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Múm + mugison (II)

4/05/04 Teatro Cine Salesianos (Vigo) 22:30, ¾ de entrada.

Gran parte de la redacción de desconcierto se reunió en Vigo para asistir a esta cita inevitable con las bandas islandesas múm y mugison en la presentación del festival Sinsal 2.0. Hacía una noche de perros (que se lo pregunten a los coruñeses), la noche ideal para un concierto como éste; la verdad, no me los imagino en una carpa a 40º llena de gente a reventar.

Abrió fuego el chalado de Mugison, un completo desconocido para la mayoría, entre la que me incluyo, presentando su trabajo lonely mountain (Lifelike, 2003) – hecho a mano por su abuela y su novia según él mismo -. Su mezcla de rock, folk y electrónica no dejó a nadie indiferente. Armado de guitarra, portátil y demás aparatitos electrónicos, lanzaba loops sobre un colchón de ruiditos, a lo que después se sumaban guitarra y voz. Por momentos parecía Tom Waits de tripi y en otros se marcaba “una al estilo Lenny Krawitz”, para acabar con un intento de karaoke colectivo con la letra de su canción escrita en unas cartulinas que iba mostrando. Sé de buena fuente que del Salesianos lo llevaron directamente al psiquiátrico del Rebullón.

Tras la correspondiente espera entraron en escena Múm y de repente nos acordamos del día que hacía fuera. Y es que la música de estos islandeses es a la vez gélida (si es que este adjetivo se le puede aplicar a la música) y llena de matices; a ello ayudaba la enorme variedad de cacharros – campanillas, teclados, xilófono, melódica, ¿un serrucho tocado como un violín? – y el acompañamiento de trompeta y batería. Todo ello hace que su sonido se enriquezca con respecto a sus grabaciones y que a la vez les desmarque del saco de la indietrónica en el que por simplificación tantas veces han sido incluidos.

Comenzaron el show tal y como comienza su último álbum (“hú hviss – a ship”), pero a partir de “weeping rock, rock” el concierto fue in crescendo hasta el final. La voz de Kristin Valtysdóttir parecía de juguete, dulce y agradable, pero sin florituras.
Interpretaron casi todos los temas de summer make good (Fat Cat, 2004), su flamante nuevo álbum, pero sin olvidarse de discos anteriores. “We have a map of the piano” o “now there’s that fear again” – ambas de finally we’re no one (Fat Cat, 2002) - sonaron grandes; como momentos curiosos destacaríamos ese banjo destartalado en “small deaths are the saddest” o la sobredosis de campanillas de “on the old mountain radio”, tema con el que comenzaron su único bis.

La noche no podía terminar de otra forma que no fuera con ese caramelo de pop electrónico que es “green grass of tunnel” , tras la cual cerraron una memorable actuación y se despidieron hasta una próxima ocasión.

Sinsal 2.0 ha comenzado con muy buen pie y se presume que no va a bajar el listón a comienzos del mes de junio, donde ya he tachado varios días en mi agenda