...war ich im Flughafen, bereits um nach Spanien zu Fliegen.
Hace un año que dejé Berlín. Hoy, exactamente hoy y más o menos a esta hora estaba yo diciendo adiós a una etapa de mi vida y saludando a la siguiente, o la anterior. En este punto ya no sé si algo está pasando o ha pasado o va a pasar.
Balance: En lo práctico muy malo. En lo no tan práctico, excelente. He vuelto a ser yo, incluso diría que me he actualizado bastante bien. He seguido caminos con los que no contaba y descubierto cosas de mí que, no es por tirarme el pisto, empiezo a admirar. Ese mundo que me rodeaba a cambiado drásticamente y si me pongo a contar creo que he perdido más amigos de los que he ganado. Seguramente será culpa mía, qué le voy a hacer. Yo soy el que ha cambiado, el que ha acariciado mundos mientras ellos seguían la evolución natural del hombre. Eso es algo que no me quito de la cabeza. Cómo cojones he podido cambiar tanto con respecto a la gente que he decidido abandonar. Poco a poco, eso sí. Ya digo que nadie tiene la culpa. Creo haberlo hecho bastante bien. Ya no me llaman, así que dudo que me echen de menos.
He vuelto a disfrutar tocando y escuchando, algo que me agobiaba en Berlín. Lo siento por ellos, pero hay que joderse qué malos son los alemanes. Sí, tios. Se lo saben todo y tienen una técnica apabullante... pero qué mal tocan. ¡Interacción, Kumpel! ¡Interacción! ¡La música se queda en sonido sin interacción! Aquí otra cosa no, pero interactuamos hasta de cañas.
Esa es otra, he aprendido a valorar mi país de una forma más objetiva. Se lo decía ayer a D., me he tenido que atorrentizar un poco para disfrutarlo. Hay muchas cosas que deben mejorar, pero es que yo siempre he preferido una tasca a un lounge, y en Europa no hay tascas.
Pero vamos, que bien. Aunque siga en el paro y preocupado por mi falta de independencia, por seguir sin Saartje y verla sólo cuando toca y no cuando quiero, creo que las cosas van a mejorar bastante. Ayer mi madre se partió de risa en el metro contándome una anécdota suya. Estábamos rodeados de gente mirándola con cara de pena pensando que estaba borracha. A cualquier otro le habría dicho que se controlara, que estaba haciendo el ridículo, pero es que mi madre hacía años que no se reía. No le dije nada y disfruté de su risa. Empecé a partirme el culo yo también y cuando salimos del vagón le di un beso en la mejilla.
La vida a veces te envía señales para decirte que las cosas van a cambiar. Sólo tenéis que estar un poquito despiertos para verlas.
Abrazos per tutti!
P.D.: Por cierto, 21 meses de blog.
Una idea (poco) original que BoZ tuvo a eso de las Noviembre 5, 2005 01:19 PMVale, lo ocnseguiste. Me has enternecido. Ahora quiero mi rosquilla.
Sé feliz.
Esto lo dejó caer por aquí Azid más menos a las Noviembre 5, 2005 01:35 PM