... o un infierno.
Algún lugar donde ir cuando todo acabe.
Los hechos que se han sucedido a mi alrededor estas últimas semanas, me han hecho pensar en la muerte. Y me aterra la idea.
Tengo miedo. Miedo a lo deconocido, miedo a la soledad, miedo a la ausencia de mis seres queridos, miedo a desaparecer, miedo a la nada.
Y es que, es en la muerte donde acaba mi esperanza.
Por desgracia, no creo en ningún "más allá". Yo no tengo cielo.
Y digo por desgracia, por que si lo tuviera, todo sería más facil.
Quizá así, no pensaría en la muerte como un fin.
Quizá así, el sufrimiento sería más llevadero.
Quizá así, tendria esperanza.
Y aunque para mi, no es más que una mentira; en momentos como este me gustaría creérmela.
Esa es la pregunta que me hacía hoy una señora que había dado por finalizado hace unos meses su tercer matrimonio.
La señora y yo no nos conocemos de nada, pero tenemos una amiga en común que nos ha hecho coincidir en una comida informal.
El caso es, que la señora en cuestión es una completa desconocida que en la hora y media que ha durado la reunión me ha puesto al día de toda su vida sentimental; que por otro lado, y según cuenta, es de lo mas intensa y rocambolesca.
Como digo, toda la conversación ha sido una sucesión de dramas, historias de amor, pasión, desenfreno y dependencia.
Durante la hora y media yo no he hecho otra cosa que escuchar, sin abrir la boca y analizando todo lo que esta mujer relataba.
Increible me parece que, a la edad de 40 años, con un trabajo precario, tres hijos y una reciente ruptura sentimental, la principal ambición de alguien sea encontrar un nuevo novio que alivie los ultimos tres meses de "sequía".
Así, cuando me ha hecho la dichosa pregunta, no he podido evitar decir que "no". Y aunque haya tenido mis más y mis menos, mi experiencia más trágica no se acerca ni de lejos a nada de lo que esta mujer ha contado.
Curioso ha sido su comentario: "Ya te llegará"
A lo que, quizá precipitádamente, he contestado: "Dudo que mi amor propio lo permita, yo me quiero mucho"
Y puede que llegue ese día en que sufra por amor. Pero no de esa manera tan enfermiza, dependiente y obsesiva. Y sobre todo, que posible, pero no seguro.
A veces me gustaria mordermela y, así, hacerme callar.
Esas veces en las que me sorprendo diciendo algo que no deberia estar diciendo, y que ya es imposible desdecir... la muy traicionera.
Luego, cuando si que la necesito, cuando debería actuar casi por instinto, parece como si se la hubiera comido el gato.
Tengo que hacer algo con ella, pero mordermela sería demasiado doloroso.
Era su despedida de soltero, y se lo tomo muy en serio, nos dijo adios.
Nos dijo adios a todos, pero especialmente a aquella que le esperaba para compartir su vida con él, en dos semanas.
Quien lo iba a pensar, nadie lo podría creer. Ni la mente mas cruel podría haberlo imaginado.
Y menos de esa manera tan tonta. Una mala caída. En el mejor momento se trunco su vida. Todo acabo para él.
¿Pero que será ahora de ella, de su futuro, de sus proyectos, de su amor que caerá al vacío, de su vida sin él?
No concibo en estos momentos una pena más onda que esta.
Todo estaba preparado para celebrar la fiesta de sus vidas.
Cuantas veces les habríamos deseado lo mejor...
Otra vez los hechos nos recuerdan que la vida es una asco, que el mundo va al reves, que nada es justo.
"El destino" dirán algunos. Pues si el destino es esto, suerte que no confío en él.
No me importa quien, pero se quien.
No entiendo por que, porque no hay ninguna razon.
No es justo, pero no existe la justicia.
No hay palabras; solo dolor, impotencia, mas dolor, miedo, mas dolor, rabia, mas dolor, odio.
Nada que pueda decir servira para paliar estos sentimientos.
Malditos hijos de puta cabrones sin conciencia, ni escrupulos. No sois personas, no sois nadie, no sois nada.
Tenia la sospecha, pero poco a poco se va convirtiendo en una certeza.
Soy objetivo de las envidias de ciertas personas.
Y me alegro, aunque parezca cruel, de que este sea el motivo de las actitudes que algunos tienen conmigo, porque aun mas crueles son dichas actitudes.
Siempre me preocupo, por ejemplo, el que personas que consideraba amigas, no me demostraran su confianza. Me preguntaba cual seria el motivo. Nunca traicione un secreto, escuche atentamente a aquel que me hablaba, intente no juzgar. No encontraba respuesta a mi pregunta.
Ahora creo entender el por que:
No voy por las esquinas predicando lo bien que me va la vida, pero si alguien me pregunta, me limito a responder con sinceridad. Y la verdad es que algunas personas no soportan que las cosas te vayan mejor.
Asi, cuando estudiaba y sacaba bien los cursos, siempre habia alguien que me decia que lo mio era muy facil. Cuando encontre un buen trabajo, resulto que habia sido cuestion de suerte.
Y la misma tonica en muchas cuestiones.
Y es que, me da la sensación de que a la gente solo le interesa escuchar desgracias y penas. Quiza por que "mal de muchos, consuelo de tontos" o por que sabiendo las miserias de otros son mas llevaderas las de uno mismo.