Tras la barra

Cuando le he servido el 5º cubata... me he fijado en como resvalaba el DYC, espeso, entre los cubitos de hielo, transparentes y mojados...recién depositados en un vaso largo..infinitamente largo, lo suficientemente largo como para ahogarte el estomago y llenartelo de frío, a él y todo tu cuerpo.
Pero sigue bebiendo, y no se sacía. Y cada vez habla más alto. Y bebe más rápido. Y le sigo llenando, a veces le miro a los ojos. Como intentando descifrar el porque de estar allí, sentado en un taburete más duro que una piedra, bebiendo sin parar. Pero sus ojos no me dicen más que: ¡llename!.
Creo que necesita una novi@, alguien que le espere a la salida del trabajo y le cambie en rumbo, que no sea -trabajo=>Bar- , que le cambíe la rutina diaria, y le cambie un poco la vida que lleva. Yo le miro a los ojos y me dan ganas de abrazarle fuerte, pero no creo que eso le ayudase mucho, porque necesita esos abrazos siempre y para siempre.......y yo eso no se lo puedo dar.

Me he imaginado por un momento yo en su lugar, detrás de la barra, con un cubalibre delante, y me ha dado un vértigo enorme. Me he sentido sóla en esos momentos de imaginación.
Entonces ha sido cuando he recordado que todo lo que había consumido era fiado, y que hasta el tabaco que fumaba era prestado, dinero prestado que tenía que devolver, y que seguramente no sabía cuando podría hacerlo.
Ahora mismo no tiene nada de dinero, y le sirvo sin parar, algo que no puede pagar...no siento lástima, pero sí impotencia. Rabía. Quisiera realmente encontrarle el sentido a ese momento, a esos instantes en que su estómago es un pozo sin fondo, que quizás le cobre la deuda pronto, muy pronto.
Me siento como una asesina..muchas veces, amiga intima de la cirrosis o de la úlcera...
Despues de servir esta mañana 15 copas seguidas de coñac (a un único ser), de ver como se la bebe sin respirar, y de un sólo trago. Me siento como una asesina. Y encima me siento orgullosa de mi trabajo.
Hoy miré la botella de coñac, le quedaba un culo, y pensé en apurarla. Me dio un ardor que me iba a morir.
No entiendo como pueden beberse eso.
Muchas veces no entiendo mi trabajo, pero aún así lo hago.
Y creo que bastante bién.
Estoy contenta,al menos hoy, y despues de todo lo vivido y visto, y lo que supongo que veré mañana. Pero estoy contenta, ¿felíz?, diría que sí, que también.
Por hoy se terminó el servir, ni una copa más, ni un trago de alcohol más.
Ahora toca dormir. Mientras tú, quizás, vas de Bar en Bar consumiendo tus días de vida, sin control, sin piedad alguna por tí.