FERRAN SALES - Jerusalén
EL PAÍS | Internacional - 17-05-2004
Un joven palestino contempla los restos de su vivienda en Rafah, demolida por el Ejército israelí. (AP)
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El Tribunal Supremo de Jerusalén autorizó ayer al Ejército de Israel a continuar demoliendo casas palestinas del campo de refugiados de Rafah, al sur de la franja de Gaza. La destrucción de estas viviendas permitirá a las tropas ampliar y fortificar el llamado Corredor Filadelfia, que transcurre a lo largo de la frontera de Egipto, donde en la última semana han muerto siete soldados cuando trataban de controlar el contrabando de armas y el paso de combatientes. "Cientos de casas han sido ya marcadas para su destrucción", ha afirmado un mando del Ejército de Israel.
La sentencia dictada por los jueces Eliahu Mazza, Dorit Beinisch y Eliézer Riviln cierra de un portazo las últimas esperanzas de los refugiados palestinos, del campo de Rafah, uno de los más deprimidos y desamparados de la zona, donde se amontan más de 100.000 habitantes, quienes desde que se iniciara la Intifada han visto impotentes cómo las excavadoras del Ejército israelí han venido destruyendo sistemáticamente sus casas, alegando razones de seguridad.
En poco más de tres años, las tropas israelíes han demolido más de un millar de casas de los refugiados de este campo, provocando una situación insostenible para millares de habitantes, que en algunos casos han perdido sus viviendas por tercera vez en poco más de cincuenta años, según asegura la UNRWA, la agencia de Naciones Unidas de protección y defensa de los refugiados palestinos. Sólo en la semana pasada, los soldados destruyeron 88 casas y dejado sin vivienda a más de mil refugiados.
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