La nueva Europa y las viejas preocupaciones
EL PAIS 03/05/04
Norman Birnbaum es profesor emérito de la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgetown y autor, entre otros libros, de Después del progreso (Tusquets). Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.
"(...)Eisenhower, durante sus años como presidente -de 1953 a 1961-, dejó intacto el legado del New Deal, a pesar de que su Gobierno estaba completamente en manos del capital. Y fue él quien, al ayudar y dar legitimidad al régimen de Franco, incorporó España a una alianza tácita con Europa.
(...) Pero el factor principal es sencillo: la vuelta de Europa a la prosperidad y la consolidación de un modelo social cada vez más distinto del estadounidense. Hoy, Estados Unidos considera la Unión Europea como un rival económico. Sus ideólogos (con la excepción de los sindicatos y el ala izquierda del Partido Demócrata) critican ruidosamente el Estado de bienestar europeo, que podría servir de modelo alternativo, incluso para los ciudadanos estadounidenses. Y, sobre todo, lo que más temen nuestras clases dirigentes es la independencia geopolítica de Europa.
Ahora, con los nuevos miembros de la UE, los estadounidenses tienen más posibilidades de interferir en los asuntos de la Unión.
(...)
Estados Unidos tiene dos cauces de influencia en estos países, aparte de los vínculos permanentes entre los grupos de inmigrantes y sus patrias de origen. Cuando el gobernador del Banco Central polaco declaró, la semana pasada, que no hay mayor error que pensar que el Gobierno puede dirigir la economía, es evidente que estaba buscando agradar a Estados Unidos. Cuantas más inversiones estadounidenses haya en un país de la UE, más sujeto estará su Gobierno a presiones para impedir el desarrollo de un modelo social diferente. El segundo modo de influencia, igualmente importante, es el militar. La expansión de la OTAN hacia el Este concede a Estados Unidos nuevas ventajas en su oposición a que la Unión Europea tenga una política de seguridad independiente y un ejército propio. El hecho de que Polonia haya comprado aviones de combate estadounidenses y no europeos, y la presencia de tropas polacas en el caos de Irak, revelan que dicho país está decidido a explotar su relación con Estados Unidos. Los norteamericanos tienen la intención de sacar sus tropas de una Alemania que se ha vuelto demasiado independiente y llevárselas más hacia el este: los nuevos miembros de la UE no han mostrado ningún rechazo a incorporarse al proyecto estadounidense de imperio para el siglo XXI.
Es evidente que los nuevos miembros poseen fuertes lazos culturales con Europa occidental. Está por ver si la presencia creciente en dichos países de grupos mediáticos internacionales favorables al capitalismo y el poder de Estados Unidos (Berlusconi, Murdoch, Springer) debilitará su compromiso con un legado europeo común.
Sería absurdo llegar a la conclusión inamovible de que los nuevos miembros van a reforzar la quinta columna estadounidense que con tanta eficacia actúa ya en la Unión Europea. Pero sería también absurdo ignorar dicha posibilidad."
Escrito por Francisco Bonal a las Mayo 3, 2004 09:38 AM