Sabía que este día tenía que llegar.
Y sé que han de llegar muchos parecidos a este.
Tenía la certeza y, sin embargo, me pilló desprevenida.
Quizá por ser el primero.
O quizá porque nunca se está preparado para una despedida "para siempre".
Menos aún, para una despedida tan larga.
No estaba preparada para mirar a sus ojos, ahora vacios, que no me reconocen, de un día para otro.
No estaba preparada para sentir que ya es tarde para decirle lo mucho que le quiero y estar a su lado.
Ni para sentir casi mio su propio sufrimiento.
Y mucho menos para desearle las terribles cosas que le deseo.
¿Cómo estar preparada para aceptar todas las cosas que ya no tendrán lugar, todo lo qe se queda en el tintero? ¿Cómo preparase para el vacio, para que no exista el futuro, para que solo quede el recuerdo del pasado?