El amor a los gatos supera al que tenía a su mujer un reciente homicida. Muestra que se puede matar a una persona y amar a los animales. Desligarse de la propia especie, abandonar la humanidad matando a una mujer con la que se vive e integrarse al bestiario. El animalismo no es un humanismo.
Escrito por Francisco Bonal a las Abril 30, 2004 09:14 AM