Febrero 19, 2006

gruñidos con los pies fríos


Perdí el sombrero y la sonrisa
tambien se fue
con ella
tras la frontera;
Dos paradas mas allá
de esta tristeza
que hasta ayer
fue compañera
y ahora es solo la mochila,
de recuerdos,
con la que cargar a cuestas
por los charcos
y los bares; Como una sombra
que ajena
me persigue a todos sitios
y, sin poder despegarla
del paso de los zapatos,
va conmigo hasta mañana,
cuando no haya gasolina
en esta caravana,
tan vacía, y encontremos
los tapones de cerveza
por debajo de la cama
y otras prendas
íntimas en la nevera
junto a un adiós
y un ¡Espera,
no olvido,
ya irá mejor
(cualquier otra primavera
con estación de servicio)!

Diluviado por a las 08:27 PM | Gotaagotallenan (0)

galletitas saladas

lebradas 053.jpg
foto: ex-real room.

Azul,
como el nefasto peso
de lo que nunca tuve,
duerme junto a mi almohada
el monstruo.
Agua
el desorden de charcos
que pueblan el camino
desde la infancia,
de puente a puente,
sin líneas rectas
para este juego de vencidos
donde nadie duerme,
adonde nadie (no se) llega
sin pinzas de la ropa
de tender las esperanzas
al sol
a ver que queda luego de ellas.

Diluviado por a las 07:00 PM | Gotaagotallenan (0)

Febrero 17, 2006

una vuelta mas de tuerca

La cama estaba vacía, como cada noche.
Antes, en la calle, el frío nubló los huesos hasta el punto de desasirse de su perspectiva del mundo y no querer moverse. Cada veta en la pared de cada edificio era un retrato distinto de ella, en todos sitios era su cara lo único que lograba ver. No quería quererla, debía sacarse todos esos vanos sentimientos de la cabeza, pero no podía, era superior a sus fuerzas. Cuanto más lo intentaba era aún peor, mas deseaba verla, besarla, tenerla; Y cuanto mas lo hacía mas lejos se encontraba de ella. Durante semanas fue así, desear, aun sabiendas, que aunque la ocasión se diera, uno de los dos daría el primer paso hacia atrás en el momento preciso, demasiadas coincidencias, demasiada química unida para no estallar por algún sitio.
Aquella tarde estuvo paseando, se encontró con amigos, saludó y siguió de largo. Todos comprendieron entonces que le pasaba algo, pero sabían de sobra que no servirían de ayuda, él era así de extraño, necesitaba estar solo y andar para poner cada pieza del puzzle en su lugar, para olvidar, llorar, gritar si hiciera falta, echar a morir sus pensamientos con la caída del sol.
Camino a casa se quedó parado junto a un charco, se puso a dar saltos en el hasta empaparse entero y cuando se cansó se quedó allí, quieto, vacío, como si hubiera encontrado la forma, la paz necesaria, un silencio interior al ruido que le atormentaba. Su mirada se perdía en el suelo. Dió dos pasos, se agachó y cogió algo a lo cual le fue quitando el barro.
Abrió la puerta de casa y como siempre la cama estaba vacía.
Puso lo que había encontrado encima de la mesilla y se dejó dormir tranquilamente.
Aquel tornillo era el regalo adecuado para darle al otro día, a cambio de todo lo olvidado.

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Febrero 07, 2006

Llamada de auxilio

lobo[1].jpg
A carcajadas,
ante la tempestad de tritezas
que se nos acercan,
seguimos ahullando
por este dolor de muelas
que es no querernos querer,
y es que, hay que ver,
lo que cuesta ir al dentista.

Diluviado por a las 10:48 PM | Gotaagotallenan (0)

21[1].jpg
Oyendo: Rumbo Submarino, Macaco


Quiero bucear
por tu cielo con mi submarino,
ser marinero sin puertos
por toda la geografía
de tu cuerpo;
aire y aire,
piel con piel,
beso a beso,
sin mas peso
que no amarte,
sin nada mas
que decir
por ninguna de las partes

Diluviado por a las 09:48 PM | Gotaagotallenan (0)

Emulando alegrías

Jazz, la tristeza de saberse humano
en un mismo recipiente que los demás,
pero en el borde de arriba,
dudando si caer
hacia algún lado.
A este la libertad,
al otro las normas de la norma.
¿Y porqué no seguir mirando
la perspectiva?
Alguien andará en la misma línea
vagabundeando
por un poco de amor,
por la cadencia
de ese dejarse llevar
por el misterio
de no saber dónde va, pero llegar.

Diluviado por a las 09:14 PM | Gotaagotallenan (0)

antes

Al cruzar por el portal,
zumbando la valse d’amelie por los oídos,
me he puesto,
incomprensiblemente,
a bailar.
Estaba llegando al ascensor,
he ido a mirar si había correo
y al girar,
en el cristal de la entrada,
mi reflejo estaba bailando algún tipo nuevo de jota.
Me he quedado así un rato.
Luego he abierto el buzón.
La misma carta, me niego a recogerla
como hija adoptiva de mi conciencia,
esa no entra. Nada más,
ni un simple anuncio.
He seguido bailando
y ya entrando al ascensor
le he dado al dos
(¡Mierda, otro fallo!),
otra vez al dos, y otra.
(Ya sube).
He dado la vuelta,
me he mirado a los ojos en el espejo,
he torcido un poco el rostro,
he cerrado los labios y, por primera vez
en muchos años, me he parecido
alguien atractivo e interesante.

Diluviado por a las 04:34 AM | Gotaagotallenan (0)