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Cuando decidí comprarme un ratón y un teclado inalambricos me pareció una genial idea. No más enredos con los dichos cables, no más tirones porque el cable del ratón se habia enredado con otros dichosos cables. Libertad, libertad cual anuncio de compresas.

Ay, que iluso es uno a veces.

Al principio todo resula maravilloso. el ratón va putamadre, el teclado lo puede tener donde quieras, pero como es natural, el tiempo pasa y empiezas a darte cuenta que tu ratón no funciona como antes.

Ya no corre libremente por la pantalla sin ostaculo alguno, es mas, debes hacer un esfuerzo sobrehumano para siquiera abrir el explorador o jugar al solitario. El mundo, antes lleno de felicidad, se convierte en un tormento.

Es hora de cambiar las pilas.

Asi de pronto no parece un problema grave, pero a mi persona, desorganizada de mena, nunca le ha preocupado en exceso tener pilas en casa. Y no me refiero a las pilas de los lectores de CD`s o de los despertadores, no amigos, sino a sus hermanas pequeñas, las formidables pilas alcalinas, que cuestan un huevo.

Pero la situación se vuelve cada vez más insostenible y dedices bajar al super a comprar un paquetito de las dichosas baterias portatiles químicas. Y las compras. Y pagas. Y te cagas en todo por el precio de las pilas. Pero resignado vuelves a casa para podervolver a ver a tu puntero saltar arriba y abajo por montes y valles.

Pero, oh horror de los horrores, al cabo de un tiempo, llamemoslo X, el ratón pierde fuerza, las letras se pierden y tu moral decae por los suelos.

No queda otra alternativa. Abres el cajon donde guardas las pilas usadas y buscas alguna que le quede un poco de aliento vital, de poder encerrado en ese pequeño cilindro para resucitar a tu cursor. No corre igual que antes, pero suficiente para darlo por bueno.

Y repites la operación al dia siguiente. Y al otro. Y al otro. Y al otro...

Creo que mañana iré al super y llevaré un montón de pilas para reciclar...

Dibujado por Dex-Clone