Tus pies habían pisado tantas veces aquellas calles,
te habías parado tantas veces en aquella parada de Bus,
tan cercana a tu casa ¿recuerdas?.
A veces, embobada mírabas a los transeuntes,
y alguien suspiraba por tu mirada.
Casi siempre andabas ausente, movias la boca,
nerviosa. Que extraño.
Aquella ciudad se te quedaba pequeña,
te la condúcias toda, sin problemas,
¿aquella calle? -Sí, allí-. Siempre llegabas.
Nunca fuiste puntual,
pero siempre tenías una buena excusa.
Y yo me la creía, y te abrazaba.
Y eso era lo que más me gustaba de tí. Y de mi.
Tus sonrisas, eran sin que lo supieras,
un regalo, para tus mejillas. Y para las mías también.
Cuando hablabas todo enmudecía a tu alrrededor.
Te gustaba ser el centro de atención y a mi ser el final para terminar en tu centro.
Sonreías, hablabas, te miraban,
te preguntaban , te decían: te ves muy felíz.
Tu afirmabas, me mirabas.
Yo te ponia una mano fría y torpe encima de la pierna.
Tus ojos sonreían y los míos......yo no sé como eran capaz parpadear,
y dejar de verte unos segundos. Malditos segundos.
Cuando andabas, yo siempre me quedaba detrás,
más despacío, más despacío...más despacío....
te miraba como te alejabas de espaldas, como si fueses una desconocida,
siendo la mujer que yo amaba.
Me cogías del brazo, y yo me aligeraba.
Cuando me decías: ¡Vámos!, yo reía a carcajadas.
Cuantas cosas nos pasaban. Tantas veces.
Una vez me dijerón: "la quieres tanto".
Y yo dije: "y para siempre".
[Esto es lo que escribí hace ya algunos meses, el que encontré, y el que te prometí que colgaría, y te lo dedicaría].
