Marta a veces lloraba. Se sentaba en el primer escalon de las escaleras de su casa. Y lloraba. Casi siempre por no poder creer todo lo q le estaba sucediendo. Ella pensaba q la vida siempre seguiría su mismo curso, por eso cuando su camino se convirtió en dos, tuvo q elegir uno, y se derrumbó, al comprobar q había optado por el camino equivocado.
Pero ya no había vuelta atrás, y los lamentos no era eficazes. No le servían de nada.
Ella se enamoró, como muchos de nosotros lo hemos echo alguna vez. Se enamoró y lo dejó todo por amor. Dejó su trabajo, su familia y amigos, su vida en una ciudad q nunca le terminó de gustar, pero en la q se sentía agusto.
Lo dejó todo por una mujer, una preciosa mujer por la q muchos de nosotros tb hubiesemos perdido la cabeza, y ella la perdió por completo.
Muchas personas, amigos sobre todo, le aconsejaron, le dijeron q se pensase bien la decisión, q convivir conllevaba muchas otras cosas, q no todo iba a ser de color de rosa. Y ella, q enamorada vivía, hizo caso omiso a todos estos consejos. Por eso hoy lloraba. Se preguntaba porque no hizo un poco de caso a todo eso, porque no se paró a pensar en los contras de hacerlo todo tan a la ligera.
Pero es q el amor le pudo, el amor la cegó. Se cegó de amor, ella.
Muchas veces se preguntaba el porque cuando intentaba recordar los días a su lado, primero recordaba los momentos malos, y los buenos siempre eran los últimos. Se preguntó el porque de tantas peleas, tantas incompresiones, tantos llantos.
Y no obtenia respuesta.
Pensaba en ella, aún lo hacía. Y se preguntaba muchas veces si ella se sentiría alguna vez de el mismo modo. Tan triste y tan vencida.
A veces agarraba con fuerza los recuerdos, otros, los querría soltar y no volver a sentirlos cerca nunca más.
Y ahora q estaba lejos de la persona q más había querido, queria empezar una nueva etapa sin ella. Sin ella en sus sueños.
Pensaba tb en un posible nuevo amor. En si alguna vez quizás se pudiera llegar a enamorar de aquella forma. Se sintió pequeña, tan pequeña y tan poco importante, que podría haber llegado a tocar fondo, de no haber sido x su familia y amigos, aquellas personas que un día dejó para conquistar su sueño.
Entonces comprendió la verdadera importancía que tenían esas personas q siempre, apesar de todo,estaban a su lado.
Por eso apartir de ahora nunca diría adios a ninguna parte de su vida.
Siendo su vida entera lo que ahora mismo le acontecía:
familiares y amigos, y ella misma, con todo aprendido.
-autor| eigual
Aunque de igual te lo dijo eigual a las 11:06 PM