FRESA Y CHOCOLATE
Aurélia Aurita
144 págs. B/N. 15
Ponent Mon
Rústica con solapas
Número único
Septiembre 2006
De Aurélia Aurita, seudónimo de la dibujante francesa de origen oriental Chenda Khun (París, 1980), tuvimos la oportunidad de ver algunas de sus páginas en la obra colectiva Japón (también editada por Ponent Mon), en la que varios autores franceses y japoneses invitados por Frédéric Boilet, precursor del movimiento Nouvelle Manga, daban su particular versión en forma de historieta del país nipón. Personalmente las páginas de esta autora me resultaron de las más frescas y divertidas, en ellas relataba su estancia en un balneario en la región japonesa de Tokushima.
Recientemente, y de nuevo gracias a Ponent Mon, nos llega Fresa y Chocolate, obra completa de Aurélia Aurita en la que nos relata con pelos y señales y sin ningún tipo de vergüenza su historia de amor (y sobre todo de sexo) con el dibujante francés Frédéric Boilet.
A cualquier lector que eche un vistazo a las páginas de este libro le puede chocar que en prácticamente la mayoría de las páginas de esta obra sus personajes mantengan relaciones sexuales, y el lector puede pensar que se encuentra ante una obra erótica y nada más lejos de la realidad, ya que Fresa y Chocolate se podría catalogar de obra autobiográfica ya que la autora nos cuenta en primera persona y como si de un diario personal se tratara, su estancia en Japón en la que la autora mantiene una relación con el su amante pero haciendo especial hincapié en los pasajes en los que el sexo es protagonista pero sin dejar de lado la ternura y ese sabor agridulce que encontramos siempre en cualquier historia de amor.
El lector ante esta obra se convierte en un privilegiado voyeur que observará atentamente y con interés todos los encuentros sexuales de la pareja, contados por la autora con todo tipo de detalles y sin escatimar en detalles escatológicos de todo tipo que pueden ruborizar a los lectores conversadores, como por ejemplo la explicación del Fresa y Chocolate del título. Todos estos detalles que otros autores seguramente hubieran obviado hacen que esta obra gane en frescura y espontaneidad.
Como fresco y espontáneo es también el dibujo de Aurélia que planifica las páginas prácticamente como si se tratara de un diario dibujado (como los de Lewis Trondheim o Joann Sfar, que prologa este libro) y cuyos dibujos, casi bocetos, de estilo sencillo y naif hacen que la lectura sea fluida no perdiéndose en detalles innecesarios y dibujando únicamente los elementos que la narración requiere.
Un estupendo libro con una muy buena edición de Ponent Mon, que recomendaría regalar a gente abierta de mente que piensen que el sexo no es tabú y sobre todo a mujeres que seguramente disfrutarán de este libro si son lectora habituales de la obra de Anaïs Nin.
Escrito por Javier A. en 18 de Noviembre 2006 a las 02:20 PMdonde lo puedo comprar soy de mexico
Escrito por: michel en 28 de Septiembre 2009 a las 08:44 AM