Ya volví de mi viaje, más de diez días perdido por esa isla galeica, recorrí el país de este a oeste y también todos los rincones de la costa sur-oeste, luego también estancia obligatoria en Dublin. Intentaré describir mis impresiones y como es este olvidado país del noroeste de Europa más que explicar lo que hice, pues a nadie le interesa.
A grandes rasgos..
Nada más aterrizar vi donde me metía, lluvia fina y cielo gris, los pantalones se me hicieron cortos y la camiseta más fina que nunca, humedad muy alta y piel de gallina, aquello no podía ser verano.
Con un coche de alquiler me desplacé a Dublin, la autovía de entrada a la ciudad, perdón, a la capital, era una carretera de dos carriles en la cual la mitad del recorrido era solo de uno por obras. Las obras en la carretera han sido el pan de cada día recorriendo el país, raro era ver una carretera sin el cartel de "major works ahead", más raro era ver una autopista de dos carriles, parecía que el país estaba totalmente en construcción! La señalización correcta y los semáforos un poco desesperantes (aunque merecen un punto y aparte, luego os lo explico) no acostumbran a estar demasiado bien sincronizados, pero peor es para los transeúntes. Mapa en mano y volante en la derecha, recorriendo montaña y campos verdes. Tuve la suerte de ver muchos coches japoneses que no se ven por aquí, ya que solo los venden con volante a la derecha, muchos mitsubishi o toyota antiguos que no venden por estas tierras y sobretodo los coches clásicos, siempre impecables. Eso sí, nada de vehículos de lujo, apenas pocos Bwm y MB, nada de Porsche y eso que estaba en la capital! Porque Dublin, a pesar de ser la capital del país, dista mucho de ser una capital europea, pero tiene cosas fascinantes.
Yo quiero ser universitario en Dublin
Lo que más me gustó de la ciudad no fue la zona del Temple Bar, ni la fabrica de Guinness, ni sus iglesias y jardines, ni siquiera el fish&chips, sinó que fue su universidad. La "Trinity", un campo de fútbol, hurling (deporte nacional) y atletismo enorme, con un césped que podrían envidiar muchos campos de golf de nuestro país y que podíamos pisar con total libertad, grupillos de jóvenes sentados libremente por ahí (ninguno fumando...) y muchos turistas que se quedaban de piedra al ver las instalaciones. La plaza mayor del campus otra obra genial, con una cúpula gigantesca que se levanta al fondo, daba toda la sensación de estar en una vieja universidad británica. Luego los interiores si que decepcionan un poco, paseamos por los aularios que estaban abiertos y ya me dio más la sensación de universidad barcelonesa hecha a base de módulos prefabricados, es lo que tiene la modernidad. Y tampoco visité la biblioteca, la cual dicen que es una pasada, me lo creo ya que no llevaba esos seis euros que me pedían para entrar a verla.
Y es que Dublin es una ciudad cara, Irlanda puede dar sensación de pobre pero al contrario de lo que creemos sus precios son muy elevados, platos que rozan los 30 euros en restaurantes normales, mínimo de 20 euros cada vez que intentabas comer algo fuera (sin caer en los fastfood), cuatro euros de media costaban las pintas de Guinness. Lo más economico fue comer en un famoso Fish&Chips, el cual en la entrada hay un grandioso cartel con nombres de famosos que han pillado pescado rebozado para llevar, entre estos Sandra Bulloc... La mejor pieza, la rajada. Allí el bacalao es sin salar, es fresco y por lo tanto un poco soso. A mí gusto le fataba echarle mas vinagre! Otro día comí en un tipical irish food, canciocillas de violines a todo trapo y una doble hamburguesa de ternera que se merecía los 12 euros que valía. Si queréis comer un sábado por la noche por la capital, ir probando, es normal que en muchos restaurantes tengan completo.
Después de cenar, nada mejor que hacer la noche por el Temple Bar. Esta zona concentra todos los pubs de la ciudad (a excepción de uno de los mejores, que se encuentra fuera de la zona) y ahora en verano es normal ver lleno de españoles, italianos, ingleses y demás turistas haciendo cola para pedir una cerveza. Cada local tiene algo, aunque la madera antigua y tratada es común en todos, así como una barra con 8 o 9 tiradores de cerveza distintos, porque allí la cerveza es la estrella, el barril el medio y la pinta la medida. Tenemos desde Heinekens y Calsbergs tiradas a la famosa Guinness, pasando por Harp, una cerveza con sabor a manzana verde o Bulmers, una sidra irlanesa muy popular y ya tragos totalmente pilsen como Coors o la Bud o ales como la smithwicks, una de las mejores. Los camareros son muy amables, están acostumbrados a tratar con los guiris como nosotros, no les importa perder unos minutos explicándote que es un Hot Wiskey o responderte siempre con la sonrisa puesta y siempre vocalizando, se agradece. Luego la gente en los pubs esta algo cerrada, se mira mucho por los habituales, pero en el fondo como aquí, sobretodo en Dublin y en esta época resulta difícil conocer gente (y chicas) autóctonas de la ciudad, es habitual ponerte a berrear ingles con una y luego darte cuenta que también es española. En todo caso, no discutiré si son mejores o peores, pero las más guapas y simpáticas las turistas mediterráneas, españolas y italianas, sin duda.
(Continuará)
Posted by mikel at Agosto 15, 2005 06:36 PM | TrackBackMIKEL, JAN NIRE ZAKILA, PUTAKUME
Posted by: ASDF on Agosto 16, 2005 08:37 PM