Somethin´to do with Death

analSex

Me dice Jorge que al 85% de las mujeres no les gusta el sexo anal y debo decir, mi querido déspota insensible, que discrepo de todas todas.

Hace tan sólo diez años uno se iba a la calle, principalmente porque podía requerir de una mujer aquello que era incapaz de pedirle a la suya. Se preguntarán de qué se trata: ¿látigos de cuero? ¿Collares de metal? ¿Lluvia dorada y términos irreproducibles en el blog de una señorita? Pues no: iban a por mamadas. Ahora parece de coña pero recuerdo haber oído una vez aquello de ¿quieres que le pida a mi mujer que haga eso con la boca con la que besa a mis hijos todas las mañanas? Evidentemente, las mamadas eran cosa de putas.

Hoy las mamadas se llaman felación y están a la orden del día. Las chicas no esperan ni a quitarse los hierros de la quijada para hincárselos a su granujiento compañero de pupitre para que le ayude con las mates, la celebridad de una becaria se mide por sus enjuagues bajo la mesa presidencial y pretender tener una vida sentimental sin hacer/que te hagan un repaso bucal es un atraso imperdonable. Hoy ese lugar lo ocupa el sexo anal, que es lo que hacen en las pelis porno y lo que comentan los chicos en los lavabos del cole. Una mujer que se precie de serlo preferirá el ostracismo perpetuo a declarar el público su pasión por esta disciplina. ¿De quién es la culpa? Suya, David. Por no saber.

Puede que un día de estos me escriba un articulito acerca de cómo conseguir sexo anal de una dama de manera limpia, sencilla y placentera y que, además, la dama (que no por ello deja de serlo) quiera repetir. ¡Hoy tengo tanto trabajo!

Pd.: Gracias por tus consejos, no sabía lo del aceite y la cera ardiente ,eres fascinantemente perverso.
besos¡¡¡¡¡¡¡¡¡

from los emails de dave