No he podido aguantar y voy a poner la foto hoy mismo. Mañana es el primer día de mi nuevo trabajo, y como bien dice Afisionao, tendremos de sobra para escribir un post con nuestras meteduras de pata (él también empieza mañana en su respectivo curro).

A lo que iba. Ayer salí a tomarme unas copichuelas por Huertas terminando con Muse (un amigo hetero) en Chueca. Ya por la calle vimos signos premonitorios de cómo iba a acabar la noche:

Ni mi amigo ni yo ligamos. La discoteca estaba plagada de tías, ¡y de muy buena calidad! La de los tíos, regular como siempre... Pero nada, a las 5 nos cansamos de bailar, así que nos fuimos a Vázquez de Mella a esperar a que abriesen el metro. A los diez minutos de charla sentados en un banco Muse se da cuenta de que conoce a uno de los piraos que estaba haciendo botellon en la plaza a esas horas :O Así que p'ahí que fuimos. Estuvimos hablando un rato cuando de repente se sientan dos pibes en el banco donde los del botellón tenían la bebida. Lo que sigue, en la foto.

Espero que al menos os lo imaginéis, tampoco quiero poner escenas de sexo explícito... y no es plan de "violar la intimidad" de estos dos individuos. Aunque podrían haber cogido un sitio más discreto, no a tres metros de nosotros. Hay parques con vegetación más frondosa, como por ejemplo el Campo de las Naciones (yo no lo sé... a mí me lo han contado...). Que sí, que da morbo eso de que te puedan pillar, pero coño, ¿qué duda podían tener ellos? En fin, no lo voy a criticar mucho, que tampoco me parece tan mal, y sobre todo: no diré que de ese agua no beberé. Ups, flashazo con recuerdos llega a mi mente... Mejor paro de escribir.

Ya estoy de vuelta en Madrid. Después de cuatro días de descanso tras los exámenes, necesitaba cambiar de aires y relajarme en casa de mis abuelos. Ha hecho bueno (para mí bueno es calorcillo por el día y fresco por la noche, no lo que tenemos en Madrid, ¡que no hay quien duerma!) y además me he puesto un poco moreno, ya no tengo la piel color larva. Bueno, quizás demasiado rojo en algunas partes, limpiando la piscina me he quemado un poco los hombros y la nariz, que está totalmente colorá. La punta por culpa del sol y el resto por una ostia contra el marco de alguna puerta... Y es que las casas antiguas son así, están pensadas para la altura de la época en que se hicieron y en el caso de la de mis abuelos ni eso, que con la puerta del baño se dan hasta ellos. Supongo que ha sido ésta la causante del golpe. Menos mal que estaba tan dormido que ni me acuerdo, porque debió doler... :).

Antes de viajar pa’l norte estuve en la cena fin de carrera :'( . Ya nada volverá a ser como antes... Fue en un turco. No estuvo mal, un poco hacinados y mucho calor, pero con la sangría que bebimos casi no nos enterábamos (bueno, un poco sí, qué fresquito cuando salimos y eso que estaríamos a 28ºC). Hubo concurso de mises y misters: mister borracho, mister pachorra, mister tabacalera, mister amo del ratón, la pareja imposible y... el título que gané yo: mister tío güeno :D. La campaña electoral fue complicada, me costó mucho conseguir los votos... ¡juas juas! Nada más recibir el diploma, como portavoz del Comité Clasificador de Culos (y también presidente, juez y único miembro...) leí en alto mi lista de los mejores culos masculinos de la clase. Por si a alguno no le había quedado clara mi orientación sexual, por cohones tuvo que salir de dudas. También bailé la danza del vientre con la bailarina del restaurante. Lo debí de hacer bien o rematadamente mal, porque mis compañeros gritaban “¡otra, otra!”.

Después fuimos al Sweet de Huertas. Me tomé una copa y me vino la resaca de repente. La pobre camarera debió confundir el Ballantines con el cianuro, si es que cada vez hacen las botellas más parecidas... Me tocó una cededera en el concurso de ese whisky , que enganché al botón de mi pantalón para no perderla. Eso debió poner cachondos a todos mis amigos heteros porque no hacían más que meter la mano por detrás de la caja que me colgaba y tocarme el paquete. Lo de restregarse y los sándwiches ya lo veo normal... Pero otra noche que me fui a casa sin sacar a ninguno del armario.

Y esto es todo por hoy, las fotos de esta mañana en la plaza de Vázquez de Mella las colgaré mañana... o_O

¿Porqué todos buscamos algo diferente? En cada uno de nosotros, todos tan distintos y con diversos tipos de vida social y de amigos, hay una cosa en común: a pesar de que tengamos una vida sentimental más o menos estable (en mi caso es una sequía demasiado estable), todos nos sentimos en el fondo insatisfechos y, ya seamos hombres o mujeres, siempre nos preguntamos donde podremos llegar a conocer a esa persona ideal, esa media naranja perfecta con la que todos idealizamos en algún momento de melancolía. Lo cierto es que seamos cómo seamos, el chico ideal con el que todas las mujeres sueñan es curiosamente estereotípico; claro está que la mujer ideal con la que sueñan todos los hombres es, asimismo, y salvo algunas excepciones fruto de una morbosa imaginación, idéntica en su forma.
No voy a intentar adentrarme en la siempre tan compleja mente femenina para desgranar cual sería el hombre perfecto que todas las mujeres desean, pero sí que puedo, en cuanto que soy hombre, dar mi opinión sobre lo que los hombres consideramos el séptimo cielo en materia de medias naranjas.
La chica con la que yo por lo menos he siempre soñado en mis ratos libres y durante alguna que otra clase de religión es siempre muy parecida, aunque a veces introduzca modificaciones, ya que también los sueños se tienen que ir adaptando a los tiempos. Un ser angelical, perfumado y con una embriagadora y femenina voz que, como la de las sirenas, le llevan a uno en volandas a dimensiones paralelas donde la psicodelia onírica es la norma (tal vez me he pasao). Concretando un poco más, y citando sólo el aspecto puramente visual de semejante ser ultraoceánico, mi chica perfecta es siempre morena (a lo mejor otro día explicaré porqué), estatura media, belleza sin par (belleza que pocos elegidos como yo saben apreciar, lo cual es bueno porque disminuye la competencia), ojos expresivos (y, si puede ser, verdes), y unas líneas más o menos estilizadas y elegantes, discretas, que encierran un volumen corporal estándar, que no estoy yo como para soportar pesos pesados. La parte espiritual e interior de la criatura la describiré en otro tratado, dada su profundidad y extensión.

[Este relato va dedicado a prox que me lo ha corregido ortográficamente con esmero y dedicación. >:P]

«A ver Carlos, intenta que se parezca. Te pongo el DNI delante para que te fijes». Frase dicha hoy por el del banco y no era la primera vez que decía algo parecido sobre mi firma...

La verdad es que pongo poco empeño en hacerla siempre igual... cada vez se parece más a una línea recta. Total, todos hemos falsificado alguna vez una firma (la de nuestros padres, la de compañeros de clase para cuando pasan lista...) y hemos hecho verdaderas obras de arte. Si es tan fácil de falsificar, ¿por qué es tan importante? ¿Puede un grafólogo ser tan preciso? Dejadme dudar...

Cada día estaba más alto, era el primer árbol que plantaron en el jardín y lo cuidaban con mucho cariño. Hace unos pocos años había dado sus primeros frutos y para sorpresa de los dueños, no dio cerezas rojas. A pesar de ser éste el típico color, las pequeñas bolitas carnosas fueron siempre blanquecinas, que aunque son más dulces que las coloradas, tienen menos fama.

Al finalizar un otoño el arbolito, que ya no era tan arbolito, había superado la altura de la valla que separaba su terreno con el de los vecinos. Podía ver ya un almendro que asomaba al otro lado, el cual pronto se convirtió en un compañero con el que estar bajo el sol, recibir las lluvias, temblar con las tormentas, bailar con el viento y aguantar las nevadas.

Disfrutaron y aguantaron juntos las bondades y los ataques de los elementos durante cuatro estaciones. Pero nada más empezar la última el destino hizo que la valla se convirtiese en un muro tan alto que los dos árboles ya no pudieron verse. De vez en cuando el viento llevaba alguna hoja de un lado al otro. Al menos sabían que estaban ahí... Pero sólo podían mirar su propio jardín y se acostumbraron a vivir sólo con el resto de vegetación que cada uno tenía plantado a su alrededor.

Pasó el tiempo, los árboles seguían creciendo y sus ramas se hacían más largas y robustas. La más grande del cerezo chocaba fuertemente contra el muro doblándose como un arco a punto de disparar una flecha. Un día sopló el viento necesario para levantarla y de esta forma consiguió asomarse al otro lado. Allí seguía el almendro con sus hojas verde pálido rodeado de otros árboles. Los dos pusieron su empeño en crecer tanto como para estar cada vez más juntos. Y lo consiguieron. El muro desapareció atravesado por sus raíces quedando oculto bajo sus sombras. Pero el ruido de sus ramas al chocar cada vez que hacía ventisca se hizo ensordecedor.

Fue necesaria la poda. Seguían viéndose pero ya no podían tocarse y al cerezo le costaba estar ahí plantado como cualquier otro árbol; las almendras ya no caían junto a su tronco. Envuelto en tristeza, sus raíces dejaron de absorber agua y se olvidó del sol. Igual que un sauce llorón fue inclinándose cada vez más hasta que ya no podía ver a su vecino. El almendro, que no podía entender por qué el cerezo se ocultaba, echaba sus hojas hacia el otro lado del muro, pero la falta de respuesta hizo sus intentos cada vez menos intensos y más esporádicos.

Un verano cogió toda la energía que había almacenado gracias al buen tiempo y ayudado por el viento, pasando sobre el muro dio un buen ramazo al cerezo. Consiguió que respondiera más por el susto que por querer contestar; los esfuerzos del almendro no fueron en vano. Las blancas cerezas decoraban lo alto de su copa, no había perdido su fuerza ya que hacía tiempo que había vuelto a disfrutar del sol junto a los demás árboles de su jardín, y levantó las ramas hacia su compañero. Pero otra vez el destino había jugado con ellos; sus sombras no conseguían tapar el muro, que había sido reforzado para que sus raíces no volvieran a resquebrajarlo. Al menos de vez en cuando podían verse...

Por ahora siguen así. Los dos árboles son felices, sus jardines han crecido y se han ido poblando de más vegetación. Hasta que el destino vuelva a cambiar las cosas, o no...

Hola a todos, os escribo esto para avisaros de que he hecho otro nuevo usuario en el blog. A parte de Knox (que algún día escribirá...) tenemos a AlKachoff, un compañero mío de la universidad. El anterior post lo ha escrito él. Espero que os guste :).

Mi vuelta a casa tras un día de estudio en la universidad es como rezar el rosario: pasa media hora y casi ni te das cuenta, tan absorto que está uno en sus pensamientos, en su rutina, en intentar recordar las anécdotas sucedidas, los berrinches olvidados.

Tras colgarme la mochila de la espalda, la ascensión: Quintana se divisa desde abajo un duro ascenso; llano, cierto es, pero a veces las travesías más pesadas son por llanuras inocentes.
Primer semáforo.. el quiosco... una mirada fugaz por encima del hombro..."Zapatero llama infame a Rajoy".. esbozo una sonrisa.Sigo caminando, cruzo otra calle! Unos militares calzados en sus botas de cuero me miran aburridos. Hoy el loco no está. Princesa. Coches como flechas de un lado para otro. Hay que pararse. Tras pasar por ese escaparate tan insulso que tiene el corte inglés, la bajada a los submundos, al corazón palpitante de la humeante ciudad: el metro.

No paras de bajar escalones, una tanda tras otra, sin parar. Es un camino iniciático diario; uno no se pregunta qué hace, adonde va, simplemente bajas o subes las escaleras sin detenerte, a tu ritmo, ritmo que tienes estudiado a la perfección. Sabes qué tramos de escaleras tienes que subir a pié y cuales otros tienes acostumbrado a dejar que te lleven. En mi caso estos dos últimos puntos no son ni mucho menos casuales: voy alternando una modalidad y otra de manera estudiada para que el último tramo (¡el más empinado!) de escaleras mecánicas de Argüelles me toque subirlo sin hacer esfuerzo.

Y ya llegas al andén: si es tu dia de suerte, el tren aparecerá silbando por tu costado cuando estés a la tu altura preferida del andén . Los motivos por los que suele mostrar uno predilección por un tramo del andén del metro son harto variados: puede ser porque ese tercer banco de aluminio es para ti un santuario secreto desde que besaste en él a la chica que te gustaba. O porque pasado ese tramo normalmente te sueles dar cuenta de que por mucho seguir caminando no vas a llegar antes a casa. O, como es mi caso, porque sabes que a esa altura el tren te va a dejar a la altura del andén de destino que tú quieres.

Al llegar, un nutrido grupo de miradas de todos los colores se agolpan tras la puerta, escudriñandote tras el sucio vidrio durante esos segundos que la puerta permanece cerrada. Al fin sales, alcanzas la ecalera mecánica. Otra. Te cuelas en cercanías, y al fin, el mejor momento del viaje.

Ese interminable andén del tren te aguarda, majestuoso, apartado del resto de la ciudad. El suelo es blanco, limpio, la poca gente se encuentra sentada en los bancos. Lo recorres como un modelo de Calvin Klein: erguido, mirada al frente (al infinito), reposado, los hombros relajados. Y la gente sentada clava sus miradas en tu figura cruzando el blanco suelo...

Qué majo es el amigo de mi hermano... Qué apoooo... Qué acento... Y qué miedo me da escribir estas cosas, si siempre me pilla el interesado! Pero es que me gusta tentar a la suerte :). En unos minutos terminarán de cenar y vendrán a viciarse jugando en red. ¿Y si se pone en este ordenador? Le dejo la ventana de mi blog abierta... Jejeje, no qué vergüenza. Además, pa qué, si no hay posibilidades. Por los comentarios que dijo ayer sobre la cantante del video musical que estábamos viendo no estoy incluído en sus gustos.

Sólo puedo esperar que a los 21 años se levante un día por la mañana y decida que quiere probar en la acera de en frente. Ya conozco a uno que le pasó, y el amigo de mi hermano no tiene todavía esa edad... (Sí, soy un asaltacunas, pero es que es tan maaajo.... y tan aaaapo.... :D)

¿Qué estáis pensando? ¿Que uso la técnica Crónicas Marcianas/Mississipi para conseguir más visitas escandalizando con sexo? Pues... no vais mal encamindos, juas juas!

Este es mi post (entrada en castellano) número 69. Todo el mundo celebra su post número 100, pues yo el 69. No voy a poner 69 cosas que me gustan, que no me gustan, que hago o que no hago... eso lo dejo para el 100. ¿Y lo del culo? Pues sí, eso sí lo voy a poner:

Ayer, al acabar el examen nos fuimos a la piscina. Las chicas decidieron no bañarse, pero nosotros nos metimos en el agua y rápidamente empezamos a hacernos aguadillas y darnos de leches cual heteros en celo. Yo rozándome con ocho tíos más, sólo vestidos con un bañador... Mmmm! No les pareció suficiente homoerótica la escena, así que decidieron quitarle el bañador a alguien. Ocho tios agarrándome de todas partes y yo resistiendome... Al final no me quitaron el bañador, pero... mirad la foto:

mi culo

Sí Zhorp, es el que me regalaste :(

(Foto hecha por Jaime con un Nokia 7250i, la mano la puse porque lo dijo él... ejem).

Estaba buscando mi DNI en la cartera, la última vez que lo usé debió ser para pagar algo con tarjeta y lo había dejado escondido detrás de la del banco y no en su visible lugar habitual. El caso es que no aparecía (¡coño!). Cuando lo encontré el chico que tenía delante acababa de dar el suyo y la vocal decía su nombre en alto. Cuando lo oí me quedé a cuadros: era mi primer chico.

Voté justo detrás de la primera persona por la que sentí algo especial. Han pasado más de seis años, no le había reconocido. En todo este tiempo le he visto más veces, pero nunca me había parado a observarle. Los segundos que tardaron las personas de la mesa electoral en buscarle en las listas fueron más que los segundos que le he mirado desde que se alejó de mí. Antes, simplemente cualquier persona que se pareciera a él y estuviese en el garaje de mi (nuestro) edificio, lógicamente era él. Cuando le veía tardaba más en decir “hola” que en mantenerle la mirada. Había crecido (igual que su nariz), la barba más poblada... y un ‘algo’ que le hacía diferente.

Votó y se fue junto a su madre. No me vio o no me quiso ver. Él pudo pensar lo mismo de mí. Espero que lo que sentí fuera simplemente la sorpresa por verle...

No hay nada como plantearse pasar el fin de semana estudiando como para hacer lo contrario... Yo y mi fuerza de voluntad!

Los planes empezaron a desviarse el mismo sábado, a las 9 de la mañana. Estaba recogiendo apuntes que tenía desperdigados por la habitación para llevármelos a la biblioteca, cuando suena el teléfono. Aparentemente normal. A los veinte minutos seguía yo buscando apuntes cuando mi madre entró en la habitación.
–¿Quién era? –Pregunté.
–Uno que se ha confundido.
–¿¡Y habéis estado hablando casi media hora!?

No supo responderme muy bien, pero eso no es todo. ¡Habían quedado para tomarse una cerveza! ¿Y si era un psicópata? Yo he quedado con muchos chicos que conocía sólo de chatear, pero... ¡No es lo mismo! Además, mirad lo que le dijo a mi madre: “¿No te suena mi voz? Es que he hecho unos cuantos capítulos en una serie de televisión, pero mi personaje ya murió”. Yo lo flipaba, mi madre estaba loca si quería quedar con semejante elemento. ¿Cómo me iba a concentrar yo para estudiar?

Estuve más de una hora buscando información de ese tío en Internet. Me leí la vida de muchos personajes de la serie en cuestión y... la única persona con la que coincidían más o menos los datos que mi madre tenía era un Míster España de hace unos años. Así que algo andaba mal. Mientras tanto ellos concretaban su cita, el psicópata había vuelto a llamar. Al final quedaron a las 8 de la tarde.

Me fui a la uni, el plan que había en casa no me iba a facilitar el estudio. Llegué a las 12:30. Estuve estudiando hasta las 3:30. A esa hora me fui a despertar a mi novio psicológico (Afriend), que había llegado de la guardia a las 8 de la mañana. El pobre llevaba esperando dede las 3, que era cuando habíamos quedado... pero por dejarle dormir un poco más, le hice esperar sin querer. Pero bueno, a las 4 ya estábamos comiendo en el Vips. Yo muerto de hambre, llevaba más de 8 horas sin probar bocado y él sin mucha, que se acababa de levantar...

Durante la comida me mandó un mensaje un compañero de clase. Insistía por trigésima vez en que fuese esa noche a una fiesta, la del cumpleaños del hermano del novio de la hermana de un amigo suyo. Resulta que el chico se había desarmarizado hace poco y quería conocer guays. La verdad es que el plan era estupendo, a no ser por el examen del lunes... Así que le llamé para decirle por trigésima vez que no. Cuando colgué, había quedado a las 9 en Colombia con él y Afriend para ir a la fiesta. Yo y mi fuerza de voluntad.

A las 6 Afriend me echó de su casa (adonde habíamos al terminar de comer) para que yo estudiase al menos un par de horitas antes del cumpleaños. A las 7 me fui a hacer un descanso y tomarme un café rápido con mis compañeros de clase... Les conté lo del psicópata, y tuvimos tema de conversación hasta las 8!! Justo la hora a la que había quedado mi madre con el elemento.

A partir de ese momento las cosas sucedieron muy rápido. Si queríamos estar a las 9 en Colombia, duchaos, afeitaos... teníamos que darnos mucha prisa. El compañero de uni que me había invitado y yo nos fuimos a mi casa. En el viaje llamé a mi madre, bueno, la verdad es que la llamé bastantes veces... Estaba yo muy preocupado. Pero bueno, parecía que todo iba bien, que sí que era alguien de la tele o al menos le sonaba su cara, y era majo.

A las 9 no había nadie en Colombia. Yo estaba en la cocina limpiándome los zapatos, mi compañero de uni arreglando el mando de la tele (que se lo acababa de cargar) y Afriend en Colón. Es que los que bautizan estaciones de metro o cercanías no deben tener muchas luces... En Madrid tenemos la estación de Lago y la de Laguna; Canillas y Canillejas; Antón Martín, Alonso Martínez y Alonso Cano; Pío XII, Príncipe Pío y Príncipe de Vergara; Méndez Álvaro y Menéndez Pelayo; Cuatro Caminos y Cuatro Vientos, O’Donell y Oporto; Valdezarza, Valdeacederas, Valdebernardo y San Bernardo, a parte de otros tantos santos, estaciones que se llaman Puerta de algo, otras que tiene dos versiones: la RENFE y la simple (como Atocha, Fuencarral y Vallecas) y finalmente Colón y Colombia. ¿Entendéis ahora por qué Afriend estaba en Colón y no en Colombia?

Ya en la fiesta, todo seguía siendo surrealista. A punto de entrar en el hotel donde se celebraba pensé “¿Y yo quién soy?” No iba a decir que era el amigo del amigo del hermano de la novia del hermano del anfitrión, y bueno, Afriend era el amigo del amigo del amigo... Y si nos ponemos a explicar lo de novio psicológico... Bufff, y mi madre de cañas con un psicópata!

El caso es que entramos, felicitamos al hermano del novio de la hermana del amigo de mi compañero de uni y nos servimos una copa al lado de la piscina, situada en la última planta del hotel. La fiesta se salía. Dj, camareros con bandejas de solomillo... y ¡todo gratis! De vez en cuando llamaba a mi madre, que descubrió que su hijo era más neurótico que ella. Pero no era el único, mis amigos (los del café de una hora) me llamaban también para preguntar cómo iba la cosa, y sobre todo, para saber si el psicópata era el ex Míster España... A las 11 mi madre consiguió librarse de él. De “majo” pasó a ser “pesao”, y le estaba diciendo que había soñado con nuestro teléfono, y que si creía en el Tarot. Yo creo lo había visto en esta camiseta.

Como con Vodafone los MMS son gratis hasta el día 15, mis amigos y yo nos pasamos toda la noche mandándonos mensajes. Tenemos examen el lunes y yo estaba en una fiesta con otro de clase, el resto de los chicos se habían ido a una “caravana de mujeres” que alguien había montado en un chalé de las afueras, y las chicas estaban en las fiestas de San Antonio de La Florida. Mal de muchos consuelo de tontos... pero bueno, ayuda a tomarte las copas sin cargo de conciencia :D.

Aún así, a las 2:30 de la mañana decidimos que ya era buena hora para volver a casa y dormir lo suficiente como para estudiar todo el domingo. A las 3 yacía ya en mi camita (solo), y a las 6 estaba acordándome de las bandejas de croquetas y los experimentos con la ginebra azul (sí, era la primera vez que veía esa botella), mientras me colgaba de la taza del váter.

Y eso que tenía que estudiar...

Los segundos pasan, el plato gira y la luz ilumina un trozo de tortilla de patata. Mientras tanto pienso... Viajo en el tiempo... Y entonces me encuentro en un pueblo hace 50 años, explicando lo que es un microondas. "Es una especie de armario... En la que metes un torzo de tortilla... Empieza a dar vueltas... Al minuto lo sacas..." E incomprensiblemente la mitad está abrasando y la otra congelada. (!). Lo que da de sí un minuto :O.

Aunque tarde más, prefiero el horno tradicional, pero... tengo una duda: A parte de la tortilla me he zampao una minipizza. En las instrucciones pone que hay que precalentar el horno a 220ºC. ¿Alguien ha hecho caso de esto alguna vez? Se pone el horno al máximo se mete la pizza y a partir de 10 minutos se empieza a dar uno paseos por la cocina... ¿No? Y otra pregunta: ¿Alguien sabe cual es la equivalencia grados centígrados - grados Teka (que van del 1 al 8)?

¿Alguna vez has escuchado una canción en inglés y te ha parcido que decían algo en español?

Entra en esta peich, XD. (Atentos cuando se encienda el botón rojo).

Por fin mañana acaba esta semana... Bueno, ya sé que no acaba, todavía es viernes, pero para mí, el fin de semana es como si no formase parte de ella...

Hoy ha sido el último día de uni. El año que viene sólo la rondaré para asistir a una única asignatura (espero) y hacer el proyecto. Como regalito de despedida: un suspenso. Y eso que no he empezado los exámenes... ¿Cómo ha sido? Pues por faltas de asistencia. Se piensa el profesor que después de entrar los lunes a la una a clase, voy a quedarme hasta las 10 de la noche para oírle por segundo año consecutivo. ¡Con uno tuve suficiente!

Y para colmo, discuto un amigo. Lo está pasando mal y yo le he echado en cara ciertas cosas... Pero por muy jodido que esté no le tengo que dar la razón, ¿no? El problema es que cuando estoy cabreado la delicadeza no es algo que se me de muy bien...

A partir de hoy empieza al transición de "uni con amigos" a "uni sin amigos". Y es que todos ellos acabarán este año, ojalá alguno me haga compañía el año que viene... pero no, jejeje. ¡No hay que desear el mal ajeno! Ojalá todos acaben y encuentren un buen trabajo pronto. Ahora lo que pienso es si haré amigos en la clase de 4º. Ya conozco a gente, para ser más exactos, a tres. Cada uno de un grupito. Si al menos fuesen amiguetes entre ellos, podría acoplarme para hacer trabajos en grupo... En fins, ya os contaré.

Me gusta todo lo relacionado con las nuevas tecnologías, siendo Internet de donde saco mucha información. Una de las páginas que más visito es mobileburn, y bueno, ayer encontré allí un reportaje sobre lo más de lo más en horterismo aplicado la tecnología. Sigo impresionado por lo que se puede llegar a inventar. Seguí el enlace 'The Nokia 3220 Speaks with Light', pensando en qué nueva chorradilla ha creado esta compañía de móviles para que llevar sus últimos productos sea lo más in. Leí el artículo, lo releí (ya que mi inglés no es perfecto, y creí haber entendido algo mal) y no salí de mi asombro: Hablar con la luz, mensajes a 6 metros... Como bien decía el autor del reportaje, hay que bajarse el vídeo de la web de Nokia para creérselo.

Lo peor de todo es que... ¡¡YO QUIERO UNO!! jejeje, mola mazo por un tubazo, juas juas. Me imagino a mí mismo bailando en la Cool, móvil en mano lanzando mensajes de luces entre el humo de los cigarros y el sudor de los mazaos... Colorines brillando en los piercings de sus pezones, reflejándose en las gafas de sol de los más modernos del lugar y en los trajes de cuero de los gogós. Me mirarán con recelo las maricas envidiosas arqueando sus cejas superdepiladas mientras todos los buenorros me miran asombrados... (desvarío de las 15:15h)

Un parque enorme. En él, plantados olivos, y en medio, unas mesas de pícnic. Nosotros encima, dos sombras iluminadas por la luces del camino. He vuelto a buscar esa mesa, he pasado por el camino. Lo recorrí, subí a lo alto y desde allí: Madrid. Detrás, la bola del mundo donde una vez nos abrazamos, entre cuatro cipreses, los cuatro puntos cardinales. Pero nuestras brújulas no marcaban la misma dirección.

La única metáfora es la última frase, el resto es real. La vida nos deja muchos símbolos.