El cine. Así lo siguen llamando los holandeses, Bioscopio. Ya dije por ahí en algún post que de no haber sido músico me hubiera gustado ser guionista y escribir pelis o incluso dirigirlas. Me encanta el cine y me encanta que sea tan variado y con tantos gustos y puntos de vista distintos. Me gusta que a gente con muchas cosas en común les gusten películas distintas o que les gusten las mismas películas pero por razones muy dispares.
Por ejemplo, después de lo que estoy leyendo por aquí, creo que soy el único no-crítico de cine al que Good Night, and Good Luck le ha parecido una obra de arte. Y no por pedantería o por creerme más que cualquiera de esos a los que les ha parecido un ladrillo. A mí me ha fascinado por prácticamente todo. Los detallitos, los gestos, la sutileza de las bofetadas que te da la historia, la frialdad de lo que pasa, el ritmo láaaanguido que tiene la realidad, que en este caso es falsa y también falsa la objetividad que consigue sólo a través de trucos cinematográficos... Porque si Good Night, and Good Luck es algo, es CINE. Así, con mayúsculas. Un guión de los de antes, con sus actos y sus tramas de libro, una dirección de actores con la que hasta Jeff Daniels (sí, el de Dos Tontos Muy Tontos) es digno de respeto, un uso de la cámara brillante por ausente (otra vez, aparentemente) y una fotografía...
Y es que llegan los oscars y el gordo se lo lleva Crash, una película que jamás me habría planteado ver (Sandra Bullock...) y que parece que es mejor de lo que pintaba en un principio. Bajando está...
Y, ahora es cuando vamos a sentar polémica, me alegro del batacazo de Brokeback Mountain. Es un peliculón, sí. Preciosa, sí. Pero, joder, si hay tanto empeño en que sea una película de temática gay y que se convierta en un icono del mariconismo, que vaya a los festivales de cine gay a los que van todas esas películas que ni se asoman a los oscars. Me parece que se han equivocado mucho en la campaña de marketing y sobre todo, todos los gays y lesbianas que se han sentido súper identificados y han estropeado ellos mismos la esencia de una joya en estado puro. Brokeback Mountain NO ES UNA PELÍCULA DE GAYS, ¡cojones! Es una película de amores imposibles, de injusticias, de complejos, de jaulas sociales y de dolor primario en el contexto de la homosexualidad, no nos equivoquemos. Esto y el hecho de que cuentan que Ang Lee, en un gesto de prepotencia muy castigable, después de recibir su oscar se quedó entre bastidores para recoger el de mejor película, me hacen alegrarme de que toda esta maravilla, al final, se haya quedado en mucho menos de lo que todos esperábamos.
Y es que el cine sigue siendo un Bioscoop, una visión de la vida, en el que la justicia suele entenderse de formas iguales.
De todas formas, no me sufran mucho. Sólo es un oscar.
Abrazos per tutti!
Una idea (poco) original que BoZ tuvo a eso de las Marzo 7, 2006 12:04 PMEl levantamiento de ceja después del alegato anti-McCarthy no tiene precio...
Esto lo dejó caer por aquí the thief más menos a las Marzo 7, 2006 02:05 PMDado que todas las películas postulantes tenían su grado de polémica, desde la transexualidad hasta la caza de brujas, pasando por el conflicto racial o los choques palestino-israelís, no es de extrañar que los académicos no hayan querido mojarse del todo y hayan optado por el reparto a la salomónica de los premios. Aburrida y anticarismática ceremonia.
Esto lo dejó caer por aquí Alraune más menos a las Marzo 7, 2006 07:47 PM