Estaba yo acordándome de ti porque tengo en mente ir a ver tu última película, ésta en la que Tom Hanks se queda clavado en un aeropuerto durante no sé cuántos años.
Y te preguntarás por qué te escribo. Te escribo para que me digas qué me voy a encontrar, porque contigo ya no sé que actitud llevar al cine. Todo era más sencillo antes, al principio de nuestra relación. Cuando todo era aventura de primera clase con acción y emoción cambiando asientos en cabina sin parar. Cómo me gustaban los domingos por la noche cuando ponían alguna película tuya en aquel cine grande, grande. Aquel en el me podía agarrar a la butaca de delante y reir y llorar y aplaudir y gritar. Era un moco, ¿a quién le iba a molestar?
¿Recuerdas cuando fui a ver E.T.? Fue en 1982. Mi hermana estaba a punto de nacer y aquella fue la primera vez que pisé un cine. ¿Recuerdas cómo puse a parir a Mary porque no veía que el pobre E.T. se estaba muriendo? ¿Y de cómo grité de alegría cuando Elliott vió la barriga toda roja? Sabes que de todas tus películas ésta es mi favorita, quizás por ser la primerísima de las miles que he visto después. Todavía me lo paso teta cuando la veo, aunque me la sepa de memoria. Supongo que la sonrisa que pusiste en mi cara aquel día no se me ha borrado y todavía se me ponen los pelos de punta cuando se apagan las luces de un cine.
Después vinieron el resto: Encuentros en la Tercera Fase, En Busca del Arca Perdida, Tiburón, El Diablo Sobre Ruedas (sí, ya sé que éstas las hiciste antes, pero yo las vi después)... ¿Recuerdas que no pisé la playa en todo el verano por culpa de aquel maldito tiburón? La vi otra vez hace poco. Cada vez que la veo me parece mejor.
Pero mis problemas contigo vinieron con El Color Púrpura. Supongo que me pilló muy pequeño y no la entendí, pero yo esperaba más de eso que nadie hace como tú y me encontré con algo totalmente distinto. A mí no me gustó. Reconozco que no la he vuelto a ver, pero a mí no me gustó. La siguiente, El imperio del Sol. Ésta sí. Tenía más que ver con la anterior que con las que a mí me gustaba ir a ver, pero ésta sí que me gustó. Y mucho. Ya sabes que me dedicaba a cantar la canción prinicipal cuando iba al colegio (¡hasta me aprendí la letra, que está en japonés!).
Más tarde nos vimos en las otras dos de Indiana Jones, en Hook y Always. Estas dos últimas son lo peor que has hecho con diferencia. Perdona que te lo diga así, ya sé que de cine sólo sé lo poco que me enseñaron en aquel curso de guión dramático y que tú sabes mucho más que yo, pero a mi me aburrieron mucho y Dustin Hoffman estaba ridículo con esa peluca. Eso sí, con Jurassic Park me volviste a levantar de la butaca un par de veces. La de peleas que he tenido defendiendo esa película. Hay que reconocerte el métiro, macho. ¡Convertir a un animal que lleva extinto 65 millones de años en el malo malísimo de un thriller! Sólo tú.
Ese mismo año me diste un mazazo en el alma con La Lista de Schindler. Nunca te imaginé capaz de moverte tan bien en el drama. ¡Y en blanco y negro! ¡Tú, el más grande fan del maestro del color Akira Kurosawa, vas y haces un dramón en blanco y negro!
Unos cuatro años después, El Mundo Perdido y Amistad. Otras dos cagadas que me hicieron perder la esperanza en ti totalmente. Te negué esperando que volvieras a mostrarme lo bueno que puedes ser. Y no tardaste mucho. Casi sin darme cuenta ahí estaban los chicos de Salvar al Soldado Ryan. Ese día sí que me lo amargaste. Ni siquiera pude disfrutar recordando el mejor sonido de la historia del cine. Esta pelicula me dió mucho que pensar.
La que no te perdonaré en la vida es Inteligencia Artificial. ¿Cómo pudiste, Steven?. Stanley te regaló esta obra de arte sabiendo que jamás un estudio le daría presupuesto para hacerla, sabiendo que sólo tú podrías manejar algo así en las proporciones mastodónticas que se le suponían. ¿Cómo? Sabes que Stanley le dedica cinco años de su vida a cada película, que te dió hasta el storyboard y te lo regaló, no quiso aparecer en los créditos, toda la gloria para ti y, ¿qué haces? Le pones un pegote al final que destroza toda la poesía que Stanley quiso para esta maravilla. Sabes que patee tu nombre hasta agotarme después de esto y no he podido recuperarme fácilmente.
Minority Report y Catch Me If You Can me gustaron, lo sabes. Pero quiero ver esta última para saber si te he perdido para siempre o nos volveremos a ver algun otro día, cuando las luces del cine se apaguen, a mi se me pongan los pelos de punta y me vuelva a agarrar a la butaca de delante con los ojos como platos, como solía hacer de niño, cuando quería vivir en ese mundo que nos propusiste a tantos y del que pocos se acuerdan ya.
Da recuerdos en casa.
Estas seguro de querer descubrirlo? Si es tan importante para ti y te decepciona, va a ser un señor palo...
Bezoz...