S. es el novio de M.
Hace dos días fuimos al aeropuerto a recoger a mi madre y coincidimos con S. Porque iba a recoger a M., que venía de Zurich.
La última vez que mi madre y S. coincidieron, Saartje se echó a llorar cuando éste le dijo que M. había perdido las piernas intentando suicidarse en la estación, el 24 de diciembre.
Hoy M. sigue haciendose a la idea de que, a pesar de sus ganas de morir, aquel dia, tras aquello, se despertó.
Hace dos días Superman (el de verdad, el de la silla de ruedas y los tubitos, no el de la capa y los calzoncillos por fuera) murió, con lo que, a pesar de sus ganas de vivir, ya no tiene que hacerse a la idea de nada.
Hay gente que se deja llevar por el destino y dice tener que asumir estas ironías.
A mi el destino me parece un hijo de la gran puta y estas ironías no me hacen ninguna gracia. Permitanme que no me salga de los cojones.
Señor Don Superman, descanse usted en paz, que se lo ha ganado. Y no se preocupe por el ejemplo que ha dejado. A algunos nos va a ser difícil olvidarlo.
Abrazos per tutti!