esto te va a quedar poco con lo que flipar. Muy afortunadamente se equivocó, he seguido flipando con muchas cosas, pero sí es cierto que este señor me rompió un par de esquemas (sólo un par). Para los más entendidos en temas técnicos (es que soy taaan técnico...), a mí lo que más me destroza de este hombre es la imposibilidad de no calificarle como un batería de punk a pesar de cómo toca. Porque es punk. En otros discos ya se notaba y me hacía mucha gracia, pero en el último es asombrosa la capacidad que tiene para reventar el tempo a su antojo sin perderle el rastro al metrónomo. Me encanta como no le salen los redobles, la maravillosa imperfección de la que hace alarde en cada golpe de charles... Una auténtica maravilla de la música. Uno de esos que aparecen cada veinte años. Si me tuviera que quedar con un podio de baterías de los 90-00, este tío sería Oro o Plata, por debajo de eso me empezaría a dar vergüenza. Además de todo esto, su último disco tiene el sonido de batería que más me gusta de la historia de la música.
Gracias, señor Caballero.
Abrazos per tutti!
Y es que ponerme a escribir ahora que este tío inventó el Jazz-Core, que el Grunge está en deuda con él tanto como con John Bonham y que cualquier grupo de Stoner le debe la vida me parece una tontería.
Así que esperáis a que cargue y le dáis al play. Nos dejamos de tonterías, lo escucháis vosotros mismos y luego me decís.
Abrazos per tutti!
Ya era hora de que en este blog apareciera un post dedicado al baterista más importante de los '90. Señoras y señores, en la esquina de la izquierda, vistiendo calzón negro y con unos cuantos kilitos de mala hostia...
Pues sí, no os llevéis las manos a la cabeza. Admiro y venero a este hombre, y el que no lo haga públicamente, o tiene que satisfacer a muchos colegas virtuosillos, o realmente no ha escuchado con atención a este pollo. No me tiemblan las piernas ni se me caen los anillos por darle a este hombre el título de "Baterista más influyente de los '90", porque lo es. ¿Que no tiene la técnica suficiente para estar en este miniolimpo personal que me he montado? Seguramente, pero no olvidemos que este tipo es guitarrista. Quizás por eso es el ejemplo perfecto de batera que escucha y que no toca más allá de lo que tiene que tocar. ¿Simple? Yo diría efectivo, y si no, que levante la mano el batera que esté leyendo esto y jamás haya tocado, aunque de cachondeo, el famoso
de Smells Like Teen Spirit (sé que queda super cutre subirlo a lápiz, pero es que no sé como se ponen los mordentes en el Finale...).
Un poquito de respeto, que este tipo es una cosa muy seria. El otro día estaba charlando con el señor Thief por el msn y surgió el tema. Saltándome todas las reglas de etiqueta de los blogs, yo querría haber copiado la conversación y pegarla aquí, pero es lo que tiene ser de los Connor de toda la vida. Las máquinas te odian y no pararán hasta que te des cuenta de que no debes usarlas, te hacen la vida imposible, te distraen, te atacan y... vamos, que cerré la ventana antes de copiarla. Pero, resumiendo, la conversación giró en torno a lo importante que es empaparse de este tipo antes de intentar nada más. Yo le comentaba a Thief que cuando me venían alumnos con poco nivel diciéndome que querían aprender a tocar en plan metalero y súper jibi, yo siempre les saltaba con que tenían que escuchar hasta la saciedad al amigo Grohl. Todos, absolutamente todos me han mirado con cara de "pero tú de qué vas, gañán, que yo quiero ser súper jibi del infierno".
Bueno, pues cuando aprendáis a zurrarle a la batería con las ganas que le zurra Grohl, empezaremos a hablar de doble bombo y powerblasts.
Y qué coño, ¡la mayoría de los de mi generación aprendimos a tocar en grupo haciendo versiones de Nirvana! ¡Si eso no es ser influido por alguien, que baje Bonham y lo vea!
Abrazos per tutti!
P.D.: ¿Me ha quedado el post suficientemente grunge y adolescente? Creo que el tema lo requería.
Si hay una definición de elegancia tocando la batería fuera del jazz la tenéis ante vosotros.
Os voy a explicar otro concepto rítmico que es, a mi entender, uno de los más importantes. La construcción. ¿Qué es construir? Construir es hacer de un patrón un viaje. Escoger un motivo rítmico y explotarlo hasta el límite. Bien, esto en el jazz no es que sea habitual, es que es necesario. Pero en el pop yo no he visto a nadie que lo haga como lo hace Carter Beauford. Este risueño chavalote es el batería de la Dave Matthews Band, grupazo donde los haya (el amigo de los palos no es el único que te tira la mandíbula al suelo, el mismo Dave es un guitarrista excepcional). A pesar de no ser muy conocidos en España, os sorprenderá saber que son los terceros en la lista de más ricos de la industria discográfica. Sí señores, este tipo es el baterista con más dinero del mundo. Es lo que tiene EE. UU., es muy grande, muchos estadios en los que tocar y muchos millones de personas viéndote en cada gira.
Pero vayamos al grano. Me hubiera gustado poneros un greatest hits de la DMB en el radioblog, pero no sé por qué extraña razón no me funciona, así que haré algo mucho mejor. Todo aquel que quiera se podrá bajar los discos de DMB y cualquier cosa que desee si se conecta a Soulseek (si no lo tenéis, pilladlo aqui) y me añade a su lista. Mi nombre de usuario es zappadappadoo. En la carpeta Dave Matthews Band encontraréis otra con el nombre Crash. Bien, en ese disco hay una canción que se llama Crash Into Me. Escuchadla. Eso es construir, ¿vale?
Aparte de esta facilidad para construir, lo del amigo Carter no tiene nombre por muchas otras razones. Tocando el charles es una digievolución a (mucho, muchísimo) mejor de Billy Cobham, tiene una facilidad para sonar realmente tight que no tiene nadie más y además posee una de las técnicas más poderosas de la historia de este instrumento, que no sólo usa con atino y cierto vacile irresistible, sino además con una sonrisa perenne en su cara y haciéndole los coritos al colega Dave.
En fin, que éste sí que es uno de esos bateristas que dan asco de lo buenos que son. Puede que la música de DMB no os guste. Lo entendería, es super popera y Dave es el auténtico "Master Panty Weter", pero sí me juego lo que queráis a que no podréis dejar de prestarle atención a la batería. Ah, casi se me olvida. No llevan percusionista, todo (TODO) lo que suena lo toca él y todo a la vez. Lleva una batería más grande que la cocina de Casa Lucio, pero como suelo decir, "si la usas entera, mola".
Abrazos per tutti!
Me cago en todo lo que se menea. Llevo bastante sin postear y siento hacerlo ahora para quejarme, pero es que desde que estoy obsesionado con el maldito Frances the Mute no dejo de repetirme una cosa...
¡¡No vale ser tan bueno, cabrón!! ¡¡Me estás comiendo la moral!!
Ahí dejo eso, que sigo muy ocupado. Ya postearé algo más interesante.
Abrazos per tutti!
P.D.: Por cierto, en el mail famoso a Cucaracha cometí un error. La amalgama de Cygnus... Vismund Cygnus no es la que dije, sino 9/16+3/4+2/4. Por si acaso alguien se había sentido decepcionado por mi inexactitud... ;P
Sí, ya sé que este tío no es baterista, pero como si lo fuera. He aprendido tanto de él como de cualquier otro. Un día me propuse poder tocar al menos un tema de los que hace y hasta hoy. A la hora de tocar cualquier cosa más o menos modernilla o experimental, este tipo es mi influencia más directa.
Richard D. James, más conocido como Aphex Twin revolucionó la música en los 90. Sí, la música. No especifico con adjetivos tan estupidos como "electrónica" o "ambient". La música no depende de los instrumentos con los que se hace, la música es música. Y si no que le pregunten a los idolatradísimos Radiohead de qué se jartaron antes de grabar Kid A. Pues de Aphex Twin, de qué va a ser.
A mí también me pasó algo así siendo yo un chavalín de estos que se creían modernillos porque se iban a ver a los Orbital en Benicassim y demás. Orbital molan, tienen unos cuantos temas cojonudos, Prodigy son un icono innegable y los Chemical Brothers son de lo mejorcito que uno puede encontrar, pero Richard... Joder, tío, Richard está a la altura de muy pocos. Es capaz de crear una combinación de capas rítmicas que me apasionan, en un mismo patrón (jeje... patrón... sí, bueno) te está mezclando a James Brown con una batucada y todo esto sincopado de forma que intentar bailarlo te convierte en un espectáculo de danza post-moderna. Me encanta como destruye sus propios ritmos con esos redobles de sampler que tanto le caracterizan. Ésa es otra, ¡qué samplers! Creo que Window Licker debería considerarse la mejor versión que se ha hecho y dejar de tratarla como "la mejor canción hecha a partir de un sampler" que existe, que también lo es.
Resumiendo, que hay que abrir las orejas porque hay muchas cosas que, sin ser supuestas así, te pueden ayudar a crecer como músico sin darte cuenta.
Abrazos per tutti!
No se me ocurre otra forma de definir en dos palabras la aportación de Bill Bruford al mundo de la batería. Él es la mente, sin más. La parte cerebral que todo baterista debería procurar tener, eso es él. Y no por las muchas vueltas que le dé a un ritmo o la cantidad de animaladas que pueda llegar a hacer, no. De hecho Bill Bruford es todo lo contrario, un ejemplo de simpleza efectiva (que no efectista, no os equivoquéis, tampoco es eso).
Aclarando:
Hay un concepto rítmico que, grosso modo, se conoce como "los puntos del compás" y se refiere al conocimiento del efecto que provoca en la canción el usar una u otra corchea o semicorchea (o una combinación de varias) de todas las que caben en cada compás. Bien, el tipo que desarrolló este concepto en el plano didáctico fue Bob Moses con su libro "Drum Wisdom" (recomendable para cualquier músico, no sólo bateristas), pero si queréis saber cómo suena todo eso de lo que habla este tipo, no podéis dejar de escuchar cualquier proyecto en el que participe Bill Bruford. Yo os recomendaría especialmente un disco que se llama "Bruford Levin Upper Extremities" y, por supuesto, "loquesea" de King Crimson o Yes cuando Bruford tocaba con ellos.
En fin, todo un intelectual que rompe ese caduco tópico que dice que los bateristas son unos zotes y, además, el único de esta serie de "Childhood Heroes" al que he tenido el honor de conocer en persona y del que recibí un consejo que me marcó de por vida (hablo de esto por ahí en algún post).
Todo un honor, Mr. Bruford.
Abrazos per tutti!
La verdad es que sobre este tipo querría haber hablado más adelante, pero visto que en otros blogs ya casi se han creado foros de discusión sobre Led Zeppelin, lo haré ahora. Pero antes de decir nada, para explicar un poco lo más obvio de este hombre os voy a contar una anécdota:
Cuentan que en una de esas reuniones olímpicas en las que uno podía encontrar a los Beatles, los Who y los Zepp all together, Keith Moon presentó a Ringo y Bonham. Después de un rato de chachara (sus cosas se dirían), Ringo le comentó a Bonham que la gente de Ludwig (marca de baterías que ambos usaban) le habían entregado un nuevo modelo que era el recopón. Bonzo le pidió amablemente probarla, a lo que Ringo contestó que sin ningún problema. Keith Moon le dijo a Ringo que estaba loco, que ya se podía ir despidiendo de la batería, que Bonham la iba a destrozar. Ringo se rió y le dijo que no fuera exagerado, que era una Ludwig de la hostia y que eso era imposible.
Bueno, pues Bonham se cargó la batería esa misma noche.
Con esto no quiero destacar lo bruto que era Bonham, que es verdad que lo era. Cuando viví en Irlanda conocí a un tipo que había currado de técnico en Londres y me dijo que cuando Bonham grababa las baterías, todo el estudio temblaba. Me lo creo. Lo que más resalta de Bonham es su potencia. Ni ha habido ni habrá un tipo con esa capacidad de presión sonora. Al único que he escuchado que se le podría acercar es a Danny Carey de Tool, but then again, no es lo mismo.
Recuerdo cuando era un chavalillo inocente y de mayor quería ser como Vangelis (todos tenemos un pasado). Tocaba el piano y mi familia era feliz, pero un día mi padre estaba escuchando el Led Zeppelin I y a mí aquello me rompió. Y desde entonces. Si toco la batería es gracias a Bonham. Esa potencia de la que hablo, esos silencios, ESOS TRESILLOS EN EL BOMBO (!!!), esos aciertos (todo siempre en su sitio) y, sobre todo, ese groove... bufff... ese groove. Para el que quiera saber de que hablo, que se escuche el When the Levee Breaks (que debe de ser el groove de batería más sampleado de la historia) y que se haga una idea de lo que quiero decir.
Ha habido muchísimos bateristas en mi vida que me han dejado bocas, pero da igual la cantidad de ellos que se me crucen. Cuantos más baterías escucho, más me doy cuenta de que este tipo es lo mejor que ha visto este planeta.
En lo personal el tipo parece haber sido un cielo. Era alcohólico, pero nunca quiso que se notara. Nunca ensayaba, grababa o tocaba borracho. Decían que alegaba que el resto de la gente a su alrededor no tenían por qué cargar con su enfermedad. Dicen que fue un excelente padre de familia y un granjero vocacional. Sólo hay que ver su sonrisa en cualquiera de los testimonios gráficos que existen para darse cuenta de que estás ante un ángel.
John Bohnam murió de un cólico nefrítico el 26 de septiembre de 1980 en casa de Jimmy Page, después de una fiesta brutal. Tuvo poco tiempo para evolucionar este instrumento, pero es mejor no saber a qué sonaría una batería si este tipo hubiera vivido más. Es, sin lugar a dudas, el padre de la batería moderna.
Gracias por todo, Bonzo.
Abrazos per tutti!
Con este tipo lo que se aprende son dos cosas: que una cagada a tiempo es un acierto y que empujar a la gente no siempre es de mala educación.
Me explico: Si escucháis con atención los discos de The Police (porque con Oysterhead el tipo está mucho más maduro y ya no lo hace tanto), sobre todo Outlandos d’Amour y Regatta de Blanc (después ya fue depurando un estilo monstruosamente acertado y sereno), la mayoría de los aciertos, todo eso que te rompe el cuello cuando lo escuchas, son “cagadas”. Benditas cagadas. The Police era un grupo bastante punky a pesar de la formación jazzística que tenían todos. Imagino que a la hora de entrar en el estudio dejarían a un lado su experiencia y se pondrían a hacer lo que querían, esto es, el puto loco. Esta actitud te lleva a cosas como los breaks de entrada a las estrofas de I can’t Stand Losing You o el mantra afro que es Masoko Tanga. O la ilusión rítmica del principio de Bring on the Night (¿dónde está el 1…?). En fin, lo que quiero decir es que todas esas cosas que en una producción convencional serían cagadas, este hombre las convirtió en aciertos imperecederos en dos discos que cualquier baterista debería saberse de memoria.
En cuanto a lo de empujar a la gente… pues os veis algún video en directo y cuando empecéis a notar que ese bombo y ese charles os están haciendo caer de bruces sobre el suelo del vagón, sabréis de qué hablo.
Y ahora lo mío. ¿Por qué me gusta este tío? Pues como dice el título de esta colección de posts, porque es un héroe de la infancia. Porque yo a esa edad no sabía lo que era una polirítmia o una síncopa, pero según me iban enseñando estas cosas yo pensaba para mí “anda… esto es lo que hace el de Police en tal o cual canción…”. Las lecciones que vinieron después las fui reconociendo en otros tipos de los que hablaré en siguientes entradas. Pero quiero que el señor Copeland esté aquí porque él no fue sólo un aliciente más para adorar la batería. Este tipo me ayudó a disfrutar la música.
Abrazos per tutti!
Un sonido de montacargas suena y te prepara para lo que viene. La máquina arranca y un ababkwa de timbales inicia la demolición que te va a estar masacrando el espirítu durante los próximos 78 minutos.
Redobles, juegos de campanas y splashes y el mejor hacer desde que la batería se convirtió en un icono allá por los años 70. El máximo heredero de los más grandes, el único que recuerda a todos los que se pueden mentar, la auténtica descendencia del que convirtió la batería en leyenda, el único capaz de llevarla más allá del punto en el que aquél lo dejó...
Un mastodonte de bronce con alma de samurai. Todo fuerza y entrega y un corazón suficiente para hacer de esto una parte de las artes mayores. Mitad cerebro mitad pasión, el equilibrio perfecto.
Si no fuera por tus mentores te coronaría Zeus de madera, piel y metal. Como me apasiona que haya gente como tú.
Abrazos per tutti!
Y empecemos por el principio, que es lo mejor.
Año 91 ó 92, no recuerdo muy bien. Yo ya andaba dando por saco a mi familia con los tuppers y un par de baquetas de mierdamarca con punta de nylon (que todavía conservo) y un colega de mi padre me habla de un grupo "que se parece a eso que escucha tu padre pero en plan bestia, es como Genesis y King Crimson pero en heavy". Voy a una tienda de discos y pregunto por ellos. Me dicen que sí, que de hecho tienen el último disco que han sacado, "Sailing the Seas of Cheese". Joder, qué nombre. No me podía imaginar que mi vida iba a cambiar tanto después de aquello.
Creo que Primus me han gustado desde el primer día y dudo mucho que dejen de gustarme. Es uno de esos grupos retorcidillos a los que les coges el truco y ya no se te escapan en la vida. Lo primero que me llamó la atención fue Les Claypool (el bajista), por la cantidad de instrumentos de una sección rítmica que podía sustituir el solito, pero sobre todo por esa capacidad para dejarte con agujetas en el cuello durante una semana con sólo dos notas (Those Dammned Blue-Collar Tweekers...). Pero cuando empecé a fijarme en Tim Alexander fue cuando me compré el Tales from the Punchbowl. En ese disco hay un tema llamado Wynona's Big Brown Beaver que tiene un break (min. 1:16 a 1:18) que todavía me hace temblar las pelotas aún después de millones de escuchas.
¿Por qué me gusta Tim Alexander?, ¿por qué le considero uno de los mejores bateristas de la historia y uno de los que más me ha influido? Quizás porque me pilló muy joven cuando lo descubrí y, aunque me gustaba todo lo que oía, no sabía muy bien lo que era o no lo entendía. Pero aquello sonaba a magia, a brujo de película de dibujos animados haciendo que las escobas andaran o dejaran de andar. A medida que he ido mejorando como baterista he aprendido a entender casi todo lo que tocan los que escucho, aunque sea incapaz todavía de hacerlo yo mismo (es lo que tiene aprender música, que tu criterio crece mil veces más rápido que tu técnica), pero Tim Alexander sigue siendo ese personaje de dibujos que se estira y contrae al antojo de la música que interpreta.
Y sobre todo, me gusta por lo que me gustan todos los que me gustan (que irán apareciendo por aquí): Cada vez que los escucho me doy cuenta de lo que me queda todavía por recorrer, y eso mola... Cuando un viaje es lo mejor que podrías estar haciendo en ese momento y te das cuenta de que ese momento va a durar mucho... eso es impagable.
Gracias a todos los que aparecerán en esta serie de posts por marcarme el camino.
Abrazos per tutti!
Hacia tiempo que no pensaba yo en un hecho maravilloso. La primera vez que Saartje y yo intercambiamos una mirada de esas que te condenan a una relación en regimen de cadena perpetua.
Esto ocurrió en Berlín hace ahora unos tres años. Por aquel entonces y desde hacía algun tiempo yo vivía obsesionado con el espiritu de Patato. Un percusionista cubano que es algo mas que percusionista, algo más que persona. Por aquel entonces yo solía escribir por todas partes eso de "Que nunca muera Patato". Una de esas pintadas todavía se puede leer en una de las mesas de la terraza del Tacheles en Oranienburger Strasse, Berlin. En esa mesa de esa terraza estabamos Saartje y yo solitos. Rodeados de participantes en el curso en el que nos conocimos, pero solitos. Después de escribir esto, ella me miró y:
- What does that mean?
- May Patato never die.
- Why?
- The day Patato dies the music will die with him.
- Why so?
- Cause Patato is the music.
- hehehe... then... Patato forever!
- Exactly, Patato forever!
Ayer hice una prueba para una mega banda de musica latina y volvi a sentir eso que sentia cuando estudiaba flamenco con Guillermo y ritmos latinos con Emilio. Cuando llegué a Berlin me olvidé de esa sensación de poder en combustión que es la música latina. Me perdí en la música experimental y en el ruidismo, los soundscapes y la psicodelia y me olvidé de aquello. Ayer me cogieron para ese grupo y por unas horas estuve donde estaba hacia tres años. Volvi a ser Mr. Mucho Grande Style, aquel alter ego de cuando tocaba con estos. Esa especie de Tony Montana sanote...
El caso es que ayer volvi a entrar en el profesionalismo musical rodeado de mucha buena onda. Ayer volvi a entender algo que hacia mucho que no tenía sentido... "QUE NUNCA MUERA PATATO"
Patato Forever.
Abrazos per tutti!
Hay discos que son como el All-Stars de la NBA. El "Kind of Blue" de Miles Davis, por ejemplo. En ese disco están John Coltrane, Cannonball Adderley, Bill Evans, Wynton Kelly, Paul Chambers y Jimmy Cobb. Menudo euipo. Asi pasó, gracias a este disco el jazz cambió para siempre. Y no fue la única vez que Miles lo hizo. El "Picasso del jazz" volvió a reunir un elenco imposible de músicos en 1969 para inventarse lo que hoy se llama fusión. Para ello se hizo con los servicios de Wayne Shorter, Chick Corea, Dave Holland, Jack DeJohnette, Bennie Maupin, Joe Zawinul, John McLaughlin, Harvey Brooks, Don Alias, Lenny White, Jumma Santos y Larry Young... casi nada.
Estos dos "equipos" son irrepetibles e incomparables, pero no se puede perder la esperanza. Hace un par de días, rebuscando en la biblioteca, me encontré con un disco que rezaba "Hyperion With Higgins". Es de Charles LLoyd, un saxofonista tremendo. Y en ese disco está Billy Higgins. Ese baterista que ni es baterista ni es músico... es un planeta. Planeta Higgins. En este disco le acompañan John Abercrombie, Brad Mehldau y Larry Grenadier, que son otro equipazo de padre y muy señor mio... Pero yo sólo puedo escuchar al señor Higgins...
A mi de mayor me gustaría ser un Higgins. Me han comentado que está jodido el tema, pero yo quiero ser un Higgins.
Abrazos per tutti!