Yo entiendo que mi pinta no es la mejor y mucho menos para la zona donde vivo. Mi barba de diez días, mi eterna cara de sueño y mala hostia y el conjuntazo de fiesta pantalón de chandal/"mi sudadera verde" no ayuda a que la gente se anticipe una imagen seria del que aquí os cuenta esto. Pero aún así, no es de recibo el que toda cajera con la que me cruzo me mire con miedo a un repentino alzamiento de pistola y un "tol mundo al suelo". Tampoco mola que todo el que te atiende te mire con la misma expresión y que tengas al segurata de turno persiguiéndote por todo el super. Por eso, porque no mola, porque todo eso es prejucioso, yo respondo con mi voz de doblador y sonrisas, muchas sonrisas. Quizá suene socrático, pero la mejor manera de meterle a la gente sus prejuicios por el culo es metiéndoselos por el culo. Al final, cuando me dan el cambio, puedo ver una sonrisa de esas de "coño, pero si es hasta guapo...".
Pasando a algo completamente distinto, me encanta el minuto 6:32 del Meccamputechture. Guitarrazo que te pone cara de ametralladora del metal, un dios dorado del rock más épico. Una maravilla.
Y en otro orden de cosas, el próximo post será el último. Detras del Muro cierra para siempre. Por eso cuento todo esto en éste, porque el próximo será el número 229 y, por tanto, el último post que escriba aquí, en este blog y en este servidor. Y no habrá nada que lo contamine. Será el último. Se acabó. Sin pesares ni aburrimientos, simplemente otra etapa que empieza. Una nueva forma de escribir que podréis disfrutar en el blog que ya tengo abierto y que nacerá cuando esa señorita tan maja acabe su diseño. Sin prisas. Cuando sea, será. Ah, y realmente tendréis que encontrarme. No pienso dar un solo link.
Así que hasta aquí hemos llegado. Un placer conoceros a todos y espero que déis conmigo en un futuro no muy lejano. Hasta ese momento disfrutad de la penúltima vez que leeréis esto...
Abrazos per tutti!
He dado una clase esta mañana con un alumno nuevo y como siempre que es uno de los que realmente empiezan, me hacen charlar de cómo empecé y de las cosas que me gustaba estudiar, mis bateristas favoritos y por qué lo son. Y me he dado cuenta de que se me ha olvidado escribir aquí sobre el que, en mi opinión, es el mejor baterista que ha pasado por el millón de alineaciones extraterrestres de las que Zappa disfrutó. Señoras y señores, la contención hecha ser humano: Chad Wackerman.
Sí, este tipo sexy como pocos habréis visto en vuestra vida es uno de los más grandes bateristas que ha visto la historia de la música. Pero es que es mucho más. Chad Wackerman es "La Sonrisa con Patas". No dudo que sean sus habilidades con los palos las que hagan que se lo rifen los artistas más importantes del jazz más fusionero, pero seguro que el hecho de que ir de gira con este tipo sea como ir a un balneario cuenta. No creo que haya visto a nadie disfrutar más la música que toca, al que se le note más la admiración por la persona a la que acompaña. No conozco a nadie más humilde y honesto. Una pista del carácter del señor Wackerman: es uno de los mejores bateristas de la historia y de lo que más orgulloso está en toda su vida es de que su hermano sea el baterista de Bad Religion. Así lo exhibe en el parche delantero de su bombo. Bajo el logotipo de DW se puede leer "MY BROTHER PLAYS IN BAD RELIGION!". Simplemente genial. Por cierto, otro dato curioso. Tres hermanos, tres bateristas de primera línea (a mi parecer, Chad es el mejor de los tres, pero no perdáis de vista a los otros dos... sin comentarios). Para haceros una idea de a qué suena Chad Wackerman os diré que es la forma de tocar en la que pienso cuando me dicen eso de "no, tócalo más contenido, como muy elegante".
En definitiva un tipo importantísimo para el nuevo jazz que quería incluir en esta lista, no sólo por lo impresionantemente bien que toca, sino también por el ejemplo vital que es. Otro grande.
Abrazos per tutti!
P.D.: Como habréis podido observar, el radioblog ha vuelto a vuestro blog estrella. Esta vez monotemático. En él podréis escuchar los temas que me parecen más representativos de todos los bateristas (o no) de los que he estado escribiendo en esta sección. Mutará hacia direcciones inexplicables (muahahahahaha!), pero de momento ahí tenéis un poco de cada uno en estricto orden de aparición
"¡Quiero llorar! ¡Quiero llorar! ¡Dios Santo!
¡Viva la música!
¡Conciertazoooo!
¡Toooool!
Es para llorar, perdónenme.
Tool, en actuación memorable, en la gira de todos los tiempos, apisonadora cósmica...
¿¡De qué planeta vinistéis para dejar en el suelo tanta barbilla!?, ¿¡para que el país sea un puño apretado, gritando por el Rock!?.
¡Tool, Tool, Tool!
¡Gracias Dios por la música, por Tool, por estas lágrimas, por este pedazo de concierto!".
Y es que creo que no habría manera mejor de definir lo de anoche que la tan sugerente y aplastantemente subjetiva verborrea de Víctor Hugo Morales.
Abrazos per tutti!
Año 1997. Festimad. Eres joven e influenciable, te lías con la primera que se te pone tonta y la pones del revés (hormonas) en la tienda de campaña, te despiertas a las cuatro de la tarde a guitarrazos de Red Kross, vas acompañado de unos colegas que pronto dejarán de serlo y que se pulen un ladrillo de hachís en un fin de semana. Recoges todo después de la última (y brutal) noche (¿Josh Wink?) y oyes a uno de esos mendrugos decir que ya se puede ir a casa tranquilo porque ha visto a Prodigy. Vale, a mí también me molan Prodigy, pero si me voy tranquilo a casa no es por haber visto como un tío le da al play mientras un par de afectados bailan como babuínos. Yo me voy a casa tranquilo porque he visto uno de esos conciertos que recordaré de por vida, uno de esos con los que atormentarás a la gente alrededor durante generaciones. Yo vi a Beck.
Después de aquello fui a verle en directo todavía dos veces más. Una en Madrid, en la gira del Midnite Vultures (ese disco por cuya autoría todavía mataría) y otra en Berlín, en el Volksbühne, acústica en mano tocando los temas del Sea Change él solito, radical unplugged.
Y es que Beck me mola mucho, quizás demasiado. Nunca lo suficiente como para negar que Güero es un pedazo de mierda sin pies ni cabeza, infumable e indefendible, se ponga uno como se ponga. Uno de esos discos que le quitan credibilidad a un artista y que hacen que sus seguidores empecemos a temernos lo peor. Lo peor sólo tiene dos caminos: cada vez te pareces más a Elton John o a Madonna. Y con Güero Beck empezó a oler a Madonna. Y eso duele.
Pero no. Beck ha vuelto y con dos cojones. No me extraña. Si escucháis el At War with the Mystics de The Flaming Lips podréis notar una extraña evolución hippiofreaky en este grupo. Con The Information (que así se llama lo último de Beck) ocurre algo parecido. Pero, ¿qué tiene que ver todo esto entre sí? Pues que han estado currando juntos muy intensamente y se les nota. Una de las cosas que más curiosidad me despertaban por escuchar lo próximo que fuera a sacar Beck era la influencia que pudieran haber tenido esta panda de majaderos en él. Bendita majadería.
The information es una joya. Tiene momentos de auténtico coolismo cocktailero, bizarradas de las que sólo Beck sabe hacer sin que lo parezcan y un tema (New Round) que supone el retorno a una identidad perdida, una especie de know yourself (again) que huele a "he perdido el rumbo pero aquí está este tema para demostraros que me he dado cuenta". Huele a primera toma, a "Venga, va. Así y ya". El tema del año. Una delicia minimalista que le pone a la altura de los grandes. Porque todo grande necesita una canción como ésta para serlo.
En fin, como siempre, tienen todo el derecho a decirme eso de "well... that's like... your opinion?". Me lo escuchan y sacan conclusiones. A mí me ha encantado.
Abrazos per tutti!